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1093 3 Julio 2012

 

Ángeles cansados
Nora Elsa Valdez

Monterrey.- ¿Siente usted tristeza, cansancio y depresión, cree que ya no hay esperanza, y hasta ha pensado que el suicidio sería una liberación? Entonces este mensaje es para usted.

No pregunte de quién proviene, ni para qué. Sólo lea, porque es importante que usted vea el cuadro completo. Usted es un alma vieja, que ha peleado mil batallas para que el bien triunfe, pero ya está cansado de luchar y ha perdido la esperanza, porque el triunfo nunca llega.

Ya no tiene ganas de vivir, ni de seguir luchando, y se pregunta: “¿Qué caso tiene seguir adelante si no he podido ganar? ¿Qué sentido tiene seguir viviendo? He sido un iluso, un fantasioso Quijote, imaginando batallas contra molinos de viento. No es posible alcanzar mi sueño, debo despertar y rendirme. Tengo que aceptar la dolorosa y triste realidad.”

Pues no, querido amigo o amiga. Hay magníficas noticias. La batalla por fin ha terminado. Algo ha sucedido y la batalla por fin ha sido ganada. Ha llegado la quietud y la paz, aunque de momento no lo parezca.

En un nivel que no vemos, pero que sentimos, la batalla ha terminado y la imagen que podemos percibir es la de nosotros mismos, sentados sobre una roca en medio del campo de batalla, polvoriento y humeante, en el que la guerra ha terminado. Todo es silencio y calma. Tenemos que digerir, entender, acomodar todo lo sucedido. Pensar qué sigue, qué hay que hacer ahora, a dónde hay que dirigirse. Hemos conseguido nuestro sueño, ha triunfado el bien, nuestra lucha ha terminado.

La vida de sufrimiento y dolor, como la conocimos, ha llegado a su fin. La guerra permanente del bien contra el mal, ya no existirá más. Es tiempo de paz, de descansar, de reparar, de cambiar, de decidir que nunca más repetiremos tan terrible y dolorosa experiencia. Es tiempo de entender que todos somos iguales, que somos hermanos y tenemos que cuidarnos y ayudarnos. Que los que provocaron la guerra han sido descubiertos y castigados al fin por su maldad y que no regresarán.

La guerra ha terminado y ya no hay nada qué temer. Podemos empezar de nuevo, pero sin cometer los mismos errores otra vez.

Recupera la esperanza, Guerrero. Ya has triunfado. Ya puedes hacer realidad todo lo que soñabas. El camino está abierto, camina en él.

 

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