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2188 14 Septiembre 2016

 



Regiomontanos utopistas
Ricardo Javier García M.

 

Monterrey.- En el Siglo XIX la Revolución Industrial provocó una atmósfera social deshumanizada y las ciudades se convirtieron en cloacas insalubres donde producir era el único objetivo. Un grupo de utopistas europeos y americanos sensibles a los acontecimientos, formulan ideas para forjar urbes y sociedades perfectas en trabajo y bienestar social.

Entre estos  anticipadores destacan Charles Fourier preconizando sus Familisterios, que eran comunidades de trabajo y uso de servicios colectivos en apartamentos independientes para 400 familias ; James S. Buckingham publica un proyecto de comunidades de dimensiones fijas de 10 mil personas, llamadas “Templanza”, con función cooperativista en trabajo y educación; el Barón Saint Simón, con sus propuestas utópicas financieras y sociales; Etienne Cabet, con su ciudad ideal Icaria ;el Doctor Benjamín Richardson concibe ciudades llamadas “Hygeia”, diseñadas para 100 mil habitantes para reducir enfermedades y muertes; Ebenezer Howard establece la teoría de las Ciudades Jardín, donde controlarían crecimiento y especulación de la tierra, rodeadas de cinturones agrícolas; Gastón Bardet propone “Escalones Comunitarios”, que en Monterrey se plasman en el Plan Director de Monterrey el año 1967, proyectado por el arquitecto Guillermo Cortés Melo.

En el Monterrey del Siglo XX polÍticos y empresarios con preocupaciones y visiones filantrópicas buscaban una sociedad armónica con perfección en las necesidades que consideraban importantes: Don Raúl Rangel Frías promovió la cultura y la educación como solución para que Monterrey se sustentara como ciudad y sociedad en excelencia; Pedro Quintanilla Coffin imagina una ciudad donde todos tuvieran un  trabajo y ocupación; Don Alberto Santos padre e hijo fomentaban la protección de la niñez, la ancianidad y el deporte para humanizar la comunidad; Don Eugenio Garza Sada sueña una idea utópica, dentro de las industrias forjadas por sus padres: obreros y empleados tendrían cubiertas necesidades fundamentales de salud, creando la Clínica Nova, de vivienda con la Colonia Cuauhtémoc y de educación superior con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Estos prohombres, seguros lectores de los utopistas franceses, alemanes e ingleses, instauraron un espíritu de idealismo fantástico con objeto de formar ciudadanos participativos en un tejido urbano y social ideal, reconocedores de formar parte de un establecimiento humano con trabajo, beneficios sociales y respeto del medio natural.

Monterrey, Ciudad Metropolitana imaginada hace 420 años por Carvajal y de la Cueva y Diego de Montemayor, requiere de Empresarios  y Políticos innovadores, que proporcionen puntos de partida para renovar valores hacia una Sociedad Nueva, con parques urbanos higiénicos, no suplantados por cantinas al aire libre, disminuyendo pobreza en salud y alimentación ampliando la seguridad social, estimulando la educación con una reforma integral no punitiva ni descontextualizada, una ciudad como la concibieron aquellos visionarios regiomontanos, con trabajo honesto, frugalidad y civilidad.

* Arquitecto UANL, Urbanista UNAM, IISUA-Bruselas.

 

 

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