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1168 16 Octubre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Línea sindical de Peña Nieto
Francisco Gómez Maza

Trasparencia, pero con respeto a la autonomía
Hoy, el dictamen a las comisiones unidas

Ciudad de México.- A escasas horas de que las comisiones del trabajo y de estudios legislativos arranquen la discusión del contenido del dictamen de la reforma a la ley del trabajo, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, precisó la línea por la que deberán moverse los senadores priístas: a favor de la trasparencia sindical, pero con respeto a la autonomía de los gremios de trabajadores.

Esto es precisamente lo que defienden los líderes de los grandes sindicatos, aunque la trasparencia y la rendición de cuentas brillan por su ausencia.

Deben respetarse las conquistas laborales y, sobre todo, la plena autonomía, advirtió Peña Nieto. Los trabajadores tienen el derecho de definir condiciones, tanto para la elección de dirigentes como para la clara rendición de cuentas que debe darse en todo sindicato”, advirtió el próximo primer mandatario mexicano, luego de reunirse, en el matritense Palacio de la Moncloa, con Mariano Rajoy, presidente del gobierno español.

El “pronunciamiento” de Peña Nieto fue en realidad una respuesta a la exigencia del dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano, en el sentido de que el presidente electo definiera abiertamente su posición frente al tema sindical, pero ésta no fue realmente una novedad, pues los diputados priístas, primero, rechazaron la propuesta original de la iniciativa del presidente Calderón negociándola con sus homólogos panistas, a cambio de aprobar otros puntos que no benefician en nada a los trabajadores, como las formas de contratación y el pago de salarios por hora. Sin embargo, ahora que el dictamen laboral está en manos de las comisiones senatoriales, los senadores panistas desconocieron lo aprobado por sus correligionarios en la Cámara de Diputados y ahora se han unido con el PRD, el PT y el PMC, para enmendar lo aprobado por San Lázaro.

Las posiciones hasta ayer estaban muy claras. Según estimaciones de la oposición de izquierda, quienes piden enmiendas al dictamen en lo referente a la autonomía sindical tendrían mayoría: 66 votos del PAN, PRD, PT y MC, contra 62 del PRI, Verde y Alianza. Pero quienes podrían hacer la diferencia a la hora de la votación serían los panistas –que no se caracterizan por cumplir su palabra-, que tienen 38 votos, lo cual decidiría que no se tocaría ni un ápice el asunto de los sindicatos.

Pero los priístas tendrían que pagar el apoyo de los panistas enmendando los apartados relacionados con las formas de contratación de trabajadores y el régimen en que quedarían incluidas las empresas tercerizadoras, o outsoursing, más de acuerdo con los intereses empresariales.

La izquierda se reunirá hoy martes, antes del inicio de la sesión de las comisiones unidas, para detallar las reservas que presentarán al dictamen.

En la Cámara de Senadores existe la precepción de que, una vez iniciadas las sesiones de las comisiones unidas, para revisar el documento del dictamen laboral, de que el debate se tarde cuando mucho una semana más, para ser subido a la mesa directiva y ésta lo ponga a consideración del pleno de los 128 senadores, quienes deberán votarlo antes del día 30 de octubre.

Los cambios al dictamen de los diputados haría, como lo hemos dicho en entregas anteriores, que el Senado regresara el documento a la Cámara de origen, y la duda es si la comisión del trabajo es ésta, presidida por el cetemista Carlos Aceves del Olmo, tendría tiempo suficiente para aprobar o desaprobar los cambios que le hubiera hecho el Senado.

Las interrogantes en lo referente a los tiempos en que el Congreso debe de ratificar o rechazar la iniciativa presidencial aún se imponen. Hay voces al interior del PRI que se oponen a la aprobación de las reformas, porque consideran que el momento político, la transición de un sexenio panista a uno priísta, no es el oportuno. Hay críticos dentro del partido triunfador de las elecciones presidenciales, que estiman que las reformas no benefician en nada a los trabajadores.

La fracción parlamentaria del Frente Progresista, integrada por los senadores del PRD, del PT y del Movimiento Ciudadano, confían en el compromiso hecho por los panistas, para cambiar el capítulo de la autonomía sindical, aunque, en honor a la verdad, de los panistas todo puede esperarse menos que cumplan con su palabra.

El de hoy volverá a ser un día aciago en los alrededores del Senado en donde, desde temprana hora, se concentrarán los contingentes opositores a la reforma laboral, que encabezan representaciones de la Unión Nacional de Trabajadores y del Sindicato Mexicano de Electricistas, así como grupos de estudiantes.

A desfondo
Las senadoras Layda Sansores, del Partido Movimiento Ciudadano, y Alejandra Barrales Magdaleno, del PRD, ofrecieron ayer conferencia de prensa para reafirmar el posicionamiento del Frente legislativo de Izquierda, el cual buscará la mayoría, con los panistas y, si se dejan, con priístas del sector obrero organizado, para “rescatar” algunos artículos de la reforma “que nos garanticen democracia al interior de los sindicatos, así como trasparencia y rendición de cuentas, que son los temas donde hasta el momento Acción Nacional (el partido de la derecha) nos confirma que iríamos en unidad”. Pero por la experiencia del escribidor, los panistas no son dignos de confianza. Aunque mejor veremos y diremos.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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