Suscribete
 
1371 29 Julio 2013

 

EN LAS NUBES
Una pregunta
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Les sobra razón a los habitantes del municipio de San Bartolo Naucalpan, en el estado de México, cuando preguntan a sus “autoridades” cómo detener el derribo de cientos de árboles en el parque metropolitano, mejor conocido como Naucalli.

Oyen al edil David Sánchez desconocer tal atropello ecológico. No reciben respuesta y auxilio del gobierno estatal. Es un delito municipal no estatal, pregonan. Pero sí federal; la secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, deberá tomar cartas en el asunto pues, digan lo que digan, es su función. Deben hacer caso al joven ejecutivo federal y obrar en consecuencia, como la Procuraduría Federal del Consumidor al meter en orden a hoteles, gasolineras, líneas aéreas, comederos de lujo que se creían, como Sánchez, intocables.

Los vecinos están enardecidos. Tienen conciencia de que si alguien te traiciona una vez, es su falta, pero si te traiciona dos o más veces, es tu falta. Han convocado, ante la carencia moral, ética y honestidad de quienes dicen ser autoridad, a detener el estropicio. No olvidan que el 15 de septiembre de 1975 el gobernador de la entidad, Jorge Jiménez Cantú, a instancias del ejecutivo federal, compró por 25 millones de pesos el Ejido de oro, así se conocía al sembradío de maíz, para convertir sus muchas hectáreas en área verde y parque para la población; lo entregó entonces al alcalde Roberto Soto Prieto que lo convirtió en pulmón para la zona. Cientos de árboles se sembraron y quedó, con el tiempo, convertido en hermoso lugar de solaz y esparcimiento.

Cuando se fue don Roberto, los sucesores del “poder” en Naucalpan, en beneficio propio, comenzaron a vender porciones para construir comercios. Tricolores, azules y amarillos, usaron su influencia para enriquecerse sin escrúpulos, como hoy acontece, en Los Remedios, el cerro de Moctezuma, y otros parajes.

Se enardecen cuando en el parque metropolitano, conocido como Naucalli, derriban añejos y bellos árboles, con el pretexto de que están plagados y anuncian que en el enorme espacio construirán un centro comercial. Por eso la pregunta: ¿será escuchado su reclamo?

Se conservará intacto el parque, o como ocurre en otros estados de México, los obligarán a tomar la ley en sus manos; pararán la circulación de vehículos en las importantes vías. Protestarán en grupos como hacen los maestros, los electricistas, los estudiantes. Ven que las autoridades no pueden controlar, como se ve cotidianamente, nada.

Por su intransigencia y prepotencia recuerdan al gobernador de la entidad y al alcalde aún en funciones, lo que originó el presidente Gustavo Díaz Ordaz en un país sumiso: no a la resignación, si a la generosidad, sobre todo cuando hay justicia. O mejor, dicho de otra forma: la libertad se aprende ejerciéndola, como pusieron el ejemplo, ante servidores corruptos, los estudiantes mexicanos en 1968.

La pregunta: qué hacer ante la abulia del edil, ¿imitarlo?

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com