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926 11 Noviembre 2011

De propuestas, encuestas y detestas
Víctor Reynoso

P
uebla.-
Max Weber veía entre los méritos de la democracia que, al obligar a los políticos a discutir entre ellos, eleva el nivel de la política en general. En este ánimo hay que ver como positiva la promoción del debate realizada por Manlio Fabio Beltrones desde hace varias semanas, complementada ahora con la publicación de su ensayo El futuro es hoy.

El planteamiento inicial parece irreprochable. Propone que para alcanzar el desarrollo económico, el bienestar y la seguridad, es indispensable llegar a acuerdos políticos. Y que esos acuerdos difícilmente se alcanzarán con el sistema actual, en el que el partido en el ejecutivo tiene pocas probabilidades de alcanzar la mayoría absoluta en el legislativo.

Esta situación, conocida como “gobierno dividido”, hace difícil o imposible tener el gobierno fuerte, eficaz y eficiente que el país requiere. Ante este diagnóstico, la propuesta de Beltrones es un gobierno de coalición, en el que los partidos que lo formen tengan incentivos para llegar a acuerdos, realizar las reformas que el país necesita, y así empezar a resolver nuestros problemas.

La propuesta considera que hay que ir más allá de la voluntad política y llegar a cambios institucionales que hagan posible el gobierno fuerte y eficaz que el país requiere. Habría que cambiar las leyes, empezando por la Constitución. No habla como otros de un sistema “semiparlamentario”, sino de un “presidencialismo renovado”.

Hay dos propuestas específicas en ese sentido: que el poder ejecutivo tenga presencia en el congreso a través de su Secretario de Gobernación, y que los miembros del gabinete sean ratificados por el Senado, en el caso de que haya un gobierno de coalición.

¿Son propuestas viables, necesarias y suficientes para el fin buscado? No es fácil responder. Son por lo pronto iniciales, sintéticas, germinales. Habría que desarrollarlas, ver sus consecuencias, buscadas y no buscadas (es decir, los efectos secundarios), los cambios institucionales que exigen.

Por lo pronto, el primer balde de agua fría lo arrojó Diego Fernández de Cevallos. Preguntó que, si nuestros diputados no han podido cumplir con una obligación constitucional tan básica como nombrar a tres consejeros del IFE, ¿podrán con un gobierno de coalición? ¿Tendrán la madurez para ratificar al gabinete con responsabilidad? ¿Le darían al Secretario de Gobernación, ahora con presencia en la cámara, un trato propicio para el diálogo constructivo?

Aunque las propuestas institucionales fueran las adecuadas, el material humano no da para hacerlas funcionar, a juicio del Jefe Diego. Aunque la maquinaria institucional fuera la que el país necesita, no contamos con los maquinistas para echarla a andar. Creo que en esto habrá un amplio consenso.

Las propuestas concretas hay que precisarlas y discutirlas. Por lo pronto una cuestión llama la atención. El senador Beltrones ha presentado reflexiones y propuestas con la que casi todos estamos de acuerdo: que la democracia es problemática pero indispensable; que el problema para el país hoy no es ya el acceso al poder sino su ejercicio; que los políticos están muy preocupados en acceder al poder pero no nos dicen para qué quieren ese poder; que la clase política está tan centrada en las próximas elecciones que deja de lado a las próximas generaciones. También es buena su frase de que a él no le interesan las encuestas, sino las propuestas.

Ante este panorama tan positivo, ¿por qué el político sonorense se mantiene tan abajo en las preferencias de los electores? ¿Imagen pública mata propuestas? No se llega al poder con buenas ideas, sino con votos, y el potencial de votos se mide con las encuestas.

Profesor investigador de la UDLAP

 

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