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1308 1 Mayo 2013

 

FRONTERA CRÓNICA
Peor que perder un clásico
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Peor que perder un clásico de futbol es que en México existan alrededor de cincuenta y dos millones de pobres y, entre ellos, más de 21 millones de menores de edad (se celebre o no el tan publicitado día “del niño”).

Peor que perder un clásico de futbol es que en México haya más de doce millones de habitantes que viven en pobreza extrema.

Peor que perder un clásico de futbol es que en México vivan personas reconocidas por la revista Forbes como las más ricas del mundo actual: Slim Helú, Bailléres González, Larrea Mota-Velasco, Salinas Pliego, Gonda Rivera, Aramburuzabala, Azcárraga Jean, del Valle, Sertvitje, Arango.

Peor que perder un clásico de futbol es que en México haya una y otra vez fraudes electorales para apoderarse de la presidencia, y nos quedemos siempre cruzados de brazos.

Peor que perder un clásico de futbol es que en México el gobierno quiera convertirse en dueño de un avión presidencial que costará casi seis mil quinientos millones de pesos (ya lo quisiera Batman para los domingos).

Peor que perder un clásico de futbol es que por las avenidas de la ciudad se tenga que conducir a vuelta de rueda durante las horas pico, que no son pocas, soportando las señalizaciones de circular a 60 kilómetros por hora como velocidad máxima.

Peor que perder un clásico de futbol es amanecer con las cotidianas noticias de asesinatos y atracos por doquier, y con el temor, a veces casi anulado, de que puedes ser la próxima víctima.

Peor que perder un clásico de futbol es que ante cualquier lloviznita, fuera de hora pico, te vuelques en tu auto y quedes a merced de quienes te “auxilian” y de los agentes de tránsito (que, como diría Piporro, ya están quedando muy pocos).

Peor que perder un clásico de futbol es que en México seas docente y que el gobierno y los medios hagan campaña para que la gente crea que eres como Elba Ester Gordillo (justo en el mes en que se celebra tu día y para anular tus protestas en contra de la Reforma Educativa).

Peor que perder un clásico de futbol es que los partidarios de uno y otro equipo lleguen a la violencia extrema, cuando salen aturdidos del estadio (la mayor cantina al aire libre de la región), como si en ello se les fuera la vida.

Y no sólo hay peores cosas en la vida que perder un clásico, sino que hay mejores cosas que ganarlo.

No lo olvidemos y dispongámonos a cambiar lo que sí podemos cambiar.

Eso es lo nuestro.

 

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