Moreira, sonríe para la foto
Hugo L. del Río
Monterrey.- Rubén, el Moreira II, se convirtió en el símbolo hecho carne de la mediocridad de la clase política. El manolo se fue en auto a Piedras Negras, supuestamente para evaluar los daños y organizar las tareas de socorro. Pero el hermano de Moreira I ni se bajó del auto, y a lo que parece, tampoco habló con ninguno de los 52 mil damnificados.
Rubencito fue por la foto y la toma de la TV. Piedras Negras no es la ciudad más pobre de México. Hay familias marginadas, desde luego, pero son relativamente pocas. Sin embargo, estos fronterizos sufrieron hambre y sed a partir de la tormenta que los castigó desde el viernes 14 hasta el sábado 15.
Al otro lado del puente, en Eagle Pass, hay abundancia de todo, pero por la anegación y los escombros era imposible cruzar la línea. El gobierno pudo movilizar vehículos aéreos para llevar los alimentos, el agua potable y las medicinas que tanto necesitaba la gente, pero a nadie se le ocurrió.
Sí, cayeron 19 pulgadas de lluvia, pero si 42 colonias quedaron bajo el agua, la culpa es del gobierno, que nunca ha querido construir –ni allá ni aquí– el drenaje profundo, de suerte que, como decía mi abuela, con una meada de San Pedro aquello se convierte en una laguna.
Es hora que no tienen luz ni agua. Diez planteles educativos quedaron inservibles. Eso sí, el tal Moreira II anuncia, solemne, “que ya no se tolerará la construcción de escuelas en zonas de alto riesgo”. Madre Santísima: si todo Piedras Negras es zona de riesgo. Las furias de la naturaleza no reconocen las fronteras trazadas por el hombre.
Eagle Pass sufrió algunos daños, pero nada comparado, ni remotamente, con la ciudad hermana. Los mexicanos respondieron: en Monterrey se distinguió Cáritas; en Coahuila, Saltillo, con 155 toneladas de alimentos, ropa y todo eso; la Cruz Roja Mexicana, 40 toneladas. Y así podría seguir: es larga la lista. Pero ojo, Rubén ya dice que se aplicará la Ley de Transparencia para que nadie se robe los elementos de socorro.
Como decía mi maestro: cuando los políticos hablan, hay que entender que harán lo contrario de lo que dicen. ¿Qué podemos esperar de esta, digamos, dinastía de la corrupción, donde los hermanos se heredan el poder?
En Piedras Negras miles quedaron sin casa, mientras Moreira I, en el colmo de la desvergüenza, como si no se hubiera robado millones, vive en Europa gracias a una beca. Si yo fuera japonés, de pena y bochorno me haría el harakiri. Como mexicano, lo único que puedo hacer es mentarles la madre: fútil ejercicio: no tienen.
Pie de página
Nunca entendí qué se proponía el gobierno con la creación de la Gendarmería Nacional. Pero parece que tampoco lo comprendió la burocracia política. No tenía objeto organizar una nueva corporación: más lógico sería incorporar los reclutas a la Federal Preventiva o cambiarle el nombre a ésta para que pase a ser la GN.
Pero formar otra agencia de seguridad es afán de complicar una crisis que ya de por sí tiene lo suyo. Como sea, los diez mil gendarmes que serían se redujeron a cinco mil: apenas suficientes para procurar poner orden en Nuevo León…si es que de eso se trata.
