FRONTERA CRÓNICA
Corridos
J. R. M. Ávila

Monterrey.- “Y a todos se les recuerda cantándoles sus corridos”, declara Julián Garza en su corrido de corridos Pistoleros Famosos. Por supuesto, se refiere a otro tiempo, a la época en que la muerte era individual, en que la muerte no se compartía, en que la muerte se enfrentaba en solitario; y no a lo que sucede en estos días, en que las muertes se dan en ristras desde dos víctimas hasta aún no se sabe cuántas.

Porque se supone que desde el 2006 hasta agosto de 2011 van arriba de cuarenta mil muertos (con datos conservadores) en la guerra que niega Calderón, y si ahora alguien se echara a cuestas la tarea de escribir un corrido para cada muerte, no se daría abasto ni componiendo las veinticuatro horas del día.

Si hacemos cuentas, tendría que componer no menos de veinte corridos por día. Y esto sin contar que se les ocurriera a otros compositores escribir dos o más corridos para una misma muerte. Tendría que crearse una industria dedicada a la producción y venta de discos que nadie alcanzaría a escuchar ni a comprar.

Por esos ahora los corridos tendrían que ser compuestos al estilo de las letanías en los rosarios católicos que, claro, se refieran principalmente a la virgen María con sus diferentes denominaciones, motes o apodos, como: Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las Vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la divina gracia, Madre purísima y así sucesivamente.

Es decir, los corridos tendrían que mencionar lo que aconteció, dónde y cuándo, para enseguida pasar lista de ausente por cada cadáver que se encontró. Por supuesto que con los respectivos nombres y apodos que (como bien se sabe), en todos los bandos (tanto narcos como policiales) se acostumbran en vida.

Tal vez ahora los corridos tendrían que tratar sobre acontecimientos colectivos, para captar el sentido de lo que va sucediendo entre un montón y otro de muertes.

Por decir algo, podrían enfocarse en los efectos de un huracán en las poblaciones que arrasó, en la masacre derivada de algún enfrentamiento entre policías y/o narcos, en el motín que se ha verificado en alguna cárcel mal custodiada, en el control violento que un grupo (sea del origen que sea) mantiene sobre alguna población, en las transas políticas que están (igual que siempre) a la orden del día.

Como se puede notar, material para corridos hay de sobra, y es necesario que alguien los siga componiendo. Sobre todo porque los noticieros de radio, prensa y televisión no sólo no difunden lo que está sucediendo sino que hasta lo ocultan.

Aquí es donde los corridos deben responder al compromiso social de consignarlo, le pese a quien le pese y los prohíba quien los prohíba.

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