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2217 25 Octubre 2016

 


50 sombras de Monterrey
Norma Yamillé Cuéllar

 

Monterrey.- Bienvenidos sean todos ustedes a esta presentación de Montehell, gracias por acompañarnos a este libro que, a ver, Gerson, me parece muy simbólico y sintomático, por demás irónico y sarcástico, que este libro no esté editado en Nuevo León, por el Conarte, sino por la Universidad de Coahuila… ¿podrías contarnos por qué no está editado por el Conarte, digo, cuando tengas un tiempito?

Voy a decirles por qué creo que Gerson es la persona más acreditada para contarnos de Monterrey. Porque es un hombre de mundo, un rock star, porque pocas personas existen en la vida cultural que conocen la noche de Monterrey, que la narran, la bailan, la viven. Lo mismo te platica sobre Cyndi Lauper que sobre Celso Piña. Lo mismo se toma fotos con figuras del rock que se va a la lucha libre.

La vida nocturna en el Café Iguana, el Chac Mool, el Mercado Estrella, ¿qué importa si a veces huele a orines o de plano el baño se parece mucho al de la película Trainspotting? Lo que importa es la amistad, compartir el momento. A veces, festejar la vida significa ponerse hasta la madre de borracho y apurarse dos o tres cajetillas de cigarros, y gritar, y cantar, y amanecer afónico.

Por eso creo que no hay nadie mejor que él para contarnos sobre Montehell, una ciudad que era una promesa, cual joven becario del Conaculta, pero que se hundió ante nuestros ojos más rápido de lo que le tomó a la tormenta Alex darnos una arrastrada.

Mientras estamos aquí reunidos, Nuevo León quiere liderar a los conservadores del país… como dice el escritor Edgardo Bermejo, la estupidez no da tregua, y la pedantería enseñorea.

¡Ya nomás falta que nos cobren por entrar a esta Feria del Libro! ¡Oh, esperen…!

Escribir para Montehell fue algo difícil, porque por más que le ponía punto final cada día, cada día Monterrey se empeñaba por ser más y más el hazmerreír del país… un estado saqueado y vomitado por cada gobernante, señoras y señores, y la población está nomás pensando en la Lady Tacos Orinoco, la Polisex, Vivian Cepeda y el video con el de La Leyenda, Gloria Trevi, Laura G, Karla Panini, que si la Mujer Luna Bella se retira del porno y que si vuelve, la Lady Coralina (todavía no sé si la mujer se llama Coralina)…

¿Cuánto tiempo se pierde pensando en el sexo de los demás y twitteando y “whatsappeando” sobre eso?

¿Cuántas horas laborales se pierden en esos pensamientos sexuales? ¿Cuánto se piensa en sexo y cuánto se hace el sexo?; ¿algún sexólogo puede ayudarnos en esto?

Una sociedad que piensa demasiado en ocurrencias como las de Lady Salero (Alhinna Vargas), que si piden identificación en los moteles, que si no se deja fumar en ningún lado; una sociedad que se organiza para que el Circo de los Horrores no se instale; se organiza para marchar a favor de la familia “normal”, heterosexual, o no sé cómo la definan, porque no creo que ni sepan lo que significa “tipificar”…

Estoy en un grupo de whatsapp de ex compañeros de escuela y TODO EL DIA están mandando memes de Lady Coralina y Lady Orinoco y que si al chavo de los Orinoco ya lo están corriendo del jale y todo el cotorreo es entre hombres; y las mujeres mandan un tímido “LOL”, o de plano una les dice que ellos son igual de pirujos que ellas, y se empiezan a hacer de palabras y ya nomás se ve cómo algunos integrantes del grupo se van saliendo…

¿Qué pasó con Monterrey? ¿Acaso cometió el pecado de ser una ciudad donde se maneja mucho dinero y donde se puede robar mucho dinero? Porque es verdad que es un desierto… ¿Entonces por qué Las Vegas recibe más de 42 millones de turistas cada año? ¡También es un desierto! ¡Me tocó ir cuando estábamos a 43 centígrados y ni una pinchi nube! Es la ciudad más seca de Estados Unidos, ¡por Dios! Aquí apenas llegamos al milloncito y medio. ¿Ustedes creen que hubieran llegado a ser 42 millones de turistas prohibiendo eventos como el Circo de los Horrores?

Y de regreso a Montehell… Estas crónicas le dan duro y a la cabeza a esta ciudad. Entre los personajes tenemos a un comediante venido a menos, que se refugió acá luego de que su compañero de fórmula, compadre y estrella de TV, fuera asesinado afuera de un restorán, y luego contempla a su hijo, que se parece demasiado a su compadre; el músico de fara fara; el masajista holístico, el dibujante de comics… Jenny Rivera, la moderna Sor Juana Inés de la Cruz de los intelectuales desposeídos; los afters, las masacres en los antros, bares, tugurios, casinos de Nuevo León, un bareback que juega a la ruleta ocasional, lo que él describe como el remedio para no morir de aburrimiento en Monterrey.

El gusto de los neoleoneses por hacer todo en grande, como el primer lugar en tomar Coca Cola, el Carls Jr que más vende en el mundo (supuestamente está en Garza Sada), la carne asada más grande del mundo, el corazón más grande (en el Parque Acero), el hombre más obeso del mundo, que fue Manuel Uribe… las clases de zumba y los antojos que nos vienen a atormentar justo después de la clase de bailoterapia, ¡maldita sea!

Cual observador de la condición humana que es, cual observador del regiomontano que es, de sus usos y costumbres, recrea unas historias que me conmovieron: como la joven profesionista que anda en Ferias de Empleo y debajo de su traje sastre lleva su top y el calzón de La Mujer Maravilla. Cosplayers, les dicen. Su competencia es Cinthia, que se viste de Linterna Verde y tiene un cuerpazo, y además le anda coqueteando a Flash, situación que pone a La Mujer Maravilla en alerta, en DEF-CON3. Y como dice el libro: “Ligar no es cosa de mosquitas muertas, sino de abejas asesinas rondando el dulce panal de Flash”.

Luego está la señora de la alta sociedad, que ahora anda en una nueva pasión: hacer cupcakes. Se siente sola porque muchas de sus amistades de la “high” se fueron a Estados Unidos, huyendo de la violencia. Contrata a una chica que le enseña a preparar cupcakes en casa; la señora invita a más alumnas a la clase, y le llaman “el laboratorio experimental de altos sabores sampetrinos”, “el lab”.

Todo está muy bien, hasta que la maestra del “lab” empieza a hablar de sus problemas personales y económicos, que aturden a la señora de San Pedro y entonces piensa: “Ternurita”, mientras la abraza y espera que hacer cupcakes no sea tan azotado como la vida de la maestra.

Eso me hizo pensar en una socialité que en su página web se denomina: mujer, mamá, esposa, terapeuta espiritual, maestra, publirrelacionista, licenciada en Artes, escritora, sicóloga, coach, cocinera healthy, promotora cultural, “Professional Achievment Counselor”. Y como dijo el Buki: “¿A dónde vamos a parar?”

Nomás le faltó poner que ganó el concurso El Niño y la Mar. Y es algo que vemos a diario en las páginas de las revistas de socialités: Look, Chic, Sierra Madre, Gustos y Placeres… No creo que haya en el país una sección más ridícula de sociales que la de Nuevo León. Con las nenas presumiendo su bolsa Coach o Michael Kors (¿sí sabrán que hay vida después de Coach y Michael Kors?), con el iPhone en la  mano, y creyendo que a alguien le importa qué hay dentro de sus bolsos.

Pero lo que más me conmueve es mirar las fotos de bodas, y ver todos los vestidos de noche recargados de encaje, bordados, lentejuela, pasamanería, canutillo, chaquira, brocados y moños… Yo comparo esta etapa como las etapas de las que hablaba Freud. Como que “mírala, nunca superó la etapa oral”. Quién sabe si esta pasión por los vestidos recargados venga de cuando llegaron los españoles con espejitos y cascabeles.

Porque en Montehell hay un montón de cosas que no son siempre lo mismo, digo, si es una narración sobre Monterrey, uno como que se espera carne asada, cheve, futbol. Y si de plano el escritor es medio aburrido y quiere a huevo identificarse con el lector, pues le pone que las glorias de Linares, que si el pan de Bustamante, que si las naranjas de Montemorelos, las papas de Galeana… como si fuera un Manual del Usuario de Nuevo León y… (bostezo).

Por cierto, ¿cómo se siente hoy de ánimo? En Montehell puede usted encontrar algunos tests con los que podrá medir cómo anda en distintos aspectos.

* Cuando camina por la calle, ¿mira de reojo al transeúnte para distinguir si tiene alguna perversa intención delictiva, como robarle la cartera, la laptop, el celular o la bolsa?

* Si escucha detonaciones, pudiendo ser juegos pirotécnicos, ¿usted se tiende indiscriminadamente en el piso, revelando a la humanidad, el tamaño, color y textura de su ropa interior?

* ¿Ha sentido alguna vez desasosiego al estar en el lugar equivocado, a la hora equivocada y con las personas equivocadas? ¿Eso incluye al país, al estado y a la ciudad?

* ¿Lleva esperando algunas semanas para visitar el Vaticano y adquirir la bendición general para su familia? “Los escritores jóvenes se quedan en los cafés de la periferia, sentados cómodamente en los sillones acolchados, disfrutando del clima artificial y de la atención de las meseras. Les atemorizan los sitios poblados y sudorosos donde puedan jugarse el pellejo en una mirada. Olorosos a orina y a pólvora en sus interiores, llegarán a viejos, sin duda, colmados de sí mismos y ordenados; amargados y jodidos. Les faltó valor para tomar la temperatura citadina”.

Espero que disfruten de la lectura de Montehell. Por lo pronto, yo no dejo de soñar con un Monterrey de clima tropical, con lluvias frecuentes, y que el río Santa Catarina esté siempre hasta el tope de agua y que se escuche el rugir de las olas por todas partes y que haya palmeras en las orillas y que uno pueda estacionar el carro para mirar el río y aprovechar la hermosa vista para tener uno que otro momento de pasión.

* Texto leído por la autora en la presentación del libro Montehell, de Gerson Gómez, en la Feria del Libro de Monterrey. 22 de octubre de 2016.

 

 

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