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2296 13 Febrero 2017

 

 

De la mano y la palabra de Laura Esquivel
Lídice Ramos Ruiz

 

Monterrey.- El pasado viernes 10 de febrero, vivimos en Monterrey una tarde agradable y amorosa de la mano y la palabra de Laura Esquivel, ahora, mujer madura y genial. Educadora de profesión, pero más conocida por ser guionista, forjadora de teatro infantil, novelista y desde 2015, diputada federal por Morena.

Hemos vivido y reconocido con la lectura de sus novelas, la vida de mujeres creativas, llenas de amor, con una pasión intensa por lo que hacen, pero a la vez pacientes, sensibles y sencillas que a pesar de las cargas culturales y sociales que se les adjudican, saben sacar de sus entrañas una fuerza ovárica para salir adelante en la vida. Me preguntaba, cuando no le conocía en persona, si así sería ella o su creatividad había forjado ese imaginario de mujeres.

Conocerla personalmente, fue una encantadora sorpresa: sencilla, amable, cálida, con una sonrisa dispuesta al diálogo con propuesta. Unas manos que acogen las preguntas y luego las abre para contestar desde una conjunción de pensamientos, científicos y mágicos, buscando una nueva forma de hacer política para todas y todos en México, fueron momentos de un conversatorio nutricio.

Ama la naturaleza, la física cuántica y la cocina con todas sus complejidades y laberintos en los que busca las fuerzas para la reconstrucción de nuestro país. Está muy lejos del amor cursi, de esa palabra desgastada en el día a día sin soluciones auténticas y satisfactorias. Entiende el amor como una energía que te conecta, llámese como se llame: compadrazgo, amistad, sororidad, fraternidad, afinidad; como deseo auténtico de búsqueda, como conjunción vital de las y los humanos.

Energía humana necesaria en estos momentos para México, como país que precisa de la reconciliación y reconstrucción en estrecho reconocimiento de la diversidad étnica, religiosa, de preferencias sexuales, de edades, entre otras y de practicar una acción política, sin esa estructura piramidal apoyada en la obediencia o de seguir órdenes superiores sin ser escuchada o escuchado. De inmediato pienso que es necesario analizar y entender cómo se extingue el orden cultural de la Modernidad. Extinción porque en parte, es un proceso de superación y en parte de obsolescencia, que en Política, con mayúsculas y minúsculas, pasa por una serie de regulaciones y emancipaciones de ese orden ético-político caduco. Sin duda se estructuran nuevas miradas donde el ególatra patriarca del mundo eurocéntrico o el tlatoani del mundo azteca, parte superior de la pirámide, son cuestionados junto con su equipo y organización.

Fue contundente al exponer que la vida de una humana o humano tiene pliegues donde hay errores y aciertos. Ella se pone de ejemplo: en la década de los sesenta no creía en la cocina como un lugar privado donde se cobijaran saberes emancipatorios, quería estar en el mundo de lo público, donde se avizoraba la construcción del “Hombre Nuevo”, libre y responsable de su razón y acción. Sujeto masculino que orientaría la vida práctica de los ciudadanos a una producción y distribución apropiada de la riqueza material y simbólica de los pueblos, hombre que no llegó a cuajar o resultó muy ambiguo. El horizonte de concreción era ambicioso y tuvo intentos capitalistas y socialistas de solución práctica para la vida colectiva e individual, pero en el trayecto histórico se redujo o se pervirtió; allí, la inclusión de las mujeres se concretó en algunas formas de subordinación semi-sordas a sus reclamos.

La estrecha relación entre producción y reproducción de la vida humana, quizá la aprendió como algunas de nosotras estudiando la Economía Feminista, que nos lleva a la cocina para entender que no sólo hacer la comida es un acto de amor, sino que además, es un acto liberador cuando aprecias los saberes de las mujeres de casa: calcular el gasto, distribuir los nutrientes de los alimentos, cuidar de las y los viejos, sostener la vida del que trabaja fuera de casa, de ella misma y su prole. Consideramos que revalorar el trabajo no pagado como parte de la reconstrucción social es indispensable porque rescata un modelo de orden social, con limpieza, exactitud y educación de primer nivel, necesario éticamente. Pero que no logramos analizar en los diálogos de este día.

Cualquier proyecto en el ámbito político que se plantee un nuevo paradigma civilizatorio para México ya sea económico, político, social o cultural pasa por reprobar las acciones corruptas que se perciben y comprueban día a día. En el caso de Morena, se está hablando de ser honrados, auténticas, honestos, leales y rectas dejando de lado el color del partido, el odio, la violencia o la exclusión. Volver a la responsabilidad ética-moral de las personas en general y de las que actúan en el ámbito de la política, en  particular, en una sociedad empobrecida y precaria es tarea titánica pero no imposible, ellas y ellos la han emprendido. Para muchos es una utopía del siglo XXI que lucha contra los vientos del individualismo, de lo efímero, el consumismo y la desesperanza. La sanación colectiva a la que le apuesta este movimiento de regeneración  nacional se apoya buscando desarticular las reglas del juego político mexicano a base de honestidad, dignidad, disciplina y responsabilidad de la o el funcionario público.

El debilitamiento de la institucionalidad neoliberal en nuestro país, está en marcha, el acumulado organizativo y político rebasa a los partidos políticos y las movilizaciones sociales han ido levantando objetivos de lucha concretos para conciliar el entendimiento y análisis de los temas que unen. Uno es, el rechazo a la vieja forma de hacer política y a los políticos, pero, avanzamos lento, el cambio del enojo a la resistencia  y a una actitud más política de cuestionamiento del poder camina. Hay la llevamos.

Tenemos, como dice Laura, la sabiduría ancestral de nuestras antepasadas en las venas; en muestras mentes existen las semillas de las culturas nacionales, que pueden germinar en actitudes nuevas ante las y los demás, conjugando emociones y razones en el ámbito político nacional.

 

 

 

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