Suscribete
 
1449 14 Noviembre 2013

 

Ellos mandan
Claudio Tapia

Monterrey.- “Hagámoslo bien”, nos pide el empresariado regiomontano en su campaña. El imperativo es de una lógica estricta. La crisis social y económica que vivimos, seguramente, se debe a que algo estamos haciendo mal; así que para cambiar y mejorar, entonces, ¡hagámoslo bien!

Pero, ¿qué es lo que debemos hacer bien, y quiénes?

Planteada la primera pregunta en el terreno del llamado liberalismo democrático, ésta tendría que dirigirse a los tres grandes protagonistas de la realidad social: Estado, Mercado y Sociedad. Porque, en efecto, para salir de la crisis, todos tenemos que hacer las cosas bien. Pero es aquí donde empieza a mostrar su debilidad la ambigua, simplona y parcial campaña, dirigida sólo al ciudadano común, como si los gobernantes y los empresarios estuvieran haciéndolo bien. 

Para bien hacerlo, debemos empezar por revisar a fondo la razón de ser de las tres esferas de la organización política-social, y replantear la forma en que se relacionan. La explicación más generalizada hasta ahora es que, de manera fatal y natural, existe una tensa relación entre Mercado y Sociedad, porque el primero tiende a acumular la riqueza de la cual la segunda es desposeída y que, para atemperar esa tensa relación que genera pobreza y desigualdad creciente y generalizada, es que existe el Estado.

¿Podría el Estado tener otros fines que no sean la legitimación de la apropiación de los menos y la justificación de la  explotación de los más? ¿No habrá una mejor forma de organización?

Vista así y suponiendo que no queda de otra –cosa que no todos creemos– los empresarios tendrían que señalar con claridad que le toca “hacer bien” al Mercado, qué al Estado y qué a la Sociedad. Pero, los empresarios en su campaña, ni se atreven a pensar que hay  que cambiar las ventajosas reglas que el mercader sí cumple, precisamente porque están hechas para  permitirle la acumulación sin límites de la riqueza proveniente de la explotación y la depredación.

Tampoco parecen darse cuenta de que hay que cambiar el sistema de representación política en el Congreso para que las reglas de convivencia legisladas, tomen en cuenta el interés común y no el del perverso maridaje político-empresarial, usufructuario del régimen neoliberal. También se olvidaron de incluir en su campaña, la necesidad de cambiar las reglas para que el ejecutivo estatal y municipal esté verdaderamente obligado a actuar con transparencia, rendir cuentas y pagar por su incumplimiento.

Queda claro que, cuando los empresarios patrocinadores de la campaña y sus socios en el gobierno se incluyan en el bien intencionado mandato –enunciado en plural pero dirigido en singular–, y lo estén “haciendo bien”, entonces, contarán con autoridad moral para pedirle al ciudadano común que cumpla con su parte.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com