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2206 10 Octubre 2016

 



Derecho de huelga
Daniel Salazar M.

 

Monterrey.- Inscrito en la ofensiva neoliberal contra los derechos de los trabajadores, el próximo martes el Senado se propone aprobar un dictamen con el que se exige garantizar, antes de cualquier emplazamiento de huelga, que el sindicato demuestre tener la representación mayoritaria de los trabajadores.

En respuesta –Carlos Aceves del Olmo, dirigente de la Confederación de Trabajadores de México, CTM– ha informado a la prensa nacional que “descarta” que en el Senado se aprueben nuevas restricciones al derecho de huelga. “Denuncia” además, que “el sector empresarial está promoviendo estas y otras iniciativas que afectan directamente a los obreros”. (La Jornada.)

El dirigente cetemista no tiene empacho en dejar en claro a los medios, que su militancia priista (y hasta sus propios intereses burocráticos), lo llevan a cimentar su plena confianza en la reunión que sostendrá con el presidente Enrique Peña Nieto, en la que  asegura, se analizarán este y otros temas... “y le diré que no queremos que nos quiten conquistas históricamente logradas” –dijo--.

Hace 80 años, cuando se fundó la CTM, la clase obrera organizada surgió con notorias debilidades debido a la falta de independencia política con relación al PRI y al mismo Estado surgido del cardenismo a los que se encadenó desde entonces. ¿Qué pueden esperar los trabajadores de una organización así… y de una dirigencia que ha confirmado que “no hará nada en contra de la ley… ni acciones --como marchas-- que afecten a la ciudadanía? Que Peña Nieto es su Presidente y su apoyo no está condicionado, porque “eso no sería apoyo sino un manejo de intereses…”.

La dirigencia de la CTM confiesa claramente estar basando “la defensa de los trabajadores” en su “autoridad histórica” como organización y en las “buenas relaciones” con la presidencia de la república a la que “apoyarán hasta el último minuto de su mandato”.

Pero en el fondo, estas y otras medidas que el poder y sus instituciones están implementando contra los trabajadores y los sindicatos con el consentimiento de la dirigencia charra, están más bien anunciando la intención de dar muerte a estos organismos que bajo el capitalismo, son instrumentos de defensa de los asalariados. De aprobarse la iniciativa, los sindicatos podrán emplazar a huelga sólo si demuestran ante las autoridades que son mayoritarios, hecho evidente que restringe --si no es que imposibilita-- una de las pocas herramientas con la que cuentan los trabajadores: el ejercicio del derecho de huelga.

Sin este derecho, serían entonces las autoridades las que decidirán si se puede realizar o no, cualquier emplazamiento. La iniciativa anti obrera, contempla además, la desaparición de las juntas de conciliación y arbitraje para favorecer abierta y cínicamente a la patronal.

Un doctor en ciencias marinas que reside en Ensenada, dijo amanecer con lo que considera la “nada novedosa noticia” aquí ya comentada. Preocupado, nos comparte una alarmante cuestión: ¿Será que al sindicalismo mexicano sólo le falta que le extiendan el acta de defunción dado que tiene años de muerto?

Ya se verá… Pero cierto es que la liberación de la clase obrera --tal como lo sentenciara Marx en la segunda mitad del siglo XIX-- solo será obra de la misma clase obrera. Por eso con la misma certeza, coraje y deseo, seguimos sosteniendo con orgullo y urgencia la histórica consigna: ¡Obreros de México y del mundo, Uníos!                                                                                                     

prt_mty_nl@hotmail.com

 

 

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