Sinaloa, primer corte de caja
Ernesto Hernández Norzagaray
Mazatlán.- Con base a los resultados del PREP, podemos afirmar que el sistema de coaliciones electorales en Sinaloa se consolidó en un contexto de violencia, abstencionismo, voto leal y voto útil.
La atmósfera creada por el video incriminatorio en contra del gobernador, la intimidación de militantes de la coalición Unidos Ganas Tú, y los acontecimientos trágicos del municipio de Sinaloa marcaron la normalidad democrática de estas elecciones.
La baja participación en los municipios urbanos es significativa. Empezando por los cuatro distritos electorales de Culiacán donde se alcanzó un histórico promedio de 35 por ciento, en los dos de Mazatlán el 43 por ciento y en Ahome 44 por ciento. Nada que ver con el 58 por ciento de las elecciones de gobernador de 2010.
Este resultado es un campo propicio para el llamado voto duro y clientelar, que en el caso del PRI ronda entre el 25-30 por ciento y el PAN el 20-25 por ciento. Hay expresiones que indican que hubo compra y coacción de votos y votantes, lo que no sabemos es cuánto representó para una u otra coalición. Es posible calcular que en Ahome pudiera ser definitivo en el resultado preliminar de esta elección.
Ahora bien, al haber dos coaliciones se impone el voto útil, pues votar por el MC o el PAS es un desperdicio en las elecciones municipales. De ahí que ocho de cada diez votos fueron para las coaliciones. Y de esos ocho, cuatro y medio de ellos fueron para Transformemos Sinaloa, integrada por el PRI-PVEM y tres y medio para Unidos Ganas Tú, conformada por el PAN-PRD-PT.
Se afirma además el predominio de la primera coalición en la mayoría del estado, salvo en Guasave y Mazatlán, aunque es muy cerrado el resultado en Ahome, donde la segunda coalición logró avanzar y retener posiciones.
Sin embargo, es ostentoso el retroceso que tuvo ésta, pues de haber ganado en 2010 nueve de los dieciocho municipios, ahora parece que sólo alcanzará tres. Mazatlán es retenido en una competencia cerrada entre Carlos Felton e Irma Tirado.
Es decir, sus gobernantes no hicieron la tarea y los ciudadanos no les ratificaron el apoyo, ya sea cambiando el sentido de su voto o simplemente no asistiendo a las urnas. En ese sentido, es clamorosa la derrota de Alejandro Higuera en el distrito electoral XIX.
Finalmente, el PAS no resulta la revelación electoral si recordamos que su dirigente Héctor Melesio Cuén en 2010, obtuvo 171 mil votos para alcanzar la alcaldía de Culiacán, y en la carrera por la senaduría de la república, 189 mil, así que los aproximadamente 106 mil votos obtenidos en todo el estado distan mucho de lo esperado. De sostenerse el 12,65 del PREP, podría alcanzar hasta cinco diputados plurinominales, hecho inédito en la historia de los partidos pequeños.
Por cierto, hay que anotar que de esos 106 mil votos, poco menos de una cuarta parte los lograron los candidatos pasistas en el distrito electoral II y XIX.
Un cálculo no menor, es que el PRI y sus aliados tienen mayoría absoluta del Congreso del estado, al tener 21 triunfos distritales. Ningún partido por sí solo la alcanza, y eso genera el segundo gobierno sin mayoría, lo que va a ser una piedra en el zapato del “gobierno del cambio”, pues obligará a pactar con la oposición priista.
En definitiva, el sistema electoral sinaloense ha pasado del bipartidismo a un sistema de coaliciones, lo que técnicamente ofrece mucho en condiciones de normalidad democrática, pero genera miedo en un contexto donde actores extralegales buscan imponer por la fuerza sus propias visiones e intereses.
Lejos, pues, de esas elecciones inéditas e históricas (así calificadas por el Presidente del CEE por la ausencia de denuncias).
