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2208 12 Octubre 2016

 



Camino de agua
Eligio Coronado

 

Monterrey.- Inmigrar es cambiar de mundo, de realidad, pero el espíritu sigue perseverando en sus ataduras emocionales y culturales. Aunque nademos en otras aguas, nuestra mente siempre se desplaza por corrientes que desembocan en nuestra tierra natal.

Nunca renunciamos definitivamente a las raíces que nos han moldeado y hacemos de cada sensación un reencuentro con el pasado. Y siempre que dejamos el solar originario nos sentimos como granos de arena en playa extraña.

Eso es lo que advertimos en Aguacamino*, de Rossy Evelin Lima (Veracruz, Ver., 1986), residente en Texas. Sus poemas son puros y transparentes, escritos desde una angustia que sacude: “crucé la frontera, / mojé mi cuerpo con el miedo / de una corriente enferma y desconocida” (p. 67), “Busqué humanidad / en los ojos de este país que me recibe / (…) / Conocí el frío rencor del abandono” (p. 68).

¿Hay algo más doloroso que encontrar otro entorno sustituyendo al propio, el que nos ha arropado desde siempre, y desaparecer con él, ante la impotencia de no poder recuperarlo?: “Somos los invisibles, no nos busques, / tu mirada trae la maldición del regreso, / (…) / tus manos labran surcos / (…) / sobre nuestros cuerpos, / destrozando, asolando, cercenando / no sientes nuestros gritos” (p. 5), “vamos sobreviviendo a escondidas / como plantas mudas, desérticas. / Aprendimos a quitarnos la sed / con el rocío de la esperanza” (p. 6).

El pesar del inmigrante es una herida que no se resuelve con el olvido. Por el contrario, permanece latente, incaducable: “Que la casa abandonada en el sur / nunca apague su antorcha, / desde la nueva tierra alcanzo a ver / el humo de la nostalgia, / (…). / Ese humo trae mariposas cada año, / y mi corazón las sigue / gritando Papalotzin hasta que despierto” (p. 3).

¿Y es el retorno a casa una celebración de los sentidos? ¿Una reconexión de todas las partículas del ánimo en desbandada? ¿O hay alguna reticencia a la hora de los reencuentros?: “Volver es (…) / (…) llenar con alevosía tus ojos / hambrientos de  recuerdos. / (…) embriagarte de aire / hasta sentir los pulmones / grandes como cerros, / y abiertos como las ventanas /  en todas las casas a donde entras” (p. 35), “Vengo con el corazón desbordado / con la angustia de que no me reconozcas, / que no hayas guardado mi lugar” (p. 57).            

*Rossy Evelin Lima. Aguacamino. Waterpath. El Paso, Tex., Mouthfeel Press, 2015. 71 pp. Ed. bilingüe.

 

 

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