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2223 2 Noviembre 2016

 



DISPARATES
La Profecía
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Ya va a parir la leona. La nación yanqui, reina de la democracia en el mundo occidental, elegirá a su próximo presidente.

Desde hace más de dos siglos siempre se gestaron para ello dos embriones masculinos, de los cuales quedaba como monarca el primero en nacer. El otro neonato a la fosa común.

Pero este año, tal vez por designio de un hado funesto, hubo un embrión masculino y otro femenino.

En la preñez se fue esbozando la hembra como un primor, de faz tranquila y sonrisa perene. El varón, más que cachorro parecía una serpezuela belicosa; tanto pataleo hizo que se enredó con el cordón umbilical

Cierta vez hubo tremendo susto cuando la beba quedó inmóvil durante varios minutos. Se pensó que se había malogrado, o al menos quedar tullida o lela. Por buena suerte fue falsa alarma

Las matronas se encariñaron con ella. Además un brujo vaticinó que el nacimiento del macho sería funesto, por lo tanto debía evitarse.

Se hizo creer a todo mundo que por vez primera una leona sería monarca. Todos los regalos debían ser color de rosa, nada de azul.

Pero a pocos días del alumbramiento volvió la incertidumbre y no se puede garntizar el triunfo de ninguno. A lo mejor el cachorro no acepta su infanticidio. Lo más seguro es que quién sabe.

Se analizó la opción de una monarquía bicéfala y permitir el nacimiento de los dos, pero fue desechada de inmediato.

Así que las comadronas están en ascuas, esperando el momento cuando salga la primera criatura. Si es la niña rubicunda habrá júbilo y muchos mimos. Si es el bebé iracundo pondrán pies en polvorosa, pues según la profecía, la bestezuela buscará hurgar entre las naguas de las mujeres para manosear sus intimidades.

Antes de cortar el cordón umbilical.

a_hugo16@hotmail.com

 

 

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