Medirle el agua a los camotes
José Antonio Villalobos
Monterrey.- El ejercicio del liderazgo se multiplica con las actitudes positivas, aglutina seguidores, siempre que las decisiones sean consensuadas y/o colegiadas. En cambio, el liderazgo autoritario se va quedando solo, se va debilitando, intimida, no se gana el respeto; actúa bajo la premisa permanente de la “Teoría del shock”.
La intimidación colectiva es el objetivo de la rumorología persistente en los grupos que dicen estar en contra de tal o cual reforma, pero sencillamente son parte de la estrategia y como comparsa de festival, desempeñan su papel a cambio de ciertos acuerdos o concesiones para beneficio de los líderes de esa “oposición controlada” por el mismo sistema.
Esa es la situación persistente en estos momentos en la arena de los debates de una reforma que hasta el momento no se acaba de formar como realmente educativa, limitándose hasta este momento al control gremial de los docentes, basada en una serie de rumores fatalistas, dibujando escenarios catastróficos para el gremio de modo tal que sea cual sea la situación que finalmente se determine, siempre será mejor que aquello que se espere.
En este ping–pong político ambos bandos, tanto los promotores de las reformas (SNTE) como sus detractores (CNTE), ambos saben que finalmente el gremio educativo es muy redituable electoralmente, por eso, buscan congraciarse con los maestros y pretenden hacer evidente su “influencia” y control sobre ciertos sectores del gremio a fin de ser ellos quienes sean los llamados a negociar, sin detenerse ante nada, simulando en todo momento incluso rivalidades (dentro del mismo SNTE, la misma CNTE) que son total e innecesariamente irreales, pero redituables para captar seguidores dada la explotación sentimental que imprimen a esa “rivalidad entre los grupos”, donde aparentan “medirle el agua a los camotes”
2014 será un año de definición en lo nacional, del proceso de armonización de las leyes estatales con lo dictado por las recientes enmiendas constitucionales de la llamada Reforma Educativa, año en el cual las secciones estatales del SNTE y los gobernadores de las diferentes entidades buscarán jugar como cabilderos en dicho proceso y así estar en la jugadas y con expectativas viables rumbo a la sucesión del 2015; tristemente es ese el resultado final que a ellos interesa, lo educativo puede esperar, pero sus intereses por contender por un puesto de elección en 2015.
Esos son impostergables, y por poner su atención en el futureo político, muchas de las veces descuidan lo inmediato, lo importante y no se dan cuenta de la realidad de la situación que en el día a día enfrentan sus representados, en los conflictos cotidianos que son importantísimos para los representados, incluso de sus subordinados quienes al ver que el líder no ve por sus intereses, algunas veces deciden “despacharse solos”, llevar agua a su molino, hacer su propia corriente de opinión, ante la desatención de la autoridad; es ahí donde se dan los vicios y los errores, que después cobrarán factura política a ese líder por desatenderse de sus subalternos y agremiados; y eso va a suceder en lo referente a la Reforma Educativa, en algunos de los estados y a nivel nacional, donde finalmente créame que nada va a cambiar.
Inicialmente porque el “status quo” no lo va a permitir, y además porque la aplicación de tan tremendo presupuesto necesario para lograr todo lo planteado, definitivamente es imposible primero de aplicar, luego que se transparente. Entiéndase, no hay ganas y no hay con qué; entonces, todo seguirá igual…
Incluso serán los mismos candidatos, de los mismos partidos, en las mismas posiciones; todo seguirá igual.
