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997 20 Febrero 2012

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Se agota el petróleo de México
Edilberto Cervantes Galván

Monterrey.- Desde hace años los especialistas han señalado que las reservas de petróleo en México se ubican en niveles de alto riesgo. Cabe destacar que el principal ingreso de México, como país y como gobierno, proviene de la producción y la exportación de petróleo.

Según los últimos informes, México tiene reservas probadas de petróleo para diez años, equivalentes a 2,6 millones de barriles diarios.

Desde una perspectiva estratégica, tal como tienen que ubicarse los asuntos de la energía, diez años es un plazo corto.

En los últimos lustros la incorporación de nuevas reservas ha sido muy limitada ya que se ha invertido poco en exploración de nuevos yacimientos.

El gobierno federal tiene en Pemex la principal fuente de recursos fiscales. Es un esquema que se ha criticado por la alta proporción de los ingresos de la empresa que son canalizados a la tesorería de la federación; con ello se ha limitado sensiblemente la capacidad propia de Pemex para invertir en el desarrollo de la industria petrolera.

El profesor emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana, Leopoldo García Colín-Scherer, investigador del Departamento de Física de la Unidad Iztapalapa, le da un poco más de vida a las reservas. El profesor Colín Sherer estimaba en el 2010 que el petróleo mexicano se acabará en el 2030. De acuerdo con el actual ritmo de extracción, hacia 2030 se acabaría el petróleo barato ─de fácil acceso─.

A menos de que se produjera el descubrimiento de algún macro yacimiento, el país no está ni financiera ni tecnológicamente en capacidad para sostener la economía con otro tipo de fuentes de energía. Se le ha apostado todo a la extracción de petróleo y muy poco a la exploración y al desarrollo tecnológico para aprovechar otras fuentes.

La propaganda política que se utilizó en los últimos procesos electorales destacaba la riqueza petrolera que se  piensa se ubica en las profundidades del Golfo de México. Pero ese petróleo, de existir, es un petróleo caro y de difícil extracción.

Con un enfoque geológico se puede decir que las fuentes de hidrocarburos allí están, esperando disponer de la tecnología que se requiere para explotarlos y a que el precio sea lo suficientemente alto como para compensar los elevados costos de producción.   
 
A principios de 2009, empresas especializadas certificaron un volumen original de reservas en el Paleocanal de Chicontepec, por 139 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente. Con esas reservas, ni para qué preocuparnos. Sin embargo, la extracción de ese petróleo, con la tecnología disponible en el mundo, sólo es viable para 18 mil millones de barriles, con una extracción lenta a lo largo de un periodo de 30 años.

La última refinería que se construyó en México fue en Salina Cruz, Oaxaca, en 1979, y desde entonces no se ha ampliado la capacidad de refinación. Se ha preferido exportar crudo para su refinación en el sur de los Estados Unidos (dizque para aprovechar la capacidad de refinación instalada no utilizada) e importar los refinados.

El Instituto Mexicano del Petróleo, que llegó a tener reconocimiento internacional como centro de investigación y desarrollo tecnológico, ha sido desmantelado por los sucesivos gobiernos.

Y ahora, claro, el principal argumento para “abrir” Pemex a inversionistas extranjeros y empresas privadas es que la empresa pública no dispone del capital ni de la tecnología para realizar una explotación eficiente de los recursos petroleros.

 

 

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