Suscribete
 
1388 21 Agosto 2013

 

Ellos entregan Pemex, ¿el pueblo va a responder?
Hugo L. del Río

Monterrey.- El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, admite tácitamente que los líderes del PRD son mayores de edad y se puede discutir con ellos, en un plan de altura, la mal llamada reforma energética. Pero nada más con ellos. El titular de gobernación, Osorio Chong, nos dice entre líneas que somos menores de edad y adolecemos de debilidad mental. Ergo: no tiene caso consultarnos respecto de la privatización de Pemex.

El Estado siempre nos ha considerado a los mexicanos como niños tontos a quienes hay que asestarles nalgadas, y de vez en cuando, ofrecerles un dulce para que se porten bien. Para ellos “portarnos bien” significa que aceptemos sin enojo ni protesta las jodas que nos ponen desde 1940.

Cuauhtémoc Cárdenas se pronunció a favor de una consulta popular, para que seamos los mexicanos quienes digamos la última palabra acerca del destino de Pemex. ¿Qué tiene de malo que pidan nuestra opinión sobre el destino de México? Pemex no es nada más una empresa petrolera paraestatal. México descansa en la compañía que no sólo es símbolo, sino garantía de soberanía nacional y de progreso.

No confundamos las paridas con las preñadas. Pemex no es Romero Deschamps, modesto artesano de la corrupción si lo comparamos con los peces gordos que se hicieron multimillonarios con el petróleo mexicano, y sobre todo, con la truhanería que quiere entregar nuestro patrimonio al gran capital globalizador.

El gobierno de Peña Nieto carece de toda autoridad moral para negarnos el derecho, primero, a manifestar nuestra voluntad; y segundo, a exigir que ésta se cumpla. El mexiquense promete muchas cosas, pero ya sabemos que los capos de capos no cumplen.

Hace unos días escribió Víctor Flores Olea en La Jornada: “¿existirá una real rendición de cuentas y un control efectivo de los participantes, o simplemente, como acostumbran, se llevarán las tajadas más grandes del pastel?”. Y pregunta: “¿cómo se les frena o acota?” No, no hay forma de hacerlo si en nuestra debilidad les regalamos el oro negro, lo cual significa hacerles el donativo de toda esta nación.

Llegó el momento de la verdad. El destino nos obliga a definirnos: ¿Queremos tener un hogar nacional o preferimos la cancha de futbol?

Cárdenas Solórzano es optimista:”El pueblo nos va a responder”.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com