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1076 8 Junio 2012

 

2012 y el desarrollo democrático
Jaime Castillo Palma


Universidad Autónoma de Puebla
drjaime105@hotmail.com

Conferencia magistral para el Seminario de Análisis Político de la Academia de Ciencias Políticas y Administración Pública de la UAEH

Puebla.- Considerando algunos rasgos del comportamiento político (abordado en ponencias presentadas en congresos de la SOMEE) sugieren como hipótesis de trabajo que la coyuntura electoral del 2012 y en general la convivencia política en México no se acerca a las aspiraciones de su ciudadanía, ni coadyuva al desarrollo democrático tal y como se expresa en:

  1. la fragilidad y el anquilosamiento de los partidos políticos que hacen comparables esas instituciones a la figura de franquicias al servicio de grupos de interés;
  2. las elecciones expresan intereses en juego que no necesariamente corresponden a la ideología o al programa que enarbolan los partidos políticos;
  3. las prácticas ciudadanas alrededor de la defensa del voto o el rechazo al sistema de partidos, expresada en la abstención y en los mecanismos de presión, al margen de los canales institucionales, expresarían un rezago de los liderazgos políticos y de la cultura política en general;
  4. la mercadotecnia electoral se ha impuesto y, en consecuencia, la desinformación a través de los medios masivos de comunicación en abierta confrontación y conflicto con el marco legal que rige las campañas electorales;
  5. la inconsistencia en las preferencias electorales, la volatilidad del voto o sus expresiones adjetivadas (voto duro, útil, diferenciado y de castigo) están relacionadas con la creciente despolitización, el ideológico y, sobre todo, en las estrategias electorales basadas en la nueva cultura política mediática centrada en el cultivo de la imagen de los candidatos y el vacío de los contenidos ideológicos y programáticos;
  6. la cultura política que heredamos del partido hegemónico (PRI) que monopolizó de manera autoritaria, corporativa y clientelista, el poder político actualmente se impone a nivel nacional por todos los partidos políticos;
  7. en fin, pasamos de un pasaje de participación social y política de oposición, básicamente radicada en los movimientos sociales, a una apresurada y obligada participación político partidaria sin tradición ni historia partidista de lucha político parlamentaria. Así, después de un largo proceso, la alternancia en el poder se logra en un marco de degradación (del PRI), conllevando a una frustrada expectativa de cambio democrático (por parte del PAN) y a fallidos ejercicios electorales cuya credibilidad ha sido menguada (elecciones presidenciales de 1988 y 2006).

Por lo anteriormente expuesto, consideramos que la actual coyuntura electoral, del año 2012, forma parte de los últimos procesos políticos electorales presidenciales que caracterizan el período de la alternancia y la mal llamada transición a la democracia. Veamos entonces, brevemente y por apartados: la evolución de las instituciones y el marco jurídico de los procesos electorales, luego, abordemos las características de los conflictos electorales en las últimas elecciones y, finalmente, veamos el escenario electoral y los intereses en juego para el año 2012.

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