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1441 4 Noviembre 2013

 

Epitafio para Imaginarte
Mario Alberto Palacios

Monterrey.-
Este 1 de noviembre, el programa Imaginarte del Sistema de Radio y Televisión Nuevo León llegó a su última emisión, tras más de 18 años de estar al aire, periodo en el que pasó de la anarquía a la formalidad de sus contenidos, de la desconfianza a la apatía, y del apoyo total al abandono y olvido institucional.

Concebido en 1995, primero como un híbrido de revista de cultura y reseñas por sus fundadores, para después profesionalizarse al formato de un noticiario a partir de 1999. Imaginarte fue y ha sido el único espacio de su género no sólo en Nuevo León, sino en el noreste de México. Su longevidad fue algo curioso y, hasta heroico de acuerdo a los estándares de la televisión pública y privada.

Imaginarte logró en gran medida sortear los cambios y vaivénes de las políticas administrativas de seis gobernadores, desde el priísta Sócrates Rizzo y su sustituto Benjamín Clariond, los dos panistas Fernando Canales Clariond y el interino Fernando Elizondo Barragán, y los dos últimos Natividad González Parás y Rodrigo Medina. Y sobrevivió por artes de prestidigitación, suerte,  buena voluntad, nobleza de su propuesta y contenido informativo.

Sin embargo, su desaparición como programa formal era por decirlo así, una muerte anunciada desde hace largo tiempo, convirtiéndolo sin querer en un cadáver televisivo que caminaba y salía al aire de lunes a viernes a las 19 horas, con excepción de las ocasiones en que era sustituído por programas especiales o transmisiones de partidos de beisbol.

De los 16 años que llevo como colaborador del que era conocido como Canal 28 y ahora RTVNL, 10 he estado ligado de manera directa con Imaginarte, tres como jefe de información (2000 al 2003), y desde el 2006 a la fecha como reportero.

Durante esta etapa he tenido el privilegio y fortuna profesional de conocer a artistas plásticos, directores y actores de teatro, cine y televisión, académicos e investigadores universitarios, escritores, novelistas, poetas, dramaturgos, coreógrafos, bailarines, artistas callejeros, independientes o con éxito comercial, músicos de muy variados géneros y estilos y trayectorias, funcionarios públicos, periodistas y sobre todo, a personas y amigos. Incluso,  reencontré el amor con una compañera, Martha Zoraida Olivares, con quien empaté no sólo en lo profesional, sino también en la pasión mutua en pro de difundir la cultura y las diversas artes.

Si bien Imaginarte surgió hace 18 años con una propuesta de difundir las expresiones artísticas y culturales y educativas no sólo del Estado sino de la región y el país (labor fundamental y premisa de la existencia del canal estatal de televisión) su presencia y consistencia fue de más a menos hasta su ya decretada desaparición.

¿Las causas de su muerte institucional? Muchas, iguales a las que llevaron hace años a que en el periódico El Porvenir se redujera a sólo una las páginas de la sección cultural, que en los años 80 del siglo pasado, tenía ocho suplementos semanales. O bien el caso de El Norte, en donde la sección Vida pasó a injertarse en la de Gente (entre las noticias de espectáculos y la cartelera de cine) o la casi desaparición de esos contenidos en Milenio Diario de Monterrey.

Es curioso, en gran medida preocupante y hasta atemorizante, el simple hecho de que medios formales y establecidos como los mencionados líneas arriba, tiendan a disminuir, ningunear y esconder las temáticas referentes a la cultura y las artes, cuando de unos años a la fecha la zona metropolitana de Monterrey presenta un sinfín de actividades, espectáculos, conferencias, exposiciones en museos y galerías, sin olvidar la creciente actividad en esta materia en universidades e instituciones privadas.

Se podrá alegar que la aparición de las nuevas tecnologías y las llevadas y traídas redes sociales, blogs, páginas de internet, permiten la difusión de la actividad cultural en nuestro estado, por ello los medios tradicionales ya no son necesarios para informar sobre este aspecto, pero, ¿por qué restar en lugar de sumar y unir esfuerzos?

Tras años de una constante violencia y altos niveles de inseguridad, políticos y funcionarios públicos, empresarios y los mismos medios de comunicación pregonan a diestra y siniestra la necesidad de promover a la cultura como tabla de salvación para evitar que jóvenes y niños engrosen las filas del crimen organizado, empero actuan en contrario al reducir o eliminar las plataformas y espacios para informar y testimoniar la actividad cultural.

Imaginarte llega a su fin por decisión institucional, no muta sino simplemente cierra el telón, al considerarse que su ciclo y su propuesta ya son obsoletas en los nuevos tiempos y escenarios sociales.

¿Razones que llevaron al noticiero a este punto de no retorno? Un sinfín, como también los corresponsables de su decadencia: la falta de presupuesto, la apatía del público, el desdén o desinterés total o parcial de gran parte de la comunidad artística e institucional de la entidad, y el famoso rating y con ello, la supuesta ausencia de espectadores, incluso, asumo mi culpa profesional al no hacer o dejar de hacer mejor mi labor como reportero.

Por estas y más causas, Imaginarte ya no se verá en las pantallas de los televisores a partir hoy lunes 4 de noviembre, y con ello dejará de existir el único noticiero cultural de todo el norte de México, desde Tamaulipas hasta Baja California.

Independientemente de la despedida institucional en su última emisión, la cual se le debía al público (sea un único televidente o muchos, y a los compañeros y compañeras que integramos y quienes estuvieron en la redacción de Imaginarte en todos estos años) vaya este adiós y un enorme agradecimiento por las experiencias y enseñanzas compartidas.

 

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