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1460 29 Noviembre 2013

 

MUROS Y PUENTES
El radiante azul de Wendy Davis
Raúl Caballero García

Dallas.- Por lo general voy recopilando frases y fichas, ideas y noticias y cuando me decido a escribir algo apoyándome en ellas, suele suceder que me rebasan o me abruman y la decisión se trueca en desaliento, y entonces termino por no escribir nada. Casi me pasa con esto de la senadora demócrata de Fort Worth, pero me deshice a tiempo de la mitad recopilada y mantuve así la decisión de estos apuntes.

En Texas ya se activan los mecanismos electorales para las batallas que vienen. Tras los primeros lanzamientos comienzan a perfilarse las contiendas. El pleito electoral más esperado, el de la oficina de gobernador, ya parece bien definido luego de que no le sale rival para las primarias demócratas a Wendy Davis, la senadora representante del distrito 10 de Texas.

Más bien entre los demócratas se ha visto un festivo consenso desde que Davis comenzó a perfilarse, cuando bloqueó temporalmente la aprobación de la ley que restringe el aborto en el estado (dicha ley se aprobó en una sesión extraordinaria impulsada por el gobernador Rick Perry y en la actualidad está en suspenso ya que enfrenta una demanda en las cortes), pero la senadora fortworthiana ganó atención nacional al bloquearla con un discurso de casi 13 horas.

Ese día, el 25 de junio pasado, mantuvo en vilo no sólo a sus colegas en el capitolio de Austin, ya que en las redes se registró la atención de alrededor de 200 mil usuarios convirtiéndose en trending topic; asimismo, al capitolio texano acudieron (de manera espontánea) cientos de personas a presenciar esa jornada legislativa (desbordando la sala de sesiones y ocupando las largas escaleras y pasillos circulares del edificio de cuatro pisos) quienes al unísono coreaban el nombre de la senadora y aplaudían rítmicamente. Fue un acontecimiento, como se dice, “sensacional”. Incluso, el presidente Barack Obama tuiteó: “Algo especial está ocurriendo esta noche en Austin #StandWithWendy” y tuvo alrededor de 17 mil retuits.

Algo similar había hecho Davis en 2011 para impedir un recorte al presupuesto de la educación pública. Esta vez, la ley busca clausurar las clínicas que practican abortos y propone prohibir la interrupción del embarazo a partir de las 20 semanas de gestación. Ante ello Davis enarboló su estrategia de mantener su discurso sobre los derechos de la mujer durante 13 horas, si lo lograba (y ese día lo logró) no se podría aprobar dicha ley si no se votaba antes de las 12 de la noche. Y si, como señalé, Perry empujó días después una sesión extraordinaria para que la mayoría republicana votara la ley, lo cierto es que para los republicanos fue un revés de mayores dimensiones, insospechadas en ese momento, a saber, que Davis se convirtió en una superstar de la política texana hasta posicionarse, el día de hoy, en el quicio de la gubernatura.

Así entonces la senadora no sólo obtuvo la atención nacional, ganó prominencia en el partido y popularidad fuera de él. Desde entonces, los demócratas la instaban a que se lanzara para gobernadora en el 2014, finalmente lo hizo el 9 de noviembre y al hacerlo le ha dado nuevos bríos a su partido (que no ha ganado la gubernatura desde 1994).

La popularidad de Davis se amplía cuando más se conoce su historia (y cada vez que se ofrece sale a relucir), ella fue criada por una madre soltera y ella misma también lo fue en su adolescencia y, pese a eso, logró convertirse en una exitosa abogada de Harvard; asimismo, su campaña destaca su política progresista y su compromiso con los residentes de la clase media de Texas.

Así es que siendo su historia personal la de una mujer de la clase media que de vivir en un parque de casas de remolque logra ingresar a la Texas Christian University gracias a una beca y de ahí proseguir hasta graduarse en la Harvard Law School, Davis impresiona a sus semejantes. Con sus logros y experiencias atrapa la imaginación de sus partidarios, acaso deba apuntar de sus “fans”.

En la otra esquina Perry, el gobernador republicano que aspiró a desbancar a Obama pero le quedó muy alta tal aspiración, ha optado por no reelegirse en el gobierno texano, tras lo cual el actual procurador de justicia, Greg Abbott, parece ser el aceptado para la nominación del Partido Republicano.

Abbott aspira a la gubernatura desde hace tiempo. Desde mediados de julio comenzó a recaudar fondos públicamente, y se dice que ya cuenta con 25 millones de dólares. Davis al momento de lanzarse recibió de entrada poco más de 1 millón... y ya se sabe, el tamaño de la campaña depende del dinero disponible. Quienes saben de estas cosas indican que Davis (y sus comités de acción política) necesitan gastar alrededor de 40 millones de dólares para realizar una campaña competitiva... o sea tienen mucho por delante y apenas tres meses para hacerlo, pasadas las primarias comienzan los verdaderos gastos.

Pero hay quienes dicen que la habilidad de Davis para ganarse a los votantes, acostumbrados a votar por los republicanos, será de gran importancia para vencer a Abbott; aunque no pasa desapercibido que éste cuenta con el respaldo de toda la fuerza del Establishment del Partido Republicano en Texas.

En Texas los demócratas, durante las tres más recientes elecciones, no han ganado más del 42 por ciento de los votos. Si Davis logra una buena recaudación de fondos puede sumar a sus activos nuevos factores que la beneficiarán: el panorama nacional deja ver que los demócratas cuentan con un respaldo significativo, dado que la terquedad de los republicanos para hacerle la vida de cuadritos al presidente Obama ha terminado en desastres políticos en el plano de la economía, en el renglón de la salud y sobre todo (por su nefasto empecinamiento de cerrarle el paso) lo está siendo en lo de la reforma migratoria. Además los cambios demográficos (significativamente el crecimiento de la población latina) le dan a Davis una oportunidad para ponerle fin a esa racha perdedora del Partido Demócrata que en Texas ya llega a su segunda década.

Una consigna que se escucha cada vez más clara (y esboza más posibilidades políticas) es que los latinos propiciarán el cambio al “pintar el estado de azul” (el color emblemático de los demócratas).

El crecimiento demográfico se extiende en la clase media, segmento al que se dirigió la senadora Davis al anunciar su candidatura, enfatizando la intención de enfocarse en trabajar en las necesidades de la ciudadanía promedio.

Ahora bien, es un hecho que los republicanos y los grupos conservadores utilizarán el apoyo que Davis otorga al derecho al aborto para convocar en su contra al amplio espectro de votantes cristianos de Texas, de hecho ya se ha visto cómo, pues durante su lanzamiento un grupo de manifestantes antiaborto la calificaron de “fanática del aborto”.

Pero si su defensa a los derechos de la mujer enojó a la derecha, por otro lado inspiró a los demócratas del estado que como ya se dijo la instaron a competir para gobernadora en 2014, y pues esos embates de la oposición son previsibles en cualquier candidatura, son gajes de oficio, nada que espante los objetivos de la senadora, por supuesto, que por lo demás son mucho más amplios.

La que viene será una batalla intensa. El colofón de estos apuntes es que a pesar de su actual popularidad Davis enfrenta una entidad mayoritariamente republicana, esa es la cruda realidad. En Texas ningún demócrata ha ganado la gubernatura desde que lo hizo otra mujer, la ex gobernadora Ann Richards en 1990. Hoy la senadora de Fort Worth tiene casi todo para lograrlo, ya iremos viendo si consigue el respaldo económico que se requiere, por el momento aplaudimos que se subió al tren y revigorizó a su partido.

Por ahora las campañas se encaminan a superar las elecciones primarias que serán en marzo de 2014, una vez nominados los candidatos escogidos por sus respectivos partidos entrarán a la campaña definitiva, para llegar a la disputa final en noviembre. Después de todo eso espero disponer, para mi recopilación de costumbre, de las crónicas de su triunfo.

Raúl Caballero, es escritor, periodista regiomontano y director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth, Texas. rcaballero@diariolaestrella.com
Twitter: @raulcaballero52

 

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