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1168 16 Octubre 2012

 

El cáncer es un hongo
Nora Elsa Valdez

Monterrey.- Un importante médico comentó hace poco: “De cien casos de cáncer, sólo diez son realmente cáncer”. Y me quedé pensando, ¿entonces, qué son los otros noventa?

Y recordé los casos de dos amigas mías que “murieron de cáncer”. Los médicos les dijeron a los familiares de una de ellas, que “por el cáncer” se le habían llenado de agua los pulmones; y a los de la otra amiga, que su hígado era el que se había llenado de agua.

Y recordé los tomates de nuestra cocina, cuando se empiezan a podrir. Primero una parte del tomate se empieza a “hacer agua”; el tomate está completo, pero tiene una parte líquida, aunque ese líquido no se sale mientras la piel o cáscara del tomate no se rompe. El tomate parece estar completo, pero ya se está empezando a podrir.

Y también recordé haber escuchado decir que los médicos no operan a las personas que tienen un cáncer avanzado, porque al abrir el cuerpo sólo aceleran su muerte, pues causan hemorragias internas que no pueden contener. ¿Como cuando rompemos la cáscara del tomate que tiene una parte líquida, podrida?

Como en los tomates, un gran porcentaje de nuestro cuerpo sano es agua, o mejor dicho, es una solución ligeramente alcalina dentro de la cual nadan nuestras células, y en la que se producen millones de reacciones químicas que nos mantienen vivos.

Los acumuladores de los coches, y las pilas Eveready o Duracell, están llenas de una solución alcalina que produce electricidad. Y al parecer también nuestro cuerpo es como una gran pila o acumulador vivo, que produce la energía que nos mueve, como lo descubrió desde 1931 un médico alemán.

En 1931, el Dr. Otto Heinrich Warburg ganó el Premio Nobel en Fisiología, al descubrir que la causa primaria del cáncer, y de casi todas las enfermedades, es la acidificación de nuestro cuerpo. Él dijo que “Todas las enfermedades son ácidas, y donde hay oxígeno y alcalinidad, no pueden existir enfermedades, incluido el cáncer.” O sea, que la salud está en mantener nuestro cuerpo alcalino, no ácido.

Este gran descubrimiento, producto de muchos años de investigación, y el cual nos fue ocultado hasta hoy, nos va a permitir por fin entender la verdadera causa de la obesidad, del cáncer, de la diabetes, y de la mayoría de las enfermedades, si atamos los cabos correspondientes.

En primer lugar, vea usted el sencillo experimento en el video de la siguiente liga. Vea cómo el agregar sales minerales a un vaso de agua produce electricidad, la cual no se produce al agregar azúcar:
¿Enciende con sal o con azúcar?:

http://www.youtube.com/watch?v=w7tHfIvU63o

Si volvemos al supuesto de que nuestro cuerpo es una gran pila o acumulador, pues al parecer el 70% de nuestro cuerpo es agua, podemos imaginar que dentro de ese líquido flotan todas las células de nuestro cuerpo. Y para mantenerlas sanas y funcionando correctamente, nuestro cuerpo hace lo necesario para que ese líquido se mantenga siempre ligeramente alcalino, como lo han comprobado médicos y científicos.

Ahora bien, para funcionar ingerimos alimentos y agua, o comida chatarra y refrescos, que provocan un pH ácido o alcalino, y nuestro cuerpo debe hacer lo necesario para mantenerse alcalino, mediante las reacciones químicas que producen nuestros órganos internos, que funcionan como un gran laboratorio.

Quizá esto sería muy sencillo si ayudáramos a nuestro cuerpo comiendo alimentos ácidos y alcalinos de manera equilibrada. El problema es que nuestra dieta moderna consiste principalmente en ingerir alimentos ácidos, o sea, que producen acidez en nuestro cuerpo, y muy pocos alimentos alcalinos.

En general podemos decir que los alimentos que producen acidez son: carnes, huevos, lácteos, harinas, azúcar y alcohol. Y que los que producen alcalinidad son las frutas y verduras crudas, y el agua alcalinizada o ionizada. Y para una dieta saludable que mantenga la alcalinidad, nuestras comidas deberían contener un 80% de alimentos alcalinizantes y un 20% de acidificantes; proporción que puede ser muy común en China o Japón, pero que no lo es en México.

¿Qué sucede entonces en México, donde ingerimos en su mayoría alimentos acidificantes? Pues que el cuerpo se la pasa buscando la manera de bajar los altos niveles de acidez como puede, para lo cual:

1) retiene toda el agua que puede para diluir los ácidos, y también retiene las grasas para esconder en ella las toxinas (causando obesidad);

2) segrega cantidades gigantescas de insulina hasta agotar el páncreas, para bajar los azúcares de la sangre (causando diabetes); y

3) saca todo el calcio y minerales posibles de los huesos, dientes, uñas y cabello, para contrarrestar la acidez del cuerpo (causando osteoporosis y fragilidad en dientes, uñas y cabello).

Además, un cuerpo ácido es un caldo de cultivo para toda clase de bichos: virus, bacterias, hongos y parásitos de todos tipos. Éstos no pueden sobrevivir en un medio alcalino, pero pululan en nuestros cuerpos acidificados por tanta azúcar, harina, carne, huevos, lácteos y alcohol que ingerimos.

Y es esta acidificación la que empieza a asfixiar y destruir a nuestras células, a matarlas, a licuarlas dentro de nuestro cuerpo. A causar el “cáncer” que es el agua en los pulmones, el hígado, el cerebro, los senos, la próstata, o donde sea. Si no nos alcalinizamos pronto, será sólo cuestión de tiempo para que todo nuestro cuerpo se convierta en agua, en líquido, y “se pudra” como los tomates.

Y que no se enteren los médicos del seguro, issste o particulares, que usted tiene “cáncer”, porque caerán sobre usted con sus quimioterapias y radioterapias, para que se muera más pronto, mientras dejan en la calle a su familia, obligándola a pagar sus “honorarios” y sus “medicinas”.

Nuestros abuelos, con su sabiduría natural, tomaban con frecuencia un vaso de agua a la que agregaban una cucharadita de bicarbonato, para alcalinizar su cuerpo. Por eso, y porque consumían muchas verduras y frutas, y casi nada de azúcar y harina, sufrían pocas enfermedades y vivían sanos muchos años.

Profesionales de la medicina, como el doctor Tullio Simoncini, médico italiano, han logrado curar el cáncer inyectando agua con bicarbonato a sus pacientes, en el lugar afectado por “el cáncer”. Al alcalinizar el área con el bicarbonato, han destruido el bicho causante del “cáncer”.

El doctor Simoncini ha descubierto que ese bicho es un hongo llamado “Cándida Albicans”. Pero como al parecer es un peligro que todos se enteren de esto, a estos médicos se les desprestigia llevándolos a la cárcel, o cancelando sus títulos de médicos, acusándolos de utilizar procedimientos “no autorizados” por “la ciencia médica”.

Si usted es de los subversivos delincuentes que toma bicarbonato, tenga cuidado, no sea que lo descubran y lo lleven a la cárcel por alcalino.

Para obtener más información sobre este tema:  Acidez y falta de oxígeno celulares, la causa cáncer y muchas enfermedades:

http://teatrevesadespertar.wordpress.com/2011/12/15/acidez-y-falta-de-oxigeno-celulares-la-causa-del-cancer-y-muchas-enfermedades-por-otto-warburg/

Dr. Tullio Simoncini: El cáncer es un hongo: http://www.medenergetica.com/articulos/suplementos/92-dr-tulio-simoncini-el-cancer-es-un-hongo

 

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