HORIZONTE CIUDADANO
Ella ganó
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Saltillo.- El domingo pasado más de un millón 759 mil panistas estuvieron convocados a las urnas para elegir a su candidato a la presidencia de la república, que en este caso fue candidata, con lo cual nos congratulamos las ciudadanas mujeres de este país.
Josefina es la primera mujer panista que contenderá como candidata a la presidencia de la república; de otros partidos, Rosario Ibarra de Piedra fue la primera mujer candidata por ese cargo; ella compitió en dos elecciones, la de 1982 y en 1988 por el ya desaparecido Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT); Cecilia Soto fue también candidata en 1994 por el PT y en esa misma elección presidencial también se postuló Marcela Lombardo por el Partido Popular Socialista; por su parte, Patricia Mercado fue postulada en 2006 por el Partido Alternativa Socialdemócrata, de manera que la participación femenina a la primera magistratura del país ha sido la excepción más que la regla, por lo que la de Josefina Vázquez Mota es bienvenida.
Josefina, al contrario de las candidatas que la antecedieron, contenderá por un partido que tiene posibilidades reales de ganar la presidencia, pues tanto Rosario Ibarra, como Cecilia Soto, Marcela Lombardo y Patricia Mercado compitieron con partidos que eran más bien testimoniales.
Aunque en cuestión de elecciones nada está escrito, el solo hecho de que Vázquez Mota haya ganado las elecciones primarias del PAN y sea investida como su candidata, abona al cambio cultural por la equidad y la igualdad de género en un país en el que los puestos de más alta responsabilidad política han sido patrimonio de los hombres y quizá por eso estamos como estamos.
Josefina compitió con dignidad contra las preferencias de Felipe Calderón que pretendía imponer al inocuo Cordero, con razón los panistas partidarios de Vázquez Mota decían, “cenaremos cordero a la creel”.
Los estados más “josefinistas” fueron: Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Hidalgo, Jalisco, Michoacán y Morelos; ella alcanzó en total 264 mil 503 votos, de los 490 mil 666 sufragios emitidos por los panistas del país. Un triunfo contundente e inobjetable.
El proceso de precampaña estuvo plagado de acusaciones y denuncias por coacción y compra del voto, acarreo, presiones y uso indebido de recursos y cargos públicos, actos que los azules siempre han detestado en los tricolores, esas son heridas que los panistas debieran atender y curar antes del 2 de julio.
El año pasado el padrón de Acción Nacional alcanzó un total de 1 millón 759 mil 534 miembros, de los cuales 298 mil 076 son miembros activos y 1 millón 461 mil 458 son adherentes.
Así votaron los panistas de Coahuila en 37 centros de votación: para Santiago Creel fueron 621 votos, Ernesto Cordero 2 mil 175 y Josefina Vázquez Mota 8 mil 118; los votos nulos fueron 101; total: 11 mil 015 votos. Ella alcanzó cerca del 74 por ciento, de manera que en Coahuila Josefina se llevó de calle a sus dos contrincantes.
El abstencionismo fue alto, ya que según el CEE los votantes de Coahuila no llegaron al 40 por ciento del padrón estatal panista. ¿Por qué los panistas desairaron participar en este proceso interno tan importante para su partido? Es una cuestión que la dirigencia de ese partido debe esclarecer.
La democracia interna de los partidos políticos es una cuestión determinante para la vida democrática, no exclusivamente de los propios partidos, sino del país. Ellos son formadores y consolidadores del Estado democrático de derecho, de ahí su responsabilidad.
La democracia partidista va más allá de la que se practica al nivel de las instituciones y los órganos del Estado: pretende configurar una democracia integral que se verifique en el aparato estatal pero también en el plano de la sociedad y de sus organizaciones. Para calibrar la democracia interna de los partidos es preciso considerar al menos cuatro elementos: el nivel de respeto y garantía de los derechos fundamentales dentro del partido; la organización y los procedimientos internos: las corrientes en el seno de la organización y los órganos de control de su vida interna.
Además, opino que los ciudadanos coahuilenses debemos estar atentos para oponernos, con todos los recursos a nuestro alcance, a que Fernando Donato de las Fuentes, Hilda Esthela Flores Escalera (la gran Chapulina y primera Juanita coahuilense), Enrique Martínez y Morales, Jesús Mario Flores, Salomón Juan Marcos, y Verónica Martínez, sean postulados por el priato, a cualquier cargo de elección popular que les dé fuero contra la traición que perpetraron contra los ciudadanos coahuilenses al cambiar leyes a modo para la reestructura de la mega deuda. No más ofensas.
