860
10 Agosto 2011
 


ANÁLISIS A FONDO
Comienzo del fin
Francisco Gómez Maza

Y el escenario es ahora de… ¡los chinos!
México, el más afectado por la caída de EU

gomez mazaCiudad de México.- Pero independientemente de la crisis financiera global, desatada por la imposibilidad de los Estados Unidos de hacer frente a su inimaginable deuda, fijada en alrededor de los 15 billones de dólares (15 mil millones en contabilidad no anglosajona), casi del tamaño de todo el producto interno bruto de su economía, la crisis del Imperio venía ya a todo vapor desde la crisis inmobiliaria de 2008, premonitoria de una era nueva de la humanidad: la caída del imperio washingtoniano y el ascenso vertiginoso, imparable, de China como el nuevo Imperio.

Nadie se atreve a hablar del fin del Imperio, ni de la cada vez más cercana hegemonía mundial del gigante asiático. Pero los datos del gobierno señalan que las reservas de divisas de China ascendían, a fines de junio, a cerca de 3.2 billones de dólares. Y para fines de abril, China poseía 1,153 billones de dólares en deuda del Tesoro de Estados Unidos. Es así  el Dragón el mayor acreedor de los estadounidenses.

Lo que ha hecho la calificadora Standar & Poor’s (S&P), al rebajar la calificación de excelente (de AAA a AA) a la capacidad crediticia de Estados Unidos, es otorgarle reconocimiento al deterioro.

La decisión de la calificadora, histórica, como lo dijo ayer en su editorial el The Washington Post, debería de haber venido acompañada por un mea culpa,  pues hace tres años, en lugar de advertir de un peligro inminente, estimuló la inversión irresponsable, cuando bendijo los bienes raíces respaldados por instrumentos financieros basura.

Las instituciones y los inversionistas individuales, atraídos por la perspectiva de grandes ganancias en lo que consideraban ultra-seguras inversiones, pronto se vieron atrapados con activos tóxicos. Los mercados de crédito se congelaron, la economía se contrajo y desaparecieron  miles de puestos de trabajo.

Ese año, no fue suficiente el acuerdo entre republicanos y demócratas para salvar la trágica coyuntura:

Se quedó corto el acuerdo de cuatro puntos: la elevación del techo de la deuda en 2.1 billones de dólares; el recorte en 900,000 millones de dólares del gasto público en la próxima década – incluidas reducciones de 350,000 millones en gastos de Defensa, pero también en programas sociales -, la conformación de un comité bipartidista para lograr un acuerdo de recorte de 1.5 billones adicionales y, en caso de no resolver nada hacia finales del 2013, imponer un recorte automático de 1.2 billones.

Estas noticias dieron un vuelco brusco a la situación financiera mundial. Las bolsas de valores de todo el mundo no sólo no se reponían ayer del impacto, sino que siguieron cayendo.

Los lectores no terminaban aún de leer, ayer al alba, los reportes de prensa, cuando las agencias de noticias daban cuenta de nuevas rondas negras en las los mercados europeos y, un poco más tarde, en los asiáticos, que seguían desplomándose por el pánico a una nueva recesión.

Podría decirse que la decisión de S & P desató la crisis, aunque esta calificadora sólo actuó para reconocer la verdadera capacidad de pagos de la economía estadounidense. Con todo, al Washington Post le asiste la razón cuando le reclama a la calificadora que, después de todo, ella jugó un papel importante en atizar la crisis de 2008.

El presidente Obama pretendió calmar el nerviosismo de los mercados, pero no lo logró. Ya se le había escapado de las manos el timón. Y no por culpa de la determinación de la S & P. Ésta tuvo razón acerca de su evaluación de los problemas que subyacen en la economía de EU, pues los gastos del gobierno son demasiado altos (particularmente las guerras sangrientas e inútiles), y los ingresos fiscales siguen siendo insosteniblemente bajos.

Ciertamente, la mala nota a la capacidad crediticia de EU es un golpe al prestigio y la credibilidad estadounidenses. Pero tenía que ser, por supuesto, una de las razones para que Wall Street – el hasta ahora más importante distrito financiero mundial - viviera sus peores días desde la crisis de 2008, aunque  el estancado crecimiento económico estaba ya perjudicando a los mercados antes de la rebaja.

Desde 2008, cuando estalló la gran crisis por los malos créditos inmobiliarios – la crisis del Subprime, como se le llamó,  se veía venir otra gran crisis. El síntoma más grave fue el deterioro de los niveles de empleo, que llegaron por arriba del 9 por ciento en una economía que generalmente había sido de “pleno empleo”. La economía estadounidense irremediablemente cayó en una nueva recesión, pues al gobierno de Obama le faltaron agallas para estimular al aparato productivo.

En los últimos tres meses, la economía se desaceleró rápidamente. El sector inmobiliario, un motor de toda la economía, prácticamente entró en coma. Y el sector manufacturero aminoró su ritmo llegando a los niveles más bajos desde 2009. Llegó a la línea de crecimiento y caída. Prácticamente todos indicadores de la producción se fueron a la baja: precios, empleo e inventarios. Los únicos dos sectores que mostraron incrementos fueron el de importaciones y exportaciones.

Y como bien lo aceptan todos los analistas, el problema para México es que, frente al deterioro de la mayor economía del mundo y el principal “socio” de los mexicanos, las órdenes de manufacturas en México caerán también y se llevarán entre las patas a la industria nacional.

http://analisisafondo.blogspot.com/
analisisafondo@cablevision.net.mx

 

¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

k

 

r

i

 

unez

 

q90

 

p89

 

q88