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30 de agosto de 2010
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Los Ninis crecieron ya
Luis Miguel Rionda

El evento de la semana para el estado de Guanajuato lo fue sin duda la Conferencia Mundial de la Juventud, que reunió a jóvenes de -dice la publicidad oficial- 104 países convocados por la Organización de las Naciones Unidad, principal promotora del encuentro de chavales.

Desde el principio se evidenció que el magno evento no estaría libre de polémicas y enfrentamientos entre las visiones encontradas sobre el papel que debe jugar la juventud en un mundo tan diferente del que conocimos los que ya somos adultos maduros o mayores. Como nunca, percibí una enorme confusión sobre los paradigmas con que los jóvenes deben comprometerse: unos optan por la libertad y el hedonismo, otros por el compromiso social y la solidaridad, otros más por el progreso económico y la productividad. En fin, cada chavo con su onda.

Tuve la suerte de participar como expositor en uno de los foros interactivos del lunes gracias a la amabilidad de Luis Arturo Ruiz Mendoza, dirigente de la organización cívica Unidos por el Progreso y la Igualdad Social A.C. El foro se dedicó a analizar y debatir sobre el fenómeno de los chicos NiNi -que Ni estudian Ni trabajan-, un conjunto de jóvenes que no encuentran motivación para salir a la calle y buscarse un trabajo ordinario, o bien para continuar con sus estudios. El fenómeno se despliega en países desarrollados como Japón, Alemania, España y muchos otros; incluido México, que aunque sin desarrollo ya exhibe una importante cantidad de chavales en esa situación.

En España la cantidad de jóvenes NiNi es ya motivo de alarma nacional. “El dato asomaba hace poco, sin estrépito, entre los resultados de la última encuesta de Metroscopia: el 54% de los españoles situados entre los 18 y los 34 años dice no tener proyecto alguno por el que sentirse especialmente interesado o ilusionado. ¿Ha surgido una generación apática, desvitalizada, indolente, mecida en el confort familiar? Los sociólogos detectan la aparición de un modelo de actitud adolescente y juvenil: la de los Ni-Ni, caracterizada por el simultáneo rechazo a estudiar y a trabajar” (nota de José Luis Barbería para Vida&Artes, 22/06/2009).

En España se padece un desempleo de casi el 20% de la PEA. Tal vez sea esa una de las razones para el desánimo de toda una generación que se niega a buscar el pan o la competencia profesional que le permita salir del cómodo nido familiar. En una búsqueda en YouTube encontré una interesante serie televisiva española, un Reality Show denominado “Generación Ni-Ni”. Dos psicólogos que obligan a una docena de chavales a vivir juntos, y confrontar las responsabilidades básicas de sostenerse, atenderse y trabajar cotidianamente, sujetos a horarios y obligaciones ante patrones nada complacientes.

Es triste constatar el dolor de mozos macizos de 18, 22 o hasta 30 años de verse arrojados a las rudezas del mundo real. Una generación posmoderna y hedonista que halla gozo en el placer inmediato, la virtualidad de un mundo cibernético e inexistente, el odio hacia los padres, pero la inevitable dependencia hacia los mismos.

Sobre México, Luis Miguel González, director editorial de El Economista, publicó el 12 de febrero pasado: “El purgatorio económico tiene forma: ser joven, no estudiar ni trabajar. Para ellos se ha inventado un término, generación Ni-Ni y una cifra: se dice que son 7 millones de personas en México.” Esta misma semana el Rector de la UNAM, José Narro, afirmó que en el país existen 7.5 millones de NiNi’s, ateniéndose a los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud 2005. Si tenemos 34 millones de personas jóvenes en nuestro país, un 22% de nuestros chavos no tienen trabajo ni estudian. Falta saber cuántos de ellos no lo hacen por imposibilidad real, o sencillamente por la comodidad de no cumplir con una obligación que hasta hace poco era elemental.

La SEP y Gobernación saltaron escandalizadas a corregir al insigne Rector, y lanzan una cifra absurda: sólo 285 mil jóvenes mexicanos pueden considerarse NiNi’s, ya que la gran mayoría de los reportados por la encuesta son desempleados o mujeres dedicadas a labores del hogar. ¿Tú les crees? Yo tampoco.

El fenómeno NiNi se acompaña del llamado “Síndrome de Peter Pan”, la negación de muchos mocetones de crecer, de madurar. Es parte de una actitud posmoderna del ciudadano contemporáneo, muy estudiada por psicólogos sociales, filósofos y sociólogos en todo el mundo. ¿Es cinismo? O es saberse intrascendente en un mundo donde todo está hecho. ¿Para qué esforzarse, si todo está resuelto? Sobre todo lo correspondiente a la papa diaria, al esfuerzo cotidiano, al compromiso. Como canta Virulo: “Y cuando en el futuro pregunten de seguro, que cómo fue que hicimos, que todo lo jodimos. A mí que no me vengan con mamadas: yo no hice nada”

Antropólogo social. Profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus León.
luis@rionda.net – www.luis.rionda.net - rionda.blogspot.com

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