En el DF también se pagan impuestos
Ojo, en el DF también pagan impuestos a la federación (ver texto de Alfonso Teja, 2/ENE/09). Luego el Congreso de la Unión asigna la lana a cada entidad, o sea que en NL también reciben lana de los impuestos del resto de los estados. Puede ser que no nos guste en qué se gasta la lana, nomás no olvidemos que todos los mexicanos pagamos impuestos, y los que no pagan no son los de una entidad en especial, sino que suelen ser los picudos, los tranzas, o los que el mismo sistema expulsó hacia la economía informal, y de ésos hay en todos los estados. Y del evento, pos al menos fueron los Tigres del Norte, no que acá en NL y otros estados les recetan al pueblo cada artistilla chafa.
Teresa / terevima@yahoo.com

Me ha causado molestia
Leí y releí su entrega y me ha causado molestia, lo que por otra parte a usted le debe tener sin cuidado, por los comentarios fuera de todo contexto de crítica constructiva. Dijo usted, entre otras frases, que "fue un evento trágico", caray nunca me lo hubiera imaginado; "pagado con los impuestos de todos nosotros, los habitantes del resto del país", le salió lo regiomontano que desde hace mucho tiempo dicen que mantienen a la capital del país, sin ningún sustento válido; "cuanto desfiguro"..."de la joven pasadita de kilos", ¿es usted crítico de escritos o de estética femenina?; "varoniles trajes color entre rosa y mamey", ay sí tú; "para ofrecer uno de los conciertos más desabridos y desangelados que yo recuerde"; qué,  ¿tenían que haberle consultado? Hay otras ridiculeces más, pero con éstas tengo para decirle, con todo respeto, como se estila ahora, que lo que el gobierno de la ciudad hizo fue darle un par de horas de relajamiento, a sus habitantes que no tienen para asistir a conciertos en salones de postín, con música que a muchos les gusta y fascina, para corear, bailar, etcétera y que no necesariamente comulgan con usted en escuchar música clásica, de protesta, como la de Chávez, que por cierto me gusta, ni otras más de su agrado. La tolerancia, por lo que se aprecia, no es precisamente una de sus cualidades y menos para recibir un año 2009, que se sabe será, este sí trágico.
Carlos Manuel Sabines Venegas

Por abajo pero cargado a la derecha
En este artículo de crítica al jefe de gobierno del GDF "desde abajo", pero en realidad por su contenido muy cargado a la derecha, se pueden destacar varios elementos que así lo demuestran.
Su introducción comparte las tesis de MAKIAVELO del diario El Norte, a saber, que los estados subsidian a la capital hasta en los derroches del pan y circo. Pero con el 8% de la población el DF genera el 21% del PIB y seguramente al igual que Jalisco y Nuevo León y otros estados "ricos".  Los que pagamos impuestos en el DF contribuimos proporcionalmente más que los habitantes de otros estados al erario de la federación. Así que la fiestecita, a la que no fui ni vi por televisión, nos la pagamos con nuestros impuestos y sobró para pagarle los cuetazos y toritos a muchos de los más de 5,000 ayuntamientos del país la noche del 15 de septiembre.
Reforma es un espacio público, mucho más que una avenida principal, es de los ciudadanos motorizados y de los de a pie. Realizar una verbena popular en ella es muy correcto, aunque fastidie por unos días a los que van al centro en auto, de a uno por auto, en lugar de usar el transporte público. De los 3 millones de autos en la ZMCM (muchos registrados en el Estado de México) con 19 millones de habitantes, 6 habitantes por auto, cuántos necesitaron circular por Reforma esos días? En París, los Campos Elíseos y muchas otras arterias se cierran igual y se llenan igual por la misma razón y esa semana los hoteles de dos estrellas cobran como si fueran de cuatro, y sólo te mueves en metro o caminando. El clasemediero que se fastidió por no poder usar la calle como está acostumbrado (a que es suya y sólo suya) tal vez se molestó y se quejó en el periódico parisino equivalente a El Norte o Reforma (no sé, no leo francés), pero los restauranteros, hoteleros meseros etcétera, esperan esa semana con esperanza de buenos negocios. Seguramente, muchos de los asistentes a Reforma o a los Campos Elíseos, dejaron su auto a distancia prudente y caminaron o terminaron el trayecto en Metro. La calle es de todos y no sólo para circular en auto. Aquí también cierran periódicamente en fin de semana para que los ciclistas puedan circular seguros; en París no es necesario, ¡qué envidia!
Ese evento antes se hacía en el Zócalo, pero ahora está ocupado con otro circo, la pista de hielo y el resbaladero, financiado por las empresas patrocinadoras y posiblemente también con recursos públicos. Miles esperan cinco horas para patinar 45 minutos; !qué tontería, si con un vuelo de 3 horas a Colorado se puede hacer lo mismo por varios días! Otros esperan un rato para poder tomar un café en los miradores del Majestic o el Hotel de la Ciudad de México, frente al Zócalo y ver a los otros divertirse. Un amigo que vive a una cuadra se queja como clasemediero fastidiado; otro conocido que tiene un negocio está contento. Y en estos días y en esos lugares, el delincuente más peligroso al que te enfrentas es al carterista.
Seguramente algún genio en el GDF creyó que Oscar Chávez no era el indicado para un reventón de fin de año, que a fin de cuentas es invitado con frecuencia al Zócalo. De la calidad del evento te acepto todo lo que dices, no fui, y no puse a Televisa ni de fondo; en la reunión de amigos, pusimos una alarma en el celular para estar listos con la botella de vino espumoso y las uvas.
Y no escribo para defender a Marcelo, sigo con el Peje, pero consideré necesario demostrar que por abajo también se puede transitar a la derecha.
Luis Gerardo Ruiz Suárez

Respuesta de Alfonso Teja
Luis Gerardo:
La mera verdad, ¡me dio gusto recibir tan puntual regaño! En serio, no es broma ni pose.
Ya antes recibí otras airadas quejas medio absurdas que ni tocaban el asunto central, que no es la cuestión de los impuestos, o mucho menos el asunto del cierre de la avenida.
Me preocupa el populismo manipulador, tan mal hecho, y llevado a cabo por medio de un espectáculo que, merecido o no, se realizó al estilo más ramplón que se puede hacer.
Me parecen muy válidos tus argumentos y en términos generales totalmente aceptables. Reconozco que me pasé de lanza y provocador. Te ofrezco a ti y a los lectores una satisfacción.
De cualquier manera, permíteme algunos comentarios en aras del entendimiento. ¿Sale?
La abundancia de cifras que expones es convincente; sin embargo, veo que por un lado manejas la info en términos de entidades geopolíticas (por ejemplo, 8% de la población del DF genera el 21% del PIB nacional), y por otro, cuando hablas de 19 millones de habitantes, haces referencia a toda la ZMCM, -porque evidentemente 19 millones no es el 8 por ciento de los 106 millones 682 mil 500 habitantes de nuestro país que reporta el INEGI a mitad del 2008. Como sabemos, las cifras pueden ser exactas, pero también pueden presentarse de varias maneras.
Y ya que eres tan ducho en estas cuestiones, pues ojalá pudieras proporcionarnos cuál fue el costo del festivalín de marras. Ya ves que ni el DF, o NL, se han caracterizado por su transparencia.
Otro: simpatizo con Andrés Manuel, mas no soy incondicional de nadie, y cuando veo a un emperador que va desnudo, pues como el niño del cuento de Hans Christian Andersen, ¿que más se puede hacer sino denunciarlo? (Por cierto, mira qué coincidencia: Andersen quiere decir hijo de Andrés.)
Reconozco: me dolió la acusación de parecerme a El Norte o Reforma (y luego a Makiavelo... ¡ugh!), mas debo decirte que interpretaste muy libremente la metáfora de los rumbos perdidos en que andan desvariando nuestros políticos de todas las denominaciones y estaturas.
Lo único importante que quise decir es cuánto me hostiga, me inconforma, que nuestros líderes no entiendan la oportunidad que tienen y desperdicien recursos tan escasos -dinero incluido- en espectáculos de evasión, poco o nada constructivos. No tiene esto nada que ver con el género musical. La música, toda, sólo se ubica en dos categorías: bien tocada o mal tocada. Y los Tigres no son el mejor ejemplo de nuestra música. No los ataco ni desprecio. Simplemente me parece que en cuanto a técnica musical y calidad artística no están en la cúspide. Venden muchos discos, pero eso no los convierte en grandes artistas, de la misma manera en que hay escritores que venden muchos libros y jamás aparecerán en los anales de la literatura. Esta es la verdad simple y llana. Por otra parte, me sorprende que nadie diga nada sobre la clara falta de respeto de Joan Sebastián hacia la joven que subió al escenario. Lo siento, esta vez JS perdió la onda.
Pero vamos a lo realmente significativo. Si no fuera trágico, sería cómico. Tenemos encima una guerra mal planteada por el señor de Los Pinos, con un costo humano que no necesito describir, y una embestida por parte del crimen organizado en la que ya no hallamos la puerta, y otro posible paladín en el que tal vez tendríamos que confiar eventualmente en el 2012, nos regala una inesperada oportunidad de escuchar un coro monumental de 120 mil voces cantando las glorias del contrabando de drogas. ¡Y nadie parece darse cuenta de la contradicción!
Vuelvo a repetirlo tal y como lo traté de explicar en mi artículo que tanta comezón generó: si ésta es nuestra real y verdadera idiosincrasia, pues ya estamos listos para discutir la legalización al menos de la mariguana, y no entiendo por qué razón Marcelo le sacó al parche.
Ahora que si sólo se trató de una distracción, un chiste, o como me dijeron en otro mensaje, que el gobierno de la ciudad lo que hizo "fue darle un par de horas de relajamiento a sus habitantes que no tienen para asistir a salones de postín", les tendré que recordar que eso fue exactamente lo que hizo el ayuntamiento de Hueytlalpan, en Puebla. ¿Se acuerdan del espectáculo con niños haciendo striptease con la excusa "sólo estábamos divirtiendo al pueblo"?
Compatriotas: esto se llama inconsciencia.
Amigo Luis Gerardo: coincido contigo en muchas cosas. Me convence plenamente tu propuesta de la verbena popular (y fastidiar a los clasemedieros, y de más arriba –agrego yo-, que creen que la ciudad se vive mejor desde el auto). Pero pienso que con toda esa lana invertida en un evento masificante, donde la atención se concentra hacia afuera en un espectáculo muy pobre, mejor se podría haber producido una auténtica Verbena Popular, con la gente de a pie tomando el espacio público como protagonista del evento. La propia gente, toda la gente.
Imagina todo ese tramo de Reforma y calles aledañas, Zona Rosa incluida, transformadas en una oportunidad para el contacto humano real (no los apretujones que vimos) en una celebración digna de la diversidad tan propia de nuestra gran capital. En lugar de un solo megaescenario, se pueden instalar varios más pequeños, y dar paso a muchos artistas populares de todos tipos. Sería una verdadera fiesta y los paseantes acudirían a escuchar lo mismo un son cubano que uno huasteco, algún mariachi por allá, acá unos darketos postpunks, y más allá otros loquitos bailando en un trance technohouse, o incluso algo más vanguardista. No faltarían un rincón romántico y otro para los abuelitos del viejo rock, pues como sabemos hay de todo y para todos debe haber.
Creo que con algo así se lograría un atractivo de clase mundial muy benéfico a todos niveles. Pero es mucho soñar. A veces parece que la imaginación nos estorba, o se vuelve en contra nuestra. Honestamente no creo que sea la gran idea instalar una pista de hielo en el Zócalo y atiborrar aún más el saturado centro capitalino. ¿Cuál es la intención? ¿Buscar a los integrantes de la selección nacional de hockey sobre hielo para los Juegos Olímpicos de Invierno? ¿Crear afición para que el resto del año hagan mejor negocio las pistas de hielo privadas? No, -me van a decir-, se trata solamente de que la gente se divierta. Tanta inocencia me conmueve.
El único punto real a discutir aquí es el de la responsabilidad del gobierno (el que sea y donde sea) y de los medios, que como sabemos nada más andan viendo cómo sacan su tajada y contribuyen (casi todos) a que el sistema siga dándoles lana a los que ya la tienen.
No nos salgamos por la tangente. Entre esas líneas, que tanta indignación parecen haber  causado, escribí también: En el evento (...) se expresó esa profunda contradicción esencial que parece condicionar casi todo lo que hacemos los mexicanos. Ahí esta la realidad, clara y contundente frente a nuestros ojos, pero no queremos verla y ni siquiera describirla como es. Extrañamente, al parecer nadie entendió; o simplemente no leyeron.
Por lo demás, cada quien es muy libre de hacer lo que quiera, y admirar al artista o político que quiera. No juego guerritas, ni debatito. Sólo me anima poder convencerles de que en las naciones desarrolladas, gobiernos y medios tienden a ver hacia el futuro, hacia adelante. En nuestro contexto no es así y nos concentramos en la nostalgia y una timorata añoranza del pasado. Eso nos venden y, muy agradecidos, eso es lo que compramos haciendo tumultos.
Finalizo: necesitamos llegar a otros niveles de capacidad de análisis. Juguemos. Propongo dos frases. ¿Una, es verdad y la otra, no?

1. Quien niegue que durante siglos el centralismo provocó una enfermedad de macrocefalia en nuestro país, miente.
2. Quien, además, no entienda que nuestra orgullosa ciudad capital de

      México-Tenochtitlan es baluarte legítimo de nuestra identidad liberal nacional frente al extendido mocherío más allá de Cuautitlán, miente o es un ignorante.
 ¡Y ahora sí que alboroté al gallinero y me metí en camisa de ciento veinte mil varas! No le hace. De todos modos les deseo a todos ¡Paz y Salud! Y confío en seguir encontrándoles por aquí, a la izquierda del corralito.
Y de veras: ¡gracias por la regañada! Es lo que necesitamos para ser más cuidadosos y responsables. Éste es exactamente el tema, aquí y ahora.

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