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2233 16 Noviembre 2016

 



DISPARATES
Jueces huizacheros
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Escribimos en este mismo espacio hace siete meses, cuando iniciaban en abril los juicios contra Medina y Arellanes: “El Bronco tiene como enemigo declarado al poder legislativo, luego se añadirá otro, el judicial. Como en el dominó por parejas, jugando contra dos enemigos y un traidor”.

Pian pianito  ahí la llevan el dúo y sus respectivas pandillas. No tanto con la complicidad de los jueces locales, sino bajo la sagrada protección del poder judicial federal, quien ha congelado todas las acusaciones en su contra.

Conocido es el camino de los abogados trinquetes: si no jala algún juez local –porque ya esté muy quemado o no quiera entrarle- buscan en otras entidades, y siempre encuentran alguna instancia de distrito o magistrado federal que les otorgue amparos, con su correspondiente soborno. Es lo cotidiano, salvo que el acusado sea un enemigo hediondo del sistema, como el Chapo Guzmán o Javier Duarte. Medina y Arellanes no llegan a tanta hediondez, por lo pronto.

Simpáticos son los criterios que han aplicado para brindarles protección legal. Arguyen deficiencias procesales de los acusadores: que no presentan por escrito, que invocaron una ley equívoca. No se aborda el asunto principal ni se ha valorado ni una prueba. Los abogados defensores ni se despeinan, al fin que les están haciendo la tarea.

La idea que se forma es que los acusadores son chambones e ineptos, pero como los juzgadores utilizan dos barajas, las leyes anteriores por escrito, y las nuevas por oralidad, siempre pondrán un pero.

Por lo pronto los amparos se resolverán hasta el 2017. Y si acaso un juez honesto decida que se les debe enjuiciar, tendrán el cobijo de la Suprema Corte de Justicia.

Las togas de los ministros tienen faldas tan amplias, que bien caben Alí Babá y sus cuarenta mil ladrones.

a_hugo16@hotmail.com

 

 

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