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1357 9 Julio 2013

 

Ecocidio en la Sierra de Picachos
David Carrizales

Monterrey.- México podría enfrentar problemas internacionales por autorizar el funcionamiento de una empresa pedrera en la zona natural protegida de la Sierra de Picachos, municipio de Higueras, que es santuario de especies en peligro de extinción, provenientes de Estados Unidos y Canadá, advirtió el abogado, Mariano Núñez González.

El asesor de la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos AC (AESPAC), expresó que los mexicanos (a través del gobierno federal), “somos muy buenos para firmar acuerdos, pero muy malos para cumplirlos”, y al permitir que opere la empresa Martimar, se estarían violando diversos convenios en materia de cooperación ambiental, particularmente el que fue suscrito en el marco del Tratado de Libre Comercio (TLC).

Apoyados por Núñez González, los vecinos de Higueras promovieron un recurso de amparo contra la autorización para el cambio de uso de suelo, otorgada a Martimar el 29 de enero por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). El juicio con el que se pretende frenar el citado proyecto, quedó asentado con el número de expediente 339/2013 en el juzgado primero de distrito en materia administrativa.

El abogado, confió que será revocado el permiso a la pedrera, pero en caso de que se les niegue el amparo, recurrirán a instancias internacionales, como la Comisión para la Cooperación Ambiental que conformaron México, Estados Unidos y Canadá, que tiene entre sus funciones recomendar medidas para la conservación y la protección de la fauna y la flora silvestres, así como de sus hábitats y de las áreas naturales bajo protección especial; además de procurar la protección de especies amenazadas y en peligro.

Incluso, dijo Núñez, acudirían ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José, Costa Rica, porque la devastación a que está siendo sometida la Sierra de Picachos y en un futuro, los polvos que emanen de la pedrera, atentarían contra la salud de la población de Higueras.

Además, expuso el litigante, con sus 75 mil 852.55 hectáreas, la Sierra de Picachos constituye el área natural protegida más grande de Nuevo León, y por su ubicación geográfica, constituye un escudo natural de protección ante el embate de los frentes fríos que llegan a la zona metropolitana de Monterrey.

En la Sierra de Picachos se refugian especies como el murciélago canadiense y la mariposa monarca, que emigran desde Canadá, así como el puerco espín, que viene de Estados Unidos y el lobo mexicano que se mueve entre México y Estados Unidos. Entre otras especies hay pumas, oso negro, jabalí; aves como el halcón cernícalo, águila real, codorniz Moctezuma y guajolote silvestre.
Como parte de la riqueza vegetal, crece en la Sierra de Picachos el encino memelito, encino roble, y el pino arizónica, entre otras especies.

Especial preocupación ha causado entre ambientalistas de Nuevo León y de Higueras, la protección al lobo gris mexicano, ya que fue declarado en peligro de extinción por el gobierno federal mexicano en el año 2001.

Según Sergio Jiménez Lezama, director ejecutivo de la Organización Vida Silvestre, AC (OVIS), en la actualidad solamente existen 300 lobos en el mundo, de los cuales el 80 por ciento están en cautiverio. Por ello, dijo Jiménez, es fundamental instrumentar programas de recuperación y protección de animales silvestres, como el lobo gris.

En una conferencia que dictó el sábado a vecinos de Higueras y activistas en defensa de la Sierra de Picachos, comentó que únicamente hay tres centros experimentales en el mundo donde se desarrolla un trabajo genético para lograr que el lobo gris pase de categoría de especie en extinción, a categoría de especie amenazada.

Ante unas cien personas reunidas en el Centro Interpretativo y de Educación Ambiental Sustentable de AESPAC, en La Laguna de Higueras, Jiménez Lezama mencionó que dichos sitios se localizan en Arizona, en Nuevo México, Estados Unidos, y en la Sierra Picachos.

El especialista señaló que se ha logrado el nacimiento de 18 crías de lobo gris en la reserva de la Sierra de Picachos, con lo que se pretende contribuir con lobos criados en condiciones de semicautiverio para el restablecimiento de las poblaciones silvestres de esta subespecie, tanto en México como en Estados Unidos.

Recordó que en 1982, las agencias federales de manejo de vida silvestre de Estados Unidos y México, firmaron el “Plan Binacional de Recuperación del Lobo Mexicano”, donde uno de los objetivos principales es el restablecimiento de poblaciones silvestres a partir de lobos criados en cautiverio.

Comentó que la erradicación del lobo gris mexicano inició en los años sesenta con el inicio de una campaña de protección a la ganadería, mediante la colocación de trampas y alimentos con veneno que pusieron en grave riesgo la preservación de la citada subespecie.

 

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