Quienes hacemos la vida
Stephanie Carvayo
arís.- Los japoneses que sufrieron del “síndrome París” no se equivocaron. Sufrieron de un schok de realidad ante lo que les hemos vendido como un lugar de ensueño.
Pero tampoco llegaron a conocer el verdadero París. ¿Qué es de una ciudad, sin sus habitantes? Somos las personas quienes formamos el lugar, que a su vez nos forma. A poco más de un mes de haber dejado la segunda ciudad más violenta de México, la más contaminada y la más discriminatoria, he sufrido de confusión sobre mi actual estado emocional al vivir en “La plus belle ville du monde”.
En Monterrey estaba segura de caminar hacia un suicidio anímico, me volvían loca sus políticos, sus calles y su temperatura. Hasta hoy, en París me desanimaba su frialdad. “La vida no está en otra parte”, pensaba al percatarme que no podemos huir de nuestros procesos personales que arrastramos a donde vayamos.
Pero entonces, conseguí un nuevo hogar y me saludaron nuevas amistades. París no es sólo su metro ni sus colillas, así como Monterrey es más que su violencia. Somos nosotr@s quienes hacemos la vida, y podemos generar síndromes o medicinas de las situaciones que vivimos.
