Michoacán, Coahuila
Carlos Manuel Sabines
 

iudad de México.- La formalización del triunfo de Luisa María Calderón en las elecciones de Michoacán, está a escasos 10 días. Aureoles no tiene esperanza alguna y Vallejo está condenado a perder por la sencilla razón de que contiende con la hermana mayor de Calderón y este no permitirá que pierda bajo ningún escenario.
 
Sin embargo, hay monedas de cambio sobre la mesa. El PRI dejará  que lo arrasen a cambio de que a Moreira no le pase nada, ni con las demandas que la PGR y/o la Fiscal presenten. Esas denuncias sólo fueron  para ablandar a los tricolores.
 
De esta suerte, Luis María será la gobernadora de la ignominia, la que habría dicho al principio de esta administración que no participaría en política mientras su hermano fuera presidente y que es producto de negociaciones ya no en lo obscuro, sino a plena luz del día.
 
Pierden los ciudadanos de Coahuila, porque tendrán que pagar deudas de las que nunca se enteraron que se asumían, en una administración que tiene todos los visos de fraudulenta. Pierden los michoacanos, con una gobernadora que nunca ha tenido ninguna experiencia como administradora y la que tiene en el ámbito político es muy limitada. Pierden los mexicanos en general, porque su expectativa de democracia cada vez es más acotada por los intereses personales y de grupo.
 
Ganan la impunidad de Moreira y la falsa democracia mexicana, con Luisa María a la cabeza.
 
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