LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Nuevos actores
Edilberto Cervantes Galván

Monterrey.- En el ciclo político estadounidense todo lo que hace o deja de hacer el gobierno en el “año de elecciones” tiene que ver con la atracción de los votantes. De igual forma, el partido que se encuentra en la oposición diseña su actuación con el objetivo explícito de quitarle o reducirle votos al partido en el gobierno. En el año electoral gobierno y oposición dejan de hacer gobierno y se ponen a hacer campaña.

Las  prácticas político electorales en México cada vez distan menos de las de los vecinos norteamericanos. Así como las campañas son diseñadas abiertamente con el enfoque del marketing político pareciera que el gobierno mexicano guía su actuación también por objetivos electoreros.

Esta lucha por el poder político que se libra en el proceso electoral se presenta en los Estados Unidos entre el presidente Obama, que busca la reelección y el partido republicano que se propone sacarlo de la Casa Blanca.

Aquí en México los actores principales son los candidatos a la presidencia, los partidos políticos que juegan un papel de apoyadores con un rol de segundo nivel y el presidente, que no debiera intervenir en el proceso electoral pero lo hace.

No obstante, siguiendo una tendencia de los últimos años, se están movilizando diferentes grupos de interés que dicen representar lo que denominan demandas auténticamente ciudadanas. Hace unos días celebraron una reunión cumbre de organizaciones ciudadanas a la que convocaron a los candidatos presidenciales para presentarles los reclamos o pliego de demandas.  

Las antiguas ONGs (organizaciones no gubernamentales) han evolucionado hacia asociaciones de todo tipo que se agrupan ahora bajo el paraguas de la “sociedad civil”. Una sociedad civil que desconfía de los partidos y de los políticos y que les exige a los candidatos que se comprometan a cumplir sus demandas, las demandas de los ciudadanos organizados. No les interesa, dicen, cuál sea el partido o el candidato que triunfe en la elección, de allí que les exigen a todos los candidatos el compromiso de cumplir con sus exigencias.

En este 2012 los grupos ciudadanos se han convertido en activistas político electorales, con mucha mayor presencia que las tradicionales organizaciones sindicales, de obreros y campesinos y de las “clases populares”, que se expresaban con fuerza en la época del dominio priísta. Con estas organizaciones de masas era que los candidatos del PRI establecían compromisos y definían su política de gobierno. No han aparecido, hasta ahora, ni los sectores ni las organizaciones del PRI.

En días recientes se acaba de incorporar un nuevo actor político que había estado ausente por décadas: los jóvenes estudiantes. Se declaran apartidistas y ajenos a los candidatos presidenciales. Después de una movilización masiva en la plaza pública dieron a conocer un pliego petitorio en el cual el asunto central es el derecho de los jóvenes a ser informados con objetividad, señalando hacia las grandes televisoras y en particular hacia Televisa como entes que escatiman el derecho a la información objetiva e imparcial.

Esta irrupción de los jóvenes en el proceso político electoral no estaba en el guión de los partidos ni de las televisoras, mucho menos de los candidatos. La posibilidad de comunicarse entre ellos sin la intermediación de los medios de comunicación masiva, les permite a los estudiantes ejercer una forma de libertad de criterio y de interpretación de la realidad que no sería posible sin las redes sociales.

Las demandas de los estudiantes por democratizar los medios de comunicación apuntan hacia el centro del control del sistema político.