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1074 6 Junio 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Fox ataca de nuevo
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Vicente Fox, aquel que ofreció gobernar a México con honestidad, trabajando un chingo y siendo poco pendejo; aquel que dijo que el 75 por cieto de los mexicanos ya tenían lavadoras, y no precisamente de dos patas; aquel que felicitó a Lavolpe en un mundial de futbol llamándolo Señor Volpe; aquel que en una reunión con asiáticos dijo: nos engañaron como a viles chinos; aquel que se atrevió a pedirle por teléfono a Fidel Castro: “Comes y te vas”, para no tener problemas con Bush en una reunión de presidentes de Latinoamérica; aquel que declaró que las y los inmigrantes estaban haciendo trabajos que ni siquiera los negros querían hacer en Estados Unidos; aquel que, dándoselas de culto, rebautizó a Borges como José Luis Borgues, y convirtió en colombiano a Vargas Llosa y en novelista a Octavio Paz; aquel Vicente Fox, ataca de nuevo.

Hace unos días se atrevió a declarar: “Yo invito al pueblo de México a esta reflexión, tenemos que alcanzar la unidad. Estamos perdiendo mucho terreno como país frente a otros países, no podemos seguir así, debemos de cerrar filas atrás de quien vaya a ganar; no sé en este momento quién vaya a ganar, pero ya es claro que se perfila un ganador y debemos de apoyar para que podamos resolver los problemas”.
En cuanto a pedir unidad, me parece que no se debe quejar, porque siempre ha conseguido unir al pueblo de México mediante la risa a través de su involuntario sentido del humor.
Pero ahora parece diferente, porque su declaración no sólo arrastra a la risa, sino que ha conseguido unir en su contra al partido de sus amores y a los seguidores del representante de la izquierda mexicana.
Además, no es de dudarse que, gracias a su petición, mucha gente que sabe de qué calaña es este ente político, votará en contra de cuanto él proponga, de manera que el jinete del caballo al que ahora le apuesta, puede tener una grave caída.
Tal vez este ranchero de botas de charol olvida aquellos versos populares que dicen: No digas que eres querido / aunque te estén adorando / pues con el pie en el estribo / ya se han quedado colgando.
¿No se le ocurrirá que con sus declaraciones abre la posibilidad de que a la candidata de su partido (hasta ahora) se le ocurra declinar a favor de la izquierda con tal de que no regrese el PRI a la presidencia? Si esto sucediera (por supuesto, es política ficción), a Fox más le valdría haber hecho caso a López Obrador cuando le gritó en el 2006: ¡Ya cállate, chachalaca!
La gente que votó por él en el 2000 ya no se deja engañar tan fácilmente. Ya lo conoce. No está en las circunstancias de aquel carretonero a quien le preguntaron si sabía quién era Vicente Fox y preguntó, por asegurarse: “¿Tiene carretón?”, y al saber que no lo tenía, contestó categórico: “Entonces no lo conozco”.
A fin de cuentas, ¿qué podía esperarse de Vicente Fox? Ni modo que digan que hasta hoy se quita la máscara cuando sabemos que el suyo no fue un gobierno de transición sino de transacción.
Hay que reconocerlo. Si ahora coadyuva para sacar al PAN de Los Pinos y reinstalar al PRI, no hace otra cosa que ser congruente consigo mismo, como buen Gatopardo que es.

 

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