La imposición como oportunidad
César del Pardo Escalante

Tepic.- Miles y miles, ríos de gente están en pie de lucha en este país; los jóvenes que tenían décadas paralizados salen del insomnio y con una rapidez asombrosa hacen la lectura correcta de los riesgos que implica para el país la imposición de Enrique Peña Nieto y la regresión histórica del PRI.

El balance y las crónicas de los medios masivos de comunicación no dan la cifra exacta y no es por mala fe (en muchos de ellos) sino porque la incorporación contra la imposición es sumamente rápida y crece a pasos agigantados; por ello hay ciudades como Mazatlán, Tepic, Los Mochis, por nombrar algunas, que no aparecen, por decir lo menos, en el balance de La Jornada.

Aquí lo importante es que el movimiento antifraude es muy diverso y aunque con gran madurez captan la convergencia en un solo objetivo y estar alerta y movilizados contra la imposición, también le da un ingrediente muy interesante porque no es un movimiento monolítico y su propia diversidad es un garantía para que elabore su propia táctica, no sólo sin esperar línea, sino que además lo hace más resistente ante cualquier intento de convertirlo en un movimiento funcional al bloque dominante .

Dentro de esa diversidad también se mueve la izquierda anticapitalista y socialista, y hay que decirlo con franqueza: estas corrientes clasistas representan la crítica más radical contra el capitalismo y por tanto es clave su papel dentro del movimiento en contra de la imposición.

El domingo en Los Mochis se dio un acercamiento interesante: varios grupos que convocaron a la Marcha y vieron con buenos ojos cómo organizaciones urbanas (CNDVP y algunos de sus dirigentes, entre ellos, Gorgonio Silva) se incorporaron a la lucha contra la imposición; podría ser el inicio también de la articulación de una demanda política, como es la lucha contra la imposición y la lucha cotidiana del pueblo por demandas de carácter social y económicas; es un buen inicio.

Si bien en el país hay algunos intentos de convergencia socialista, todavía no hay un proyecto que seduzca a la amplia mayoría de los grupos y como la política también es concreta, la actual crisis que desató la intentona de imposición exige una definición en esa dirección de las organizaciones que reivindican el paradigma socialista.

Evidentemente la iniciativa debe ser ampliamente cabildeada; y sin pose debe prevalecer la política unitaria, sin prejuicios y con gran madurez. Estamos en condiciones y ante la oportunidad histórica para construir una gran referencia ideológica y política que sin ambigüedades se diferencie de las posiciones socialdemócratas, mismas que han hegemonizado la mal llamada izquierda.

El dinamismo el movimiento antifraude, la diversidad de los integrantes, y sobre todo la movilización como instrumento de lucha, es una responsabilidad que la izquierda anticapitalista y socialista no puede ni debe pasar desapercibida.

La izquierda anticapitalista y socialista tiene miles de cuadros con una formación sólida del marxismo, que los jóvenes de este país los están esperando; urge convocarnos y darle una alternativa revolucionaria; es el momento.