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1335 7 Junio 2013

 

EL CRISTALAZO
Pantomima de la mota
Rafael Cardona

Ciudad de México.- La enésima “puntada” de Vicente Fox sobre su intención de convertirse en El rey de la Mota, así como su ex secretario de Agricultura, Javier Usabiaga lo fue del ajo, es a un tiempo burla y servicio.

Fox se burla del gobierno a través de una humorada dejada caer con tono convincente, pero falso. Habla de los millones y millones depositados por los traficantes de cannabis en sus cuentas, lo cual desaparecería una vez legalizada.

Y si, desaparecería de dos formas. Primero, ya no serían millones, sino miles. Y segundo, ya no habría traficantes, habría comerciantes.

Si la mariguana vale cuanto vale hoy es por el encarecimiento de lo clandestino. Cuando circule libremente por la calle, como piden tantas y tantas buenas conciencias, cuyo entusiasmo por cierto se acaba cuando ven a sus hijos “pachecos” y perdidos, tendrá un recio irrisorio. Será tan cara o tan barata como la verdolaga, pero sin el espinazo de cerdo.

Lo notable en la provocación foxiana es la ocasión. Se produce exactamente cuando llega este despacho de lo ocurrido en la más gubernamental de las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos en el mundo occidental: Human Rights Watch.

“Los gobiernos de América deben despenalizar el uso personal de drogas con el fin de frenar la violencia y los abusos causados por el combate al tráfico de enervantes”, apuntó hoy la organización HRW.

“El organismo humanitario indicó que las políticas que prevén sanciones penales para el consumo personal de drogas atentan contra los derechos humanos fundamentales.

“En el marco de la 43 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se desarrolla del 4 al 6 de junio en Guatemala, HRW sugirió aplicar políticas en materia reglamentaria y de salud pública que no tengan carácter penal.”

“Miguel Vivanco, director de HRW para América, destacó que la “guerra contra las drogas” ha tenido efectos nefastos en América, que incluyen desde matanzas por despiadadas organizaciones criminales hasta abusos aberrantes por parte de las fuerzas de seguridad”.

La OEA, HRW, la Comisión Intermericana de Derechos Humanos, todos hijos y entenados del Departamento de Estado del gobierno americano.

“Los gobiernos deberían definir nuevas políticas que disminuyan los daños provocados por el consumo de drogas, y a la vez, reviertan la violencia y los abusos que han caracterizado las actuales políticas”, consideró.

HRW explicó que aplicar sanciones penales por el consumo o la tenencia de drogas para uso personal implica cercenar la autonomía y el derecho a la privacidad de estas personas.

“Son muchas las medidas que los gobiernos pueden y deben adoptar para disuadir, prevenir y remediar el uso nocivo de drogas. Sin embargo, no deberían hacerlo castigando a las personas cuya salud se pretende proteger”, sostuvo Vivanco.

El directivo de HRW llamó también a que “no se limite la posibilidad de los gobiernos de explorar nuevas estrategias en esta materia”. Siempre y cuando lo hagan como nosotros, en Washington, decimos, le faltó comentar.

Replica y punto final

Con motivo de la columna de días pasados en la cual mencioné un caso de maltrato a un niño del “Instituto Asunción”, he recibido algunos comentarios. Unos razonados, otros coléricos; algunos inteligentes, otros no. En algunos casos me piden reserva de los correos; en otros no les importa. No insistiré sobre el hecho. De investigarlo ya se encargan—me dicen—la PGJDF y la CNDH.

De entre los mensajes, sin embargo, selecciono este por elocuente. No calificaré más ni su contenido ni su intención:

Hola:
Sinceramente, su columna muy poco habla de los hechos y mucho deja qué desear.

En primer lugar, espero que se haya dado el tiempo de leer los comentarios escritos por distintas personas, sobre todo aquél de una mamá que tuvo el coraje de hacer una declaración pública del excelente trato de la misma maestra que usted señala. Una vez dicho eso, quisiera preguntarle: ¿en qué momento, la reacción (aún en duda) de una maestra, persona civil -porque me consta que las maestras del asunción (sic) no son “madrecitas”, significa que la educación religiosa es digna de todos los adjetivos que usted le atañe en su nota? Además, ¿usted tiene certeza absoluta de que las heridas no fueron ocasionadas por un compañero? ¿Uno que amenazó a "V" para que no lo señalara como culpable? ¿O alguien más en cualquier otro momento? Repito, poco habla de lo sucedido, pero qué bien le salió señalar y criticar.

Para concluir, del mismo modo que usted lo hace, me remito a un acontecimiento anterior. Ya por #ladies habladoras y gritonas una persona perdió su empleo. Y la srita. como si nada. Espero que en éste, el caso del #GentlemanMilenio, sí sean los habladores los castigados.

Saludos
María Fernanda Reséndiz

Llama la atención una frase en este mensaje: “¿…usted tiene la certeza absoluta de que las heridas no fueron…?” Hasta donde se, nadie había hablado de heridas sino de huellas. Pero ya los “defensores” de la escuela se encargan de hacer mayor el asunto.

Solamente me queda una duda: ¿el #gentlemanmilenio, seré yo? Qué raro, si yo escribo en Crónica. No me vayan a confundir con Marín.

Y en cuanto a los juicios y la ironía implícita, pues gracias: “que bien le salió señalar y criticar”.

Pues eso hacemos los periodistas, señalar y ejercer la crítica. Es nuestro oficio. Observar, analizar, cuestionar, criticar y exponer libremente nuestro pensamiento y opinión, como todo ciudadano, pero nosotros de manera profesional y constante.

Por eso algunos no nos quieren. Pues ni modo, señora.

“Siento por esta vez no complaceros…”, como decía el declamador sin maestro.

 

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