Suscribete
 
1325 24 Mayo 2013

 

Negocios electorales
Miguel Treviño Rábago

Reynosa.- Aunque saben que no tienen la mínima posibilidad de triunfar en la elección para alcalde o diputado, usted se preguntará: ¿por qué algunas personas se encaprichan y se postulan como candidatos por partidos políticos, a sabiendas de que van directo a la derrota ?

La respuesta es sencilla: las candidaturas en los partidos se han convertido en un jugoso negocio que reditúa buenas ganancias económicas. Lo que menos les interesa a los supuestos “candidatos” es el triunfo electoral. ¿De dónde sale tanto dinero para gastar en las campañas políticas? la respuesta también es simple: de amigos y enemigos políticos.

La mecánica es la siguiente: por ley, todos los partidos políticos reciben dinero de nuestros impuestos. Los gobiernos federal, estatal y municipal, aportan dinero a todos los candidatos y les conceden una serie de prerrogativas para que “jueguen” a la democracia. Obviamente, el partido en el poder o dominante, trata de favorecer a sus candidatos amigos. Así, es natural que en Tamaulipas -por ejemplo- el PRI apoye con más dinero a sus “gallos”. Y ese dinero sale de las arcas públicas o séase de los impuestos que se les ocurre cobrarnos, y que estamos obligados a pagar por la buena o por la mala.

Pero por ley todos los partidos políticos y sus candidatos a las alcaldías y diputaciones, reciben miles o millones de pesos que se reparten de acuerdo a la "fuerza político-electoral" de cada instituto. Ahora bien, las cantidades pueden variar, y se tienen que presentar comprobantes de todos los gastos de campaña. Cada peso se tiene que justificar con una nota, recibo o factura. Pero lo cierto es que algunos candidatos a las alcaldías y diputaciones reciben cantidades irrisorias para “hacer campaña” electoral. Con lo que les entregan no se compran ni un carro viejo y destartalado.

Pero el dinero sale de amigos y enemigos políticos. La fórmula, que utilizan el PRI y el PAN, por ejemplo, es la de “pasar la charola” entre los amigos que luego van a cobrar la “cooperación” recibiendo favores de la más diversa índole. Los que “invierten” en esos candidatos tricolores o azules lo ven así; como una negocio que podría dar beneficios que la mayoría del pueblo no recibe. Los amigos “billetudos” de los candidatos con más posibilidades, como quién dice, apuestan a un “gallo” o a dos, para luego cobrar con intereses.

Y usted se preguntará, entonces ¿a qué le tiran el resto de los candidatitos sin dinero, si saben que ni remotamente ganarían una elección ni de una sociedad de padres de familia? Pues simplemente juegan a quitarle votos a los candidatos del PRI o del PAN, con la perversa intención de hacerlos perder en las elecciones. Y por ese trabajito reciben pagos de los enemigos políticos y hasta de los gobiernos estatales y municipales, cuyos intereses están en juego pues tienen mucho que ocultar de sus manejos financieros.

Así es el negocio de los candidaturas sin porvenir. Nacen muertas y sin posibilidades, pero sus titulares ya pactaron los pagos a recibir. En Tamaulipas y en otros Estados que tienen elecciones el próximo 7 de julio, la intención es derrotar al PAN en el mayor número de alcaldías y diputaciones. La estrategia es alentar a todos los partiditos satélites del PRI a quitarle votos a los candidatos albiazules. Y para eso se les entregan fuertes cantidades de dinero que se gastan en campaña o se embolsan los candidatos que nada tienen de “candidotes”. Ya conocen el negocio y por eso se meten al baile político. No les importan las derrotas, su hambre de dinero es mayor. Por eso los ve usted hasta haciendo campañas de pura faramalla. Eso sí, con todo pagado.

El gobernante si es del PRI, tiene así controlados a todos los candidatitos paleros, y les exige lanzarse como lobos en manada sobre el candidato panista enemigo y peligroso. Aunque hemos de aclarar que hay municipios donde todos los candidatos son patrocinados por el gobernante en turno. Lo mismo da que gane un tricolor, que un azul o un amarillo. Todos están ya bien arreglados. Son pues, como lo hemos escrito en otras ocasiones, candidatos “de mentiritas” tan corruptos como sus patrocinadores. Hasta las planillas de los ayuntamientos están hechas al gusto del jefe político, estatal o municipal.

El juego se llama “robando votos” para servir al patrón. Es un triste simulacro de democracia que tal vez muchos se creen, pero que analizándolo despacio, se le encuentran todas las simulaciones y fallas. Acá por el norte se dice que “ya está todo tamaleado” para que triunfen una vez más los que tienen el poder y no lo quieren soltar. Y todo gira en torno al dinero que se reparte entre los candidatitos que le hacen el trabajo sucio al PRI o al PAN.

Las elecciones –lamentablemente– se convierten en una pantomima para robarle votos a tal o cual candidato, y para ello están los paleros que se van después de las elecciones con los bolsillos repletos de dinero. Bien decía el profesor Hank González: “Un político sin dinero, es un pobre político”. Y yo le agregaría que también es un pobre diablo.

trabago49@hotmail.com

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

15diario.com