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1478 25 Diciembre 2013

 

La dictadura perfecta
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- La lucha por el auténtico federalismo, por la transición democrática y por la alternancia en el poder, llegó a su fin con la contrarreforma político electoral, moneda con la que el PRI pagó al PAN la contrarreforma energética.

Así, la mafia en el poder sienta las bases para enraizarse a largo plazo y construir su proyecto de nación a modo. Sepultaron al federalismo y a nuestra naciente democracia, regresión histórica que perjudica no nada más a los partidos emergentes, sino a la participación ciudadana en general.

La autonomía de Estados y Municipios dejará de existir para regresar al centralismo, pues la organización de las elecciones ya no será una función estatal, sino del Instituto Nacional Electoral, el INE que sustituye al IFE.

Si el poder electoral es el verdadero poder del pueblo, ya que el sufragio es la expresión de la voluntad popular para elegir a sus gobernantes, entonces la organización de las elecciones locales debe ser una función estatal, a cargo de un órgano independiente y autónomo, integrado por ciudadanos designados por consenso de sus Congresos estatales, como lo es en la actualidad.

Con la contrarreforma dicha facultad se le quita a los Congresos, ya que el Consejo General del INE será el que designe y remueva a los integrantes de los órganos electorales estatales. De acuerdo con el Pacto Federal de los Estados Unidos Mexicanos, cada Estado es libre, soberano e independiente, pero ahora la capacidad de autogobernarse quedará supeditada al INE.

Así como de un plumazo borraron de la Carta Magna la expropiación petrolera y el dominio de la nación sobre sus recursos energéticos, también borraron el lema de “¡Sufragio Efectivo. No Reelección!”, que inspiró la Revolución Mexicana y que Francisco I. Madero proclamó para convocar al levantamiento social armado, el cual costó más de un millón de vidas.

El falso que la reelección va romper el esquema de control absoluto de los partidos, pues quien resulte reelecto seguirá respondiendo a los intereses partidistas, alineado a las órdenes presidenciales y fortalecerá en forma dominante todas las modalidades de caciquismo en el país.

Mientras no se establezca la revocación de mandato a la par con la reelección, aquel senador, diputado o alcalde que sea reelecto, seguirá legislando o sirviendo sin un compromiso genuino con la gente; seguirá buscando escalar peldaños para servirse del pueblo, no para servirlo.

No es cierto que la reelección va permitir planear y ejecutar proyectos a largo plazo, ni que habrá una mejor rendición de cuentas y que la corrupción se acabará. Esto no sucederá mientras no existan los mecanismos de la democracia directa, que empoderen al ciudadano y le den todo el poder al pueblo.

La reelección no va a profesionalizar a los servidores públicos, ni a fortalecer la democracia en donde el voto es comprado, cooptado y robado. La reelección lo único que va a profesionalizar es la corrupción. Además, quitará movilidad política. Ahora el lema será “sufragio en efectivo, sí reelección”.

Con la reelección no van a desaparecer las cúpulas partidistas. Más bien, se van a crear nuevas castas de privilegiados que mantendrán relegados a los ciudadanos. De poco servirá la reelección cuando PRI y PAN son los que van a organizar las elecciones a través del INE y cuando el Tribunal Electoral quedó intocable para volver a convalidar y consumar los fraudes.

Nos están condenando a regresar al modelo porfirista y a los tiempos de la “dictadura perfecta”, al sistema del “partido casi único”, a las políticas del “carro completo”, del “presidencialismo a ultranza” o del “monarca sexenal” con poderes constitucionales y meta-constitucionales.

La dictadura perfecta no es un sistema tripartidista, ni bipartidista, ni tampoco es un co-gobierno, pues el PRD ingenuamente piensa que vamos al tripartidismo, en tanto el PAN piensa que se van al bipartidismo, cuando en realidad se regresa al modelo de partido prácticamente único. Por eso, quienes hoy están en el Pacto por México van a terminar siendo los partidos satélites que tanto cuestionan, pues en lo político vamos al retorno acelerado de los “dinosaurios”, de las prácticas de represión y persecución, de las medidas fascitas para aplastar derechos sociales y libertades constitucionales.

Las candidaturas independientes y la paridad electoral entre mujeres y hombres serán leves avances frente al viraje regresivo de esta contrarreforma, que pese a todo no quita nuestros deseos de una ¡Nochebuena y Feliz Navidad!

 

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