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1300 19 Abril 2013

 

Fuerza panista
Miguel Treviño Rábago  

Reynosa.- El senador panista Francisco García Cabeza de Vaca se puede convertir en el próximo gobernador de Tamaulipas. Sé que a muchos tamaulipecos tal vez no les guste lo que acabo de escribir por las más diferentes razones. Sería imposible conocer por qué el ex alcalde de Reynosa concita tanto entusiasmo y tanta rabia entre el electorado. Lo cierto es que bajo las banderas del PAN ya se ha desempeñado como diputado federal, local, alcalde y ahora senador.

En lo personal no lo considero ni amigo ni enemigo, simplemente lo observo como a otros actores políticos de todos los partidos que tienen presencia electoral en mi estado.

Lo cierto es que la carrera por la gubernatura tamaulipeca está por iniciarse. El próximo 7 de julio vamos a elegir 43 alcaldes y 22 diputados de mayoría relativa, agregándoles los plurinominales. Y es aquí, en éste proceso electoral donde se va decidir qué partido político tiene más posibilidades de proyectar al próximo gobernador. Es notorio que la lucha por el Palacio de Gobierno en Ciudad Victoria se va a dar enfurecidamente entre el PRI y el PAN. El resto de los partidos tienen una pálida presencia política que no entusiasma a nadie porque es notorio su entreguismo al gobierno estatal “en funciones” que no desempeña ni cumple. 

Por eso el PRI y el PAN están en una batalla abierta a veces y soterrada en otras, por seleccionar o eliminar a sus militantes más destacados que den la batalla por miles de votos en los principales municipios de Tamaulipas. Las ciudades con mayor número de electores, son las más codiciadas por azules y tircolores, pues en esos terrenos se decidirá si Tamaulipas deja de ser priista y por primera vez en la historia, un panista despacha en Palacio de Gobierno. Ese panista puede ser el senador Francisco García Cabeza de Vaca o la senadora Maki Ortiz, también panista.

En las pasadas elecciones federales, sorpresivamente los electores tamaulipecos eligieron 6 diputados del PAN, y el PRI sólo pudo triunfar en 2. Las 2 senadurías también fueron para el partido albiazul. El PRI logró colocar al ex gobernador Manuel Cavazos Lerma, derrotado en las urnas y cargado con acusaciones graves, junto con los últimos gobernadores de Tamaulipas, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores. Y lo más grave: el PRI tuvo que cargar con el enojo de los tamaulipecos que no se explican por qué nadie aclara las razones del asesinato del Doctor Rodolfo Torre Cantú, mascarado unos días antes de las elecciones en las que era evidente, resultaría absoluto ganador. Ese crimen los priistas tamaulipecos no lo perdonan y menos lo olvidan. Hay quienes lo comparan con el de Luis Donaldo Colosio.

El PRI tiene pues una pésima imagen en Tamaulipas. También está manchado de sangre. Y eso lo sabe el gobernador en turno, hermano del candidato asesinado, como lo saben perfectamente todos los tamaulipecos. Si en su mandato, Felipe Calderón Hinojosa a través de la PGR desató investigaciones sobre los últimos gobernadores, eso dio pié para exhibirlos con sus grandes fortunas y sus turbias andanzas políticas. Todo eso le ha hecho un gran daño al PRI que los panistas han capitalizado al grado de haberle propinado al tricolor una paliza electoral en las últimas elecciones en Tamaulipas. ¿O acaso las derrotas de los candidatos del PRI a las diputaciones federales fueron pactadas en otras esferas? Nomás pregunto, conste.

Lo cierto es que el PRI y el PAN se han dispuesto a registrar a sus mejores elementos para las alcaldías y diputaciones. Como también es cierto que unos y otros se han enfrascado en una guerra de descalificaciones y zancadillas para “eliminar” a los prospectos más peligrosos en cada municipio y cada distrito electoral. Y para ello, no han reparado en gastos multimillonarios en lo que son apenas las precampañas. El arranque formal por ganarse los votos ciudadanos inicia el 19 de mayo. Y a partir de allí habrá más ríos de dinero corriendo por cuenta de todos los interesados en servirle al pueblo.

La gran batalla político-electoral y económica se dará en municipios como Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Ciudad Victoria, Mante, Tampico, Madero y curiosamente en todos los municipios de la zona ribereña que corre paralela al Río Bravo, frontera natural con los Estados Unidos. De allí que también en el gobierno norteamericano haya preocupación por los alcaldes que gobernarán en esos municipios fronterizos. La pregunta es, ¿quiénes son más confiables, los priistas o los panistas? Y es que la frontera es una zona codiciada para bien o para mal. Por eso varios municipios se han convertido en zona de guerra para desgracia de los tamaulipecos que ya no saben a qué santo encomendarse para que les brinde su protección.

Un ejemplo muy nítido de lo que ocurre en la lucha política en Tamaulipas es el de Reynosa: la militancia panista en forma democrática fue convocada a elegir candidatos a la alcaldía y a 4 diputaciones locales. En dos vueltas electorales resulta triunfador Jesús María “Chuma” Moreno sobre su más cercano contrincante José Ramón “el Jr.” Gómez Leal. Se felicitan, se dan la mano y el abrazo.

Al día siguiente se inconforma el derrotado y presenta queja ante el CEN del PAN. Y después de unos días de “negociaciones” y cabildeos, el perdedor Jr. Gómez resulta triunfador en el Distrito Federal. ¿Qué pasó?, se pregunta la militancia panista en Reynosa. Ahora dejo a su fértil imaginación lo que ocurrió en las altas esferas del PAN que encabeza Gustavo Madero allá en la capital mexicana. Una cosa le aseguro: el PAN ya se fracturó al menos en éste municipio y el único beneficiario es el PRI. Así de simple. 

Si como se propone el senador Francisco García Cabeza de Vaca, y quiere convertirse en el primer gobernador panista que tenga Tamaulipas en toda su historia, es hora de echarle todos los kilos de la fuerza electoral panista en los principales municipios de Tamaulipas. Si su aliado “El Chuma” Moreno no logra rescatar la candidatura ante el Trife, tendrá que realizar un gran esfuerzo político para que el PAN gane en otros municipios y distritos, sin olvidar que tiene una gran aliada en Josefina Vázquez Mota, a quien hizo ganar en las elecciones federales en Tamaulipas y en Nuevo León. Tiene que aprovechar lo molesto que están los tamaulipecos con los funcionarios tricolores que nomás no han dado una en tres años cobrando jugosos sueldos en las nóminas.

Tamaulipas está urgido de un cambio. Estamos hartos de ser ignorados y engañados. El PAN es la única opción electoral que tienen los tamaulipecos para “castigar” a los malos gobernantes y a los pésimos representantes en el Congreso del Estado. Hay mucho abandono y violencia en muchos municipios y la respuesta oficial es que Tamaulipas es un paraíso y que aquí no pasa nada. Aunque usted y yo estimado lector y lectora, sabemos que están pasando muchas cosas y muy graves. Ahora sólo falta que los líderes panistas moderen sus actitudes y sepan canalizar la inconformidad de miles de tamaulipecos. Si lo hacen, el próximo gobernador de Tamaulipas, será un panista. 

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