HORIZONTE CIUDADANO
El combate contra los prejuicios
Rosa Esther Beltrán Enríquez

Saltillo.- Si algo ha distinguido a la sociedad mexicana secularmente ha sido la resistencia al cambio, el mantener y defender prejuicios y estereotipos, lo que la ha etiquetado como conservadora, aunque ese concepto ha dado lugar a extensos debates y estudios dentro de la academia definiéndolo como una nebulosa en la que todo cabe

No obstante, en el segundo decenio de este siglo hay grupos sociales e instituciones dispuestos a afrontar la necesidad de impulsar cambios urgentes; por eso la Comisión Nacional de Población (Conapo) desarrolla un programa para promover la prevención de embarazos no previstos  y enfermedades infecciosas de transmisión sexual.

El objetivo de la Conapo es enfatizar la responsabilidad personal y que los jóvenes puedan informarse con sus padres o en los centros de salud y en las escuelas.  Algunos de los spots dicen: “Hay veces que la hormona puede más que la neurona.” “Las ganas, siempre te ganan.” “Para el amor no hay edad ni hora.”  Puede verse que los textos fueron retomados de la forma en que la juventud trata y habla sobre sexualidad, además son jóvenes los que aparecen en los spots, ellos mismos los hicieron.

Sobra decir que en México el tema de la sexualidad fue un tabú para las generaciones pasadas, ni en la familia, las iglesias o las escuelas se hablaba de sexualidad, a pesar de que en los medios de comunicación ha sido tratado cada vez de forma más explícita, sin ambages; por eso, es importante que se muestre que los padres deben informarse y hablar de sexualidad con sus hijos, así como de  experiencias de quienes no se cuidaron en una relación sexual.

Los expertos en derechos sexuales y reproductivos opinan que el lenguaje utilizado en la campaña de Conapo es correcto para el público a quien va dirigido, los jóvenes, porque así hablan ellos, aunque esto  pueda generar disgusto entre los padres de familia, maestros y grupos conservadores, opinan que urge que la campaña informativa vaya dirigida también a los papás, maestros y prestadores de servicios, para que todos entren de manera unánime, porque la situación ya no puede esperar.

Otros datos relevantes son los que emite la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012; a nivel nacional la población de entre 12 y 19 años reportó: 90 por ciento conoce o ha escuchado sobre algún anticonceptivo; 14.7 de los hombres no utilizaron ninguna forma de protección en su primera relación sexual; 23 por ciento han iniciado su vida sexual; 33.4 de las mujeres no utilizaron ningún método de prevención. De los jóvenes entre los 12 y 19 años que iniciaron su vida sexual, el 52 por ciento de las mujeres ha estado embarazada, sólo el 3,5 se ha hecho alguna vez la prueba del VIH y 32.7 de los jóvenes reportó que ha recibido condones gratis.

Dada la influencia de la iglesia Católica entre la población, conviene destacar, que a través del secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Eugenio Lira  propone “llegar al fondo para impulsar con realismo los problemas ocasionados por elecciones impulsivas e irresponsables, como son las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados; lo que supone una educación integral que abarque también la formación en valores”.

En octubre pasado José María Fraustro, Secretario de Educación de Coahuila, informó que en el estado hay 12 mil adolescentes y jovencitas embarazadas que están en educación básica cuyas edades fluctúan entre los 14 y los 19 años; para la mayoría de las familias este hecho constituye un drama ya que el futuro de las adolescentes se ve alterado y la familia debe involucrarse para decidir cómo  resolverán la situación de la menor, si podrá continuar estudiando y quién se hará cargo del bebé, entre otras cosas.

Los especialistas también señalan que las adolescentes tienen poca asesoría médica y poco acceso a métodos de control natal sobre todo en los sectores populares. Por otra parte Conapo prevé que la tasa de embarazos de adolescentes –de entre los 15 y 19 años de edad– experimentará una reducción “muy poco” significativa entre 2013 y 2030 y que participará con el 16 por ciento de los nacimientos que se registrarán en el País en ese periodo.

Los datos muestran que son urgentes políticas públicas más audaces y realistas que hagan a un lado los prejuicios e incrementen la información sobre la sexualidad, porque las y los jóvenes están llevando la delantera y las adolescentes embargan con ello su futuro.