Suscribete
 
1384 15 Agosto 2013

 

TRANSICIONES
Sin reforma no hay paraíso
Víctor Alejandro Espinoza            

Tijuana.- El lunes 12 de agosto el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dio a conocer su iniciativa de reforma energética.

La expectativa había crecido en virtud de que originalmente se había anunciado que se presentaría el miércoles 7; no supimos las razones de la decisión del aplazamiento y eso generó una serie de especulaciones que terminaron por disiparse esta semana. Se trató de un anuncio histórico por todo lo que significa para los mexicanos la posibilidad de cambios sustantivos en nuestra política energética, y fundamentalmente en torno al petróleo.

El tema que subyace a la reforma energética es sin duda el de la propiedad de las empresas (Pemex y de la CFE). En la actualidad y desde los años veinte, el Estado mexicano se reserva la propiedad exclusiva en las funciones de áreas estratégicas como “correos, telégrafos, radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad…” (art. 28 constitucional).

Como bien señalan los especialistas hay dos fechas paradigmáticas del nacionalismo mexicano: 18 de marzo y 5 de mayo. En ambas se trata de gestas heroicas y de afirmación de la identidad frente amenazas externas: contra las compañías petroleras inglesas y el imperio francés. En la batalla por la propiedad del petróleo está en juego también nuestra historia. De privatizarse o abrirse a la inversión extranjera las áreas de exploración y extracción, dejará de tener vigencia uno de los soportes del maltrecho Estado Mexicano.

La iniciativa presidencial propone una reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales. Se sostiene que “El modelo propuesto, al igual que el cardenista, comprende dos esquemas; 1) contratos eficientes para la exploración y extracción celebrados con el Ejecutivo Federal, y 2) participación de terceros en toda la cadena de valor de los hidrocarburos, a través de autorización expresa del Gobierno Federal”.

El gobierno de Enrique Peña Nieto se juega mucho con su iniciativa de reforma energética. Las críticas provienen de dos grandes frentes: por un lado, el PAN en boca de su presidente nacional y del aspirante a sucederlo, Gustavo Madero  y Ernesto Cordero, han calificado la propuesta como retrógrada y timorata. Les pareció limitada, sobre todo porque la iniciativa del PAN propone reformas a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales,  para abrir toda la industria a la inversión privada de capital. Sin duda, Acción Nacional pretende que en el Congreso las modificaciones logren dar marcha atrás a la propiedad estatal de las industrias petrolera y eléctrica.

Desde el flanco izquierdo, el PRD ha criticado la propuesta y afirma estar dispuesto a no apoyar la apertura a la inversión privada como la proponen tanto las iniciativas del PRI como la del PAN. Pero se encuentra en una encrucijada: seguir en el Pacto por México o romper ahora que las cartas están sobre la mesa. Si se aprueba cualquier cambio constitucional y apoya o no a la reforma carecería de sentido su permanencia en el pacto: sería un verdadero suicidio político.

En medio de ello resurge la figura de Andrés Manuel López Obrador; quien ha convocado a una magna concentración en el Zócalo de la Ciudad de México para el próximo 8 de septiembre. Es el único líder nacional que sin titubeos o ambigüedades se ha mantenido firme en la defensa de la propiedad pública de las industrias petrolera y eléctrica. Pese a las críticas, frente a la opinión pública logrará recuperar presencia nacional por su persistencia y posición coherente; por su capacidad de convocatoria, volverá a ser una referencia cotidiana en los próximos meses.

El gobierno de Peña Nieto enfrenta otras presiones: las provenientes de una economía que no crece y de la violencia que no disminuye. Además, de las provenientes  de las compañías transnacionales a quienes les llena más la propuesta privatizadora panista. Estamos en la antesala de fuertes movilizaciones y de una reedición de la polarización política. Con la reforma energética se juega en buena medida el futuro de nuestra Nación.

Víctor Alejandro Espinoza es investigador de El Colegio de la Frontera  Norte.
victorae@colef.mx.
Twitter: @victorespinoza_

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com