Suscribete
 
1087 25 Junio 2012

 

MUROS Y PUENTES
Pugnas electorales en el norte de Texas
Raúl Caballero García

Dallas, Texas.- Ahora que Marc Veasey y Domingo García se disputan la nominación por el flamante distrito 33, uno observa cómo líderes afroamericanos apoyan al latino y líderes hispanos apoyan al afroamericano; se obvia el hecho de que nuestras comunidades han avanzado en madurez política; sin embargo, este nuevo distrito de manera especial, asumo, debe estar representado por un latino.

Y es que el 33 no es cualquier distrito —es uno que nace por los nuevos grandes cambios demográficos que vive el país, precisamente impelidos por su configuración racial, el crecimiento latino—, en él está un segmento de población hispana muy grande, de hecho el Norte de Texas es una zona con una de las mayores poblaciones latinas en la nación, si no gana García esta región seguiría sin un congresista hispano representándola en Washington.

Por lo mismo quiero hacer un repaso en el desarrollo de los representantes políticos latinos en el Norte de Texas y exponer las dudas que me obligan a hacerlo. Lo primero que me salta son los conocidos enfrentamientos entre García y Roberto Alonzo, uno de los principales líderes latinos que apoya a Veasey.

Más que diferencias ideológicas entre García y Alonzo hay una larga confrontación de posturas y una interesante composición de varios otros personajes políticos que podríamos aglutinar —por sus simpatías hacia uno y otro— en dos grupos, digamos, antagónicos.

Las diferencias se profundizaron desde que García le ganó a Alonzo en 1996, quitándole la representación estatal del distrito 104 (que Alonzo tenía desde 1993), ese fue el punto de quiebre de una relación que parecía inquebrantable. García trabajó por el 104 durante 6 años (tres periodos legislativos) hasta el 2002, cuando intentó en vano ganar la alcaldía de Dallas. Entre tanto, Alonzo recuperó la titularidad del 104 que hasta la fecha ostenta.

Cerca de García se desempeñan Delia Jasso, que en 2009 ocupa el escaño que en el cabildo de Dallas dejara la esposa de aquél, Elba García, quien en noviembre de 2010 ganó el puesto de comisionada del Condado Dallas por el distrito 4.

En el grupo de Alonzo se cuenta a Steve Salazar (perdedor en la primera vuelta por el 33), quien en una historia parecida a la de Alonzo-García perdió frente a Elba García el distrito 1 en el Sur de Dallas; luego hubo un rediseño de distritos y fue cuando Salazar volvió como concejal por el distrito 6, el mismo que ahora ocupa la hermana de Roberto, Mónica Alonzo. Así se han venido formando sus “grupos”, unos representando el Norte de Dallas y otros el Sur; desde luego hay otros personajes hispanos que coinciden con uno o con otro, pero esto ya no es tan importante.

El caso es que los otrora compadres han desarrollado sus carreras políticas cuidándose mutuamente las espaldas y delimitando sus campos de acción.

Los dos han destacado en sus esfuerzos políticos y por su indiscutible interés en el desarrollo de políticas que favorezcan a la comunidad hispana, ambos han luchado gallardamente por ello desde sus puestos políticos, aunque me parece que es García quien más ha logrado en el campo del activismo social, es decir, fuera del perímetro legislativo, ya sea municipal o estatal. García fue uno de los personajes claves en las memorables marchas de cientos de miles de latinos por las calles de Dallas en el 2006, cuando se hicieron manifestaciones masivas por todo el país en favor de los indocumentados hispanos y, en el momento actual, ha sido desde el seno de Lulac el principal impulsor, precisamente, de que se tomara en cuenta la demografía latina en el Norte de Texas para la creación de nuevos distritos, logrando la formación del que hoy pelea, el distrito congresional 33.

Como ya dije, el distrito 33 fue diseñado en base al crecimiento poblacional, ya que en la región han sido los hispanos los que más se han incrementado. Abarca los Condados de Dallas y Tarrant, y varios municipios, incluyendo porciones de Dallas, Fort Worth, Arlington, Grand Prairie, Irving y todo Cockrell Hill. Casi el 40 por ciento de los residentes con edad para votar son hispanos y el 25 por ciento son afroamericanos.

Sus números son éstos: tiene una población de casi 700,000 personas, de las cuales 470,000 tienen edad para votar; otros datos revelan que 463,087 de sus pobladores son hispanos, de los cuales 287,087 tienen edad para votar; los angloamericanos son un poco más de 100,000 y de éstos, 86,478 tienen edad para votar. Los afroamericanos suman 126,323, de los cuales 83,671 pueden votar.

Y en fin, considerando esas cifras y lo antes expuesto, crecen mis dudas al observar a los dos contendientes de la segunda vuelta.

Veo con mucho interés cómo el grupo de Alonzo (y otros como Rafael Anchía) se han replegado en favor de Marc Veasey, legislador estatal de origen afroamericano, ante lo cual no sé qué tanto es madurez política y qué tanto es enemistad, pero a mí me parece interesante porque como nunca —creo yo, tal vez estoy equivocado— en la historia de empuje de los hispanos en Texas por tener representantes hispanos y alcanzar las grandes ligas, como nunca, me parece, ha sido tan clara la división... esa división que representa Alonzo y su grupo. Una división que veo más marcada porque el 33 tiene esa gran mayoría hispana (el 66 por ciento son residentes latinos) y porque el esfuerzo de Lulac y demás organizaciones mexicanas fue crucial para el rediseño... y ahora estos representantes notables resulta que se van en apoyo de Veasey.

De los más de 200,000 residentes registrados para votar en ese distrito, apenas 18,861 votaron. De esos 18,861 votos, Veasey obtuvo 6,938 y García 4,714, un equivalente a 36.78 por ciento para Veasey y un 24.99 por ciento para García. Esas cifras, ciertamente, son el gran reto para los hispanos, ya que pese a ser la mayoría, fueron más los afroamericanos que votaron por su candidato.

Mi deducción por lógica —dado que había tantos aspirantes a vencer y de los 11, 5 son latinos— es que en la primera vuelta Veasey no tuvo respaldo de votantes latinos; ¿eso podría ser un espejo de la segunda vuelta, pese al simbólico respaldo de latinos notables? Lo cierto es que como en cualquier elección los votos en las urnas son los que determinarán el resultado. Sin embargo, para que el distrito 33 tenga un genuino representante de la comunidad latina, será menester que los votantes hispanos salgan a votar por él... ese es el reto de García y su equipo, de García y sus simpatizantes, de García y de los políticos que lo apoyan, sobre todo los de Tarrant.

En Dallas, por los antecedentes descritos, podría crecer el porcentaje de votantes a su favor. La disputa parece centrarse en Tarrant, donde acaso la preocupación mayor es la de alentar la participación electoral entre los residentes del Sur, zona en la que tradicionalmente pocos salen a votar; sin los votos de Fort Worth, es muy probable que el aspirante latino no gane.

Puedo apuntar varias otras interrogantes tales como: ¿es tanta la enemistad hacia García que no importó dividir el voto latino?; ¿en qué medida eso es lo acertado, teniendo en cuenta el bienestar específico de la comunidad latina?; ¿qué tanto de juicio hispano puede tener Marc Veasey, quien aparentemente comenzó a pensar en los latinos en serio cuando se formó el nuevo distrito congresional?

Donde no tengo dudas es que sería García quien mejor nos represente; desde la cuna sabe lo que nos pasa y cómo pensamos y cómo sentimos y lo que verdaderamente necesitamos. Y no pretendo cavar zanjas prejuiciosas. Lo que en todo caso quiero exponer es la lógica de que un distrito poblado mayormente por hispanos merece un representante hispano. Por supuesto asumo que cualquiera de los dos que gane representará a todos los residentes sean hispanos, afroamericanos o angloamericanos, etcétera. Tengo muy claro que las minorías de mexicoamericanos y afroamericanos a lo largo de sus historias paralelas, de sus luchas por los derechos civiles, en muchos momentos han avanzado hombro a hombro; lo hizo Reies López Tijerina con Martin Luther King Jr.; lo hizo César Chávez con Bayard Rustin... vaya, lo acaba de hacer la gran mayoría de latinos con Barack Obama y seguramente lo volverán a hacer.

No, no hay prejuicio, pero personalmente no considero que Veasey sea un candidato idóneo para representar a los hispanos, no a los del 33, aunque en su fuero interno tenga las mejores intenciones de un político demócrata.

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella digital.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com