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926 11 Noviembre 2011

Buen fin
Carlos Manuel Sabines
 
C
iudad de México.-
En el lenguaje críptico que usan los funcionarios del gobierno, en México no tenemos, ni vamos a la recesión económica; no, lo que tenemos es una desaceleración, así pontificó Carstens y a continuación salió con que el pronóstico del crecimiento económico para 2011 y 2012, tienen que ajustarse a la baja.

Para el primer año, la adecuación, nos sumamos a esa forma de hablar, baja de 3.8/4.8% a 3.5/4% y para el segundo de 3.5/4.5% a 3/4%.  Para el caso y para los mexicanos de a pie, es lo mismo, la inflación va al galope; la canasta básica subió el 4.18%; el dinero cada día sirve para menos; no hay empleos; aumenta el desempleo, el desabasto de granos vía el aumento de precios aumenta y así por el estilo.
 
Y en ese accionar a favor de los empresarios y los hombres del gran dinero, Calderón, vía Ferrari, tuvieron la “ocurrencia”, de inventar el programa Buen Fin, que consiste en adelantar el pago de una parte del disminuido aguinaldo que se paga, cuando se paga, a los empleados del gobierno federal.
 
La medida, dijo Calderón, fue propuesta por el sector privado, esto es, hágase la voluntad de Dios en las mulas de mi compadre, para lo que Meade buscará el dinero donde lo haya, para hacer el pago respectivo y así impulsar el mercado doméstico, el consumo interno.
Resulta chistoso, de alguna manera hay que denominarlo, que los días en que las baratas-precios reetiquetados con sellos de rebaja, serán precisamente los que corresponden a los festejos del Día de Gracias en Estados Unidos.
 
La falacia de unos y otros no tiene sustento en un país, con habitantes como los nuestros, que viven al día, que no tienen educación para el ahorro y por tanto, lo que sucederá es que ese dinero se gastará en lo que sea, no se ahorrará nada y para fin de año y principios del entrante, las filas en las casas de empeño serán más largas. 
 
Otro tema para reflexionar lo constituye el relativo a que Human Rights Watch dio a conocer un informe en el que pone en el banquillo de los acusados a Calderón.
 
Las imputaciones son variadas y de todo calibre: hay violaciones a derechos humanos de los mexicanos, por tortura, desaparecidos y ejecutados extrajudicialmente; son 170 casos de tortura, 39 desaparecidos y 24 ejecutados; los miembros de las fuerzas armadas, primordialmente soldados y marinos, pero también todas las policías federales, estatales y municipales, resultan acusadas en el informe referido.
 
No hay transparencia ni rendición de cuentas de parte del Ejército y la Armada, sin que sean los únicos y se advierte que hay impunidad casi total.
 
La muestra abarcó a 5 entidades: Baja California, Chihuahua, Guerrero, Nuevo León y Tabasco, faltando para iniciar, Michoacán (¿para no echarle a perder las elecciones?), Tamaulipas, Sinaloa y Durango.
 
Resultan vinculados a todos los ilícitos comentados en el informe en comento, todas las fuerzas armadas y la PGR por su negligencia,  apatía y falta de profesionalismo de los funcionarios encargados de administrar y procurar justicia.
 
¿Y que respondió Calderón?  Puras gansadas. Que se establecerá un mecanismo de comunicación entre el organismo y el gobierno; que se instalará un comité para revisar los casos de tortura; que los delincuentes son quienes violan derechos humanos. En total, nada.
 
Pobre México.
 
carlosabines@hotmail.com
http://www.carlosabines.com.mx

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