Justicia y supervivencia
Hugo L. del Río
Monterrey.- Durante doce años, los habitantes de Tepalcatepec, Michoacán, estuvieron aguantando “la joda” que les pusieron los templarios.
Impusieron impuestos: Mil pesos por cada vaca vendida, cuatro pesos por kilo de tortilla, veinte pesos a la semana a cada escolar o estudiante, 500 pesos al mes por auto, 15 pesos por kilo de carne. Algunas familias pagaban de diez a veinte mil pesos mensuales para que no las agredieran. La gota que derramó la copa fueron las agresiones sexuales a mujeres y niñas: “Me gusta tu mujer, me la voy a llevar un rato; mientras, que se bañe tu hija porque a ella la voy a tener varias semanas.”
En un mes, fueron violadas trece niñas de once a doce años, todas alumnas de la misma primaria. Los vecinos admiten que se aliaron con “la familia”, el cártel enemigo de los templarios, y estudiaron los métodos que emplearon los habitantes de la meseta purépecha para deshacerse de los malos pero, todavía con algo de ingenuidad, cuando “el primer levantamiento” (así lo dicen) se limitaron a detener a los sicarios y entregarlos al Ejército.
El mismo día, todos los pistoleros regresaron muy orondos a Tepalcatepec. Los vecinos adoptaron nuevas tácticas. Ya no entregan los matones a las autoridades.
En Tepalcatepec organizaron guardias equipadas con radio las 24 horas, se armaron y en una hora, previo anuncio de cohetones y campanas al vuelo, se reúnen tres mil hombres. Ya no creen en el gobierno ni están dispuestos a entregar el armamento. Formaron sus destacamentos de policías comunitarios y grupos de autodefensa y animaron a municipios vecinos a seguir el ejemplo.
Dieciséis ayuntamientos, sin incluir a los asentamientos purépechas, “están limpios” y por ningún motivo se dejarán desarmar. Militares y policías, dicen, sólo van a convivir con los narcos, almuerzan con ellos y no los molestan. Esta es la Tierra Caliente de Michoacán: el Día del Abogado mataron en Uruapan al litigante José Juan Quezada Bucio; hace un año los malosos secuestraron a tres jóvenes universitarios; en 2010,desaparecieron a seis policías federales y ayer hirieron a otros dos en la carretera Los Reyes-Tocumbo.
Los alcaldes de Aguililla y Aquila despachan en Morelia, y en año y medio la Municipalidad de Nahuatzen ha tenido tres ediles.
Sé que en un Estado de Derecho no debemos hacernos justicia por nuestra propia mano, pero en Tierra Caliente tienen la alternativa de combatir a los delincuentes o asistir a la violación de hijas, hermanas y esposas. El gobierno, en sus tres escalones, está al servicio de los capos y la gente hace ya rato dejó de creer. Saben que están librados a sus propios recursos, a su coraje y a su capacidad de organización.
¿Los culpamos, los condenamos y les quitamos los mosquetones automáticos que usan para defenderse?
Pie de página
Empeñada en seguir los pasos de Mario Guerrero, Margarita Arellanes podría abrir una escuela o universidad para enseñar al alumnado cómo dejar en bancarrota a los tejanos llevando 24 invitados, incluidos chofer y peinadora.
Una de las cátedras sería el arte de cambiar tres veces al día de vestido, al tiempo que se empuja a la bancarrota a San Antonio, con todo y El Álamo.
Claro que habrá todo un departamento, administrado conjuntamente con Mario, para divulgar los secretos políticos de la carne asada.
