Josefina nomás no
Hugo L. del Río
Monterrey.- Vaya novedad. Josefina Vázquez Mota descubrió el Mediterráneo: si hasta ahora se entera de que la mitad de los mexicanos pinchan los teléfonos del otro medio, tendremos que calificarla como una ingenua sin posibilidad de redención. Y, la neta, una persona candorosa no puede aspirar a la Presidencia de la República.
Si, al contrario, como todos los aztecas, estuvo, desde que aprendió a caminar, enterada de que la curiosidad de la burocracia es insaciable pero pretendió jugar sus cartas, entonces debemos concluir que quizá tenía cuatro ases pero los desperdició.
Y la polaca o grilla a la mexicana, primitiva y todo, es una mezcla de pókar, dominó, ajedrez y damas chinas. Josefina, quedó en claro que es ajena a esas a ratos sutilezas, en ocasiones bluff, a veces trampas y siempre temperamento para correr el riesgo de perder.
La dama tiene una marcada proclividad a dar malos pasos: a muchos se nos revolvió el estómago cuando Jose elogió la política económica de Pinochet.
Y lo de intentar etiquetar a la UNAM, orgullo de México, como un “monstruo” fue algo que ni se entiende, ni se olvida, ni se disculpa. ¿Monstruo por su excelencia académica, monstruo porque hijos de familias modestas estudian en sus aulas, monstruo por su destacadísima labor de promoción cultural, monstruo por tener el coraje y la energía para condenar los abusos del gobierno?
De plano, Cordero era un aspirante menos malo.
Ahora, la panista le pone la cereza al pastel y en un avión de Cemex viaja a Sudamérica. Dizque pagó la renta del jet: tendrá mucha lana y, aparte, da a entender que no le gusta rozarse con la gente corriente que viaja en aeroplanos comerciales.
Uy, qué finolis.
Pero, como dice mi amigo Jack el destripador, vamos por partes.
Jose primero acusa a Genaro García Luna y a la portavoz presidencial Alejandra Sota de escuchar sus conversaciones telefónicas.
JVM es panista, Sota también y la buena pieza de Gerardo sirve a un gobierno del PAN.
Bah, todo queda en familia.
Si la candidata le dijo “pinche” a Sota ellas sabrán por qué. Uno nomás pregunta: doña Josefa, ¿con esa boquita come?
Pero la comedia no ha terminado. Al otro día la chica de azul y blanco se desdice ─no pudo culpar a los reporteros de tergiversar sus palabras─ y ahora culpa al PRI de ese espionaje un tanto amateur que se practicaba en México desde la época de los mayas y los aztecas.
Ah, y ocurre que la “pinche” de Sota es su amiga del alma. El Copetes Boy jura inocencia, pese a que su esposa no podía ni estornudar sin que el gobierno se enterara.
Por Dios: hasta a mí me intervinieron el fono. Perdón por la alusión personal, pero va de nuez.
Hace años me llamó mi esposa, al levantar el auricular escuché un ruido que estaba fuera de programa. Saludé a la señora Del Río y en seguida comenté que, sin duda, la mamá del oyente se dedicaba al oficio más antiguo del mundo.
El 007 de petatiux resultó ser buen hijo: me sacudió el árbol genealógico; como se estila en estos casos, le grité “a veinte” y me replicó “a cuarenta” a lo que seguí en plan alburero: “el cu…se te revienta” y el pobre diablo se dio por vencido.
No es la primera ni la última vez que vivo esta experiencia y, lo digo sin falsa modestia, soy cuando mucho un peón en este tablero: reportero de infantería, a mucho orgullo, no les llego ni a los talones a maestros como don Pancho Cerda, Scherer, Becerra Acosta y otros.
Y sin embargo, me espían. Bah: mejor tomarlo a chacota. Total qué.
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Ignoro si Ivonne irá al Senado o se quedará compartiendo la Presidencia Municipal de Guadalupe con Ismael Flores.
Lo que vemos y sabemos todos es que la coalcaldesa está sudando la gota gorda. Bravo por la sociedad civil.
