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1272 12 Marzo 2013

 

Cindy La Regia
Nora Elsa Valdez

Monterrey.- Cindy Garza, que es regia porque nació en Monterrey, y que vive en San Pedro, es el nombre que Ricardo Cucamonga, un creativo joven, eligió para el personaje imaginario de su libro “Cindy La Regia”, que trata de una jovencita superficial que sólo se preocupa por vestir a la moda, cuidar las apariencias y el estatus, y conseguir un marido millonario.

Cindy La Regia es un personaje polémico que no pasa desapercibido, a quien se ama o se detesta, y que está causando un gran impacto en el público debido al estereotipo de persona que representa. Mientras muchos de sus seguidores se identifican con su forma de ser y les encanta, otros la consideran odiosa. Quizá el mérito del autor del libro sea haber hecho visible un fenómeno social, que al parecer a muchos nos inquieta.

Reflexionando sobre este personaje, recordé un hecho extraño sucedido en África hace tiempo, cuando los elefantes empezaron a querer aparearse con animales de otras especies y, al no lograrlo, se volvían violentos y los atacaban, motivo por el cual fue necesario conseguir expertos para investigar esta problemática. Se descubrió que la conducta aberrante de los elefantes tenía su origen en una cacería sin control que había exterminado a los progenitores de los elefantes objeto del estudio, los cuales al quedar huérfanos crecieron sin la guía de sus padres, que eran los que les enseñaban el comportamiento correcto y normal de su especie.

Los conocimientos y sabiduría ancestrales se transmiten de padres a hijos en todas las especies, incluida la especie humana. En el ser humano, los principios y valores elevados son transmitidos de padres a hijos, de generación en generación, pues esta información no se trae de manera instintiva.

En México, de los años cincuenta a los setenta aproximadamente, se impartía la materia de Civismo en la primaria, para enseñar a los niños en sus primeros años los valores, el respeto a los demás y el amor a la patria. Esta materia desapareció del plan de estudios de primaria alrededor de los ochenta, y esto ha causado que durante los últimos 30 años se haya dejado a los niños (muchos de los cuales hoy son jóvenes o adultos), en una situación similar a la de los elefantes huérfanos, en el sentido de que se ha dejado un vacío en su formación: les ha faltado la labor que los padres y la sociedad habían hecho siempre, de conectar esos niños con la parte elevada de ellos mismos que es su alma, mediante la enseñanza de los valores y las cosas que dan satisfacción al espíritu.

Los niños en estos últimos 30 años se han quedado sin brújula, sin esa conexión con su alma, que es lo que da sentido a la existencia en esta dimensión de la materia. Sin la conexión con nuestro ser elevado, quedamos sin guía.

Las cosas materiales: dinero, lujos, ropa de marca, alcohol, drogas, sexo y placeres, no llenan el vacío del alma. Por eso los jóvenes están cayendo en todo tipo de adicciones, pues quieren llenar con cosas materiales, ese vacío que es espiritual y sólo se llena con las cosas elevadas del espíritu.

Cindy La Regia representa a esos jóvenes vacíos, y también a la humanidad que se ha desconectado de su alma, de su yo elevado, espiritual, divino. Si nos desconectamos del alma, nos quedamos únicamente con el ego, con la mente, y nos volvemos locos. Nos perdemos, la vida ya no tiene sentido y se puede llegar hasta el suicidio o el asesinato.

Cindy La Regia necesita comprender que con su estrategia nunca será feliz, pues el camino a la felicidad no está afuera, en lo material, superfluo y externo a nosotros, ni en quedar bien con los demás. Este es el camino equivocado de la locura que nunca nos deja satisfechos.

El camino de la felicidad va en el sentido contrario, pues la felicidad se encuentra en nuestro interior. Está en la alegría y las satisfacciones de nuestro corazón, y en alcanzar las cosas elevadas del espíritu como la paz, el amor y los sueños del alma.

 

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