Suscribete

 
2187 13 Septiembre 2016

 



40 años del PRT, II
Daniel Salazar M.

 

Monterrey.- El periodo abierto en el ´68, propició el surgimiento de nuevas corrientes revolucionarias que rompieron la hasta entonces hegemonía del reformismo estalinista. Entre esas corrientes estaba el PRT, pero no solo: surgieron organizaciones provenientes del maoísmo y, bajo el impacto de la Revolución Cubana y el ejemplo del Che Guevara, corrientes castristas y guevaristas escindidas de los Partidos Comunistas de América Latina.

Con la fundación del PRT en 1976, el “trotskismo” pronto se convertiría en un referente nacional de la izquierda. Y es que del 68 al 88, el desarrollo del movimiento de masas y de oposición al PRI, estuvo marcado e influido por la izquierda socialista de la que el PRT formaba parte.

Durante y después de las campañas electorales en los años 80´s, el PRT pudo echar raíces sociales y dejar de ser tan solo un referente ideológico en el medio estudiantil universitario. Se había convertido en “el partido de Rosario Ibarra”, el del “rectángulo rojo”... 

Su transformación no era producto solo del influjo mediático. Todo parece indicar que la causa fue “su giro a la industria”; la idea de “actuar socialmente y pensar políticamente” (al participar en movimientos sociales); la resolución de ser parte del “feminismo popular”; su participación en el movimiento campesino, en la lucha obrera…etc. La identidad “trotskista” del PRT (que el propio Trotsky no aceptaba por ser un calificativo inventado por la burocracia estalinista para supuestamente diferenciarlo del “leninismo”), iba transformándose en una identidad “perreta”, o “perretista..”…; en una corriente de la izquierda que ocupaba su lugar en la historia política de México.

En el inicio de las luchas contra el control corporativo del PRI, el PRT contribuyó impulsando la creación de organizaciones independientes. En el movimiento campesino, por ejemplo, la CCRI (Coordinadora Campesina Revolucionaria e Independiente) y la UGOCP (Unión General Obrera Campesina Popular), que formaron parte de la CNPA (Coordinadora Nacional Plan de Ayala), surgieron bajo su iniciativa.

En el movimiento urbano, el PRT participó de la organización de este sector en ciudades como Tijuana, Taxco, DF…, impulsando el BPR (Bloque Popular Revolucionario) que a su vez formó parte de la CONAMUP (Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular).

Dentro del movimiento sindical, organizó y participó en corrientes democráticas contra el control del charrismo priista y ayudó a la construcción de sindicatos en sectores nuevos del movimiento obrero. El PRT participó en las luchas y organización del sindicalismo universitario y en la histórica lucha contra el charrismo en el SNTE, siendo uno de los fundadores de la Coordinadora Nacional de los trabajadores de la Educación (CNTE) en 1979. Históricamente interesante, es mencionar que tanto en el magisterio nacional como en el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), los trotskistas han estado ahí desde los años en que Trotsky llegó a México asilado por el gobierno de Lázaro Cárdenas. .

La tercera ola del feminismo y el movimiento lésbico gay en México, surgieron marcados claramente por la influencia de la izquierda y, específicamente, por el PRT. De igual importancia, esta organización tuvo participación en otro momento decisivo de la historia con motivo del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, donde su militancia contribuyó a la formación de diversas organizaciones de damnificados que se congregaron al poco tiempo en la CUD (Coordinadora Única de Damnificados).

Como parte del Grupo Parlamentario del PRT (1985-1988), Rosario Ibarra presentó un proyecto de ley de amnistía (superior al de 1978) que beneficiaba a los desaparecidos políticos. La iniciativa fue rechazada por la mayoría priista, pero fue suscrita y respaldada por muchos de los diputados de la época.

En un documento recientemente publicado por la dirección del PRT, se señala que “cuando por segunda ocasión Rosario Ibarra fue presentada por el PRT como candidata presidencial defendiendo el proyecto y perfil de la izquierda socialista --lo que la compañera Rosario llamaba en esos días “lo más rojo de la bandera roja”-- el PRT tuvo que enfrentar la presión de un sistema antidemocrático que lograba atrapar bajo su cerco, a corrientes opositoras, incluso provenientes de la izquierda para incorporarlas a la institucionalidad”. Ese año de 1988, el PRT decidió no retirar la candidatura de Rosario Ibarra para mantenerla como la opción de la izquierda independiente. Luego del fraude electoral que impondría a Salinas, el PRT –junto al FDN y por cuenta propia— manifestó y sostuvo el triunfo inobjetable de Cuauhtémoc Cárdenas.

El precio de aquella autonomía trotskista, fue la cancelación del registro al PRT. “Adversarios y hasta algunos partidarios --comenta su Comité Político—intentaron que dejáramos atrás la decisión de ser una expresión independiente y de crítica radical al sistema, básicamente por un cálculo electoral, es decir, para no perder el registro legal y mantenernos en el marco de las instituciones”...

La decisión del PRT significaba claramente, el rechazo a la visión electoralista y adaptacionista al sistema que la mayoría de la izquierda de origen socialista abrazó….

(Continuará...)

 

* Fuente: Comité Político del Partido Revolucionario de las y los Trabajadores

prt_mty_ml@hotmail.com

 

 

15diario.com