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1002 27 Febrero 2012

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Bancos ricos, economía estancada
Edilberto Cervantes Galván

Monterrey.- ¿Cómo es que los bancos mexicanos (la mayoría con dueños extranjeros)  exhiben un elevado volumen de ganancias si la economía mexicana no ha crecido en términos reales en los últimos lustros?

Tal como está sucediendo en otras partes del mundo los entes financieros se están dedicando a la especulación y a colocar sus créditos en los gobiernos, evitando el riesgo que significa invertir en el sector productivo.

Un buen ejemplo en México son las Afores. Estas administradoras de los fondos de retiro de los trabajadores se crearon por primera vez en Chile, en la época de Pinochet, como una forma de hacerse de recursos internos para financiar proyectos productivos. Las Afores chilenas, se dijo en su momento, tuvieron tanto éxito  que una vez cubierto el mercado nacional, se fueron a invertir en los países vecinos. También se dijo que habían jugado un papel clave en el crecimiento económico de ese país.

Las Afores mexicanas, cuya creación se justificó de la misma forma que las chilenas, no se han dedicado a financiar proyectos productivos. La mayor parte de los recursos se han utilizado para financiar al gobierno federal; en otras palabras, con el ahorro de los trabajadores se  está financiando al gobierno. También se autorizó a las Afores mexicanas a invertir en Bolsa; esto es a especular con fondos que no se deben poner en riesgo.

Algo similar sucede con los bancos mexicanos. Es relativamente bajo el volumen de crédito que se aplica a inversión en proyectos productivos. Las fuentes de ingreso cotidianas de los bancos son el crédito al consumo y el cobro de servicios con altas tasas de interés y elevadas tarifas.   

Todo esto tiene como antecedente la devaluación del peso en 1994 y la decisión del gobierno federal de acudir al rescate de los bancos apoyado en dinero de los contribuyentes. El rescate de los bancos en 1995 ascendió a un billón 716 mil 67 millones de pesos, cantidad que equivale a 13.1 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Los contribuyentes mexicanos han pagado a la fecha 889 mil 403 millones de pesos para financiar el costo de ese rescate. Pero todavía se deben otros 826 mil 663 millones de pesos, según los datos publicados por la Auditoría Superior de la Federación. La nación lleva quince años con esa carga y todavía tendrá que pasar otro tanto para acercarnos a su liquidación. Todo este dinero ha ido a los bancos.
Las ganancias de la banca crecieron en la última década a una tasa promedio de 41 por ciento anual, en términos nominales: de 11 mil 961 millones en 2000, a 71 mil 855 millones de pesos en 2011.

Frente a este elevadísimo volumen de ganancias de los bancos, en el mismo periodo la economía mexicana avanzó apenas un 1. 8 por ciento en promedio por año.

Por otra parte, el Banco de México recién informó que la deuda externa total de México ─la cual incluye los adeudos del sector público y las empresas no bancarias del país─ llegó en enero pasado a casi 182 mil millones de dólares, lo que implicó un crecimiento de 54% en lo que va del actual gobierno.

El sector público ─el cual implica al gobierno federal, las empresas públicas y a la banca de desarrollo─ tenía un débito al comenzar el sexenio de 54 mil 766 millones de dólares, los cuales al final del 2010 llegaron a 107 mil 100 millones. Es decir, la deuda casi se duplicó en los primeros cuatro años del gobierno de Felipe Calderón. En estas condiciones, a criterio de algunos especialistas, el país y las finanzas están en riesgo.

El cuestionamiento que se hace a los gobiernos estatales de que se han sobre endeudado también tendría que hacerse al propio gobierno federal.

 

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pq94

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