EN LAS NUBES
De risa
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Es de risa, por supuesto, la exclamación etílica que no judicial, del que fuera gobernador de Tabasco, Andrés Granier. Pero más, de carcajada, quienes lo tomaron en serio. Nadie desconoce el adagio popular: “los niños y los borrachos dicen las verdades”. Pero hay de refranes a sentencias. Desde que dejó el cargo político tricolor al amarillo, lo han acusado de tocho morocho, como coloquialmente se dice. Igual sucedió con Roberto Madrazo, el único que se enfrentó y ganó al presidente Ernesto Zedillo para no dejar el cargo.

Con un poquito de inteligencia, lo que en muchos no abunda, lo dicho por el hombre cuando asistía hace años a un sarao familiar, no pasa de ser una fantasía. Es de risa que diga tener trescientos trajes, mil pares de zapatos, cuatrocientos pantalones, mil camisas, y residencias en medio mundo. No dudamos que tenga mucha ropa, pero nadie que esté en su sano juicio, como sus agresores lo han gritado, puede imaginar que tal volumen requeriría, cuando menos un almacén.

Cuando se escucha la conversación y se huele el aliento, no queda duda alguna, aunque el Congreso quiera investigarlo, de que se burlaba de todos incluido su hijo, que lo alentaba a seguir presumiendo. Esto sucedió según los datos oficiales, cuando aún detentaba el poder en Tabasco. Ahora, lo quieren acusar como ocurre siempre, cuando ya no lo tiene. Es de risa, caramba. Seguramente se le olvidó mencionar también su millón de corbatas, quien ahora está postrado, no crudo, de tanto solazarse de su ingenio.

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