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1109 25 Julio 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Un pueblo feliz
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Es lamentable ver cuánto publican o dejan de publicar los medios cuando en México sucede algo que intenta modificar la inercia conservadora que aquí prevalece desde tiempos inmemoriales.

Si hay arriba de cien mil muertes provocadas por enfrentamientos en la guerra de las fuerzas del orden (sic) contra el narco; periódicos, revistas, radio, televisión y algunos aliados del gobierno por Internet, se dedican a desmentir el conteo real y apenas se atreven a aceptar menos de treinta mil muertes.

Si se denuncia el fraude cometido durante las elecciones para presidencia de la república, diputaciones, senadurías, gubernaturas, alcaldías y demás, los medios insisten en que han sido las elecciones más limpias en toda la historia democrática (sic) de nuestro país.

Si se verifica una manifestación de protesta en contra del fraude electoral, a la que asisten, por ejemplo, trece mil personas; con la mano en la cintura, los medios hacen suculentos descuentos de casi el ochenta por ciento, de manera que la cantidad aceptada queda en menos de tres mil manifestantes.

Bueno, dirá alguien, al menos no todo lo niegan; tal vez estaríamos obligados a agradecer la aceptación de que los hechos suceden, sin dar importancia a que los medios pretendan minimizarlos. Tal vez sea cierto.

Bien podrían declarar que aquí nunca ha existido la guerra contra el narco, que por esta tierra jamás ha pasado el narco o que nunca ha resultado alguna muerte de algún enfrentamiento.

Bien podrían asegurar que aquí no se ha dado ningún fraude electoral desde el México Independiente para acá o, aún peor, que ni siquiera ha habido elecciones en la historia de nuestro país.

Bien podrían publicar que en este país no hay manifestaciones de protesta desde 1968 o desde mucho antes, porque la matanza de Tlatelolco es un mito inventado por los estudiantes de aquellos tiempos; o, de plano, que aquí nunca han existido las manifestaciones de protesta en contra del gobierno.

Al paso que vamos, cuando suceda algo, tal vez lleguemos a parodiar a Gabriel García Márquez en Cien años de soledad: Seguro fue un sueño… En México no ha pasado nada, ni está pasando, ni pasará nunca. Este es un pueblo feliz.

Pero lo peor no es que busques la noticia en los periódicos, en la radio, en la televisión o en donde mejor te acomode, y no la encuentres; sino que la busques en la memoria de la gente que haya participado en los hechos y se haya esfumado.

Porque entonces sí: grave caso.

 

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