Elecciones sin legitimidad
Juan Reyes del Campillo

Ciudad de México.- Dentro de dos semanas habrá elecciones en 14 estados de la República. Seguramente el ganador será el abstencionismo, ya que los procesos han llamado muy poco la atención entre la ciudadanía. Con excepción de Baja California, en los demás estados se trata de comicios intermedios, en los que estarán en juego solamente los ayuntamientos y los congresos de los estados.

Tal vez por ello, los más interesados en estas elecciones resultan ser los gobernadores. No sólo quieren que los principales municipios queden en manos de los candidatos de su partido, sino muy especialmente buscarán contar con una mayoría en los congresos, con el fin de que les aprueben cualquier iniciativa, sobre todo aquellas que se  refieren a las solicitudes de deuda pública.

Por lo anterior, han desarrollado una buena cantidad de operativos de compra y coacción del voto con recursos públicos, que tiene como fin asegurar la elección a su favor.

En Baja California habrá elección de gobernador, allá los partidos han puesto gran interés e invertido en mayor proporción su capital político y humano. Existen dos coaliciones, conformadas una por el PRI, el partido Verde y un partido local; el PAN, el PRD y otro partido local han realizado otra alianza electoral. Es en esta entidad en donde, después de 24 años de gobiernos panistas, el PRI espera recuperar el poder ejecutivo del estado.

Al candidato del PRI, Fernando Castro Trenti, se le vincula directamente con el grupo de Manlio Fabio Beltrones. Es por eso que se ha llegado a especular en algunos medios, que su derrota está negociada con el PAN, a fin de que no se venga abajo el Pacto por México, y, con él, diversas reformas legislativas que le interesan al presidente Peña Nieto.

Los dirigentes del PAN, Gustavo Madero, y del PRD, Jesús Zambrano, han estado presentes y han apoyado con spots la campaña de Francisco “Kiko” Vega, misma a la que acudió recientemente Margarita Zavala, la esposa del expresidente Felipe Calderón.

Las dos campañas se han destacado básicamente por la guerra sucia, utilizando propaganda que busca la descalificación de los opositores. Recientemente, con el desbarajuste del PAN en el Senado, los partidarios del PRI han aprovechado para echarle más leña al fuego.

Las demás campañas en el país se caracterizan por su escaso nivel político, y básicamente se han destacado por la denuncia sistemática respecto a la entrega que hacen los candidatos del PRI de despensas gubernamentales, por el condicionamiento de los apoyos de los programas de oportunidades y por la circulación de todo tipo de apoyos con recursos oficiales.

Es posible señalar que a las urnas solamente va a acudir el voto duro que logren movilizar los partidos políticos. El grueso de los ciudadanos, no parece muy interesado ante estos procesos desangelados y cubiertos por la duda de que habrá elecciones limpias, libres y equitativas. Es evidente que después de varios años de transición y alternancia política no se observa por ningún lado la necesaria incertidumbre que requieren los procesos electorales.   

Tal vez por ello, en varios estados han surgido y llamado la atención una buena cantidad de mascotas como candidatos. En las redes sociales con una buena cantidad de visitas se destacan el candigato “Morris” para presidente municipal en Xalapa, Veracruz, el cual, dice, buscará acabar con las “ratas”. En Ciudad Juárez se ha postulado el burro “Chón”, que no le pide nada a ningún candidato, y en Oaxaca, el CANdidato “Titán”, quien asegura abiertamente que el sí va por un hueso. Bueno, pues en Tepic, Nayarit, en donde habrá elecciones hasta el próximo año, se está postulando “Tina la gallina”, quien asegura que ella sí tiene “huevos”.

Más allá de estas candidaturas virtuales, mediante las cuales la ciudadanía expresa su hartazgo y descontento con los políticos profesionales, las campañas son bastante áridas y aburridas. Estas manifestaciones ponen en entredicho la credibilidad de los políticos, y desde ahora marcan lo que habrá de ser una gestión desvinculada de los intereses ciudadanos.

Ante una relación perversa que busca hacerse del gobierno, es evidente que seguirá una gestión de opacidad y sin rendición de cuentas. No obstante ante el desprestigio, la clase política está buscando que llegue a formalizarse la reelección en los ayuntamientos y en los congresos. Se pretende en realidad el control patrimonial de los recursos públicos, como si fuera un botín al cual tienen derecho.

Hoy en día es notoria la falta de legitimidad de la clase política, la cual se sustenta en la desconfianza ciudadana, en las trampas y el juego sucio como práctica política, en la extensa inmoralidad pública, lo cual nos está acercando cada vez más a la necesidad de “que se vayan todos.”