Marcha del 18 de Febrero
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- Este martes 18 de febrero será el 38avo aniversario luctuoso de la represión policíaca contra el movimiento urbano-popular de Monterrey, en la que resultaron asesinados seis compañeros posesionarios.

Para mantener viva la memoria de los compañeros caídos, cedemos la palabra a la valiente luchadora y activista social Gloria Gaytán (qepd), cuyo testimonio quedó registrado en el libro Mujeres de Tierra y Libertad, escrito por Sandra Arenal (qepd) y publicado por Conarte y Conaculta en 1999.

Así habló la compañera Gloria:

“A mí algo que me impactó mucho en aquellos años fue la agresión que sufrimos el 18 de febrero de 1976, en el que asesinaron a seis de nuestros compañeros. El sabor amargo de la impotencia y frustración fue muy grande.

“Cuando ellos cayeron abatidos, la policía no nos dejó acercarnos. Nos habían rodeado por todos lados sin que nos diéramos cuenta. Nosotros estábamos tranquilos acá en nuestras casas, mientras los compañeros de las colonias Pancho Villa y San Ángel, que tenían una asamblea, sufrieron la agresión. Mas al querer ir en su ayuda no nos dejaron pasar y con malas palabras nos decían que nos regresáramos a nuestras casas.

Yo sentía mucho coraje, no tenía miedo, sólo quería ayudar, pero no pude pasar a socorrerlos. Ahí estaba el capitán Paura (Juan Manuel Urrutia, director de Protección Ciudadana de Nuevo León), con un montón de policías. Era de noche y nosotros no podíamos ver cuántos eran. Paura traía algo así como un sable o una daga que brillaba cada que la daba luz de la patrulla, luz que giraba sin cesar, todo eso en medio de la gran oscuridad nos imposibilita ver y fue así que nos impidieron que nos acercáramos.

“Después de eso nuestra consigna fue: '¡Que caiga Paura, el asesino!' y luchamos hasta que lo logramos. Para eso hicimos muchas marchas. La primera vez reunimos quince mil personas y la segunda 35 mil, según dijo la prensa. Cuando íbamos por la avenida Juárez, donde la calle está en subida, miré para atrás y al ver cuánta gente se reunía con nosotros y nos apoyaba, mi coraje se transformó en energía.

“El día del asesinato de nuestros compañeros fue una experiencia muy dura y dolorosa que nunca olvidaremos, pues en aquel momento nos unió más a todos y también le dio más fuerza al movimiento.

“A pesar de esta desgracia, para mí Tierra y Libertad y la organización fue lo mejor que me pudo pasar. Hubo cambios en mi vida, de pensamientos y de hechos. Aquí aprendí muchas cosas, entre otras a tener una responsabilidad importante. He pasado por todos los cargos: jefa de manzana, coordinadora de sector, en el comité de la escuela, en la salud, en la Liga Femenil, en el Frente Popular y en la Comisión Política, siempre nombrada en asambleas.

Cuando se comenzó a hablar de formar un partido no me gustaba la idea, porque en la teoría y práctica que vivimos, la experiencia era que los partidos se corrompían, como por ejemplo el PRI y el PAN, y dejaban de defender a la gente para sólo defender sus intereses de grupo o personales.

Hubo grandes reuniones para convencer a la gente para formar el Partido del Trabajo. Al principio había muchas dudas, yo era de las que tenía más, pero poco a poco la gente se ha convencido de que es necesario para tener más presencia y respeto ante el gobierno...”

Hasta aquí el relato de la compañera Gloria Gaytán sobre los sucesos de hace 38 años, sin que a la fecha hayan sido sometidos a la justicia los policías, ni los que les ordenaron disparar a mansalva contra los colonos que sólo luchaban por un pedazo de tierra para vivir.

Por ello, cada año seguiremos manifestándonos mediante la Gran Marcha Luctuosa del 18 de Febrero, para exigir justicia y pasar lista de presente a Pablo Hernández Martínez, Canuto Cruz Galván, Antonio Franco Hernández, Rubén Gutiérrez Aguilar, Antonio Olivares López y José Ángel Nava García, con el fin de reiterar que su sacrificio no ha sido en vano.

Salgamos a marchar hoy martes, a partir de las 5 p.m., desde Calzada Madero, por la Avenida Juárez, Ocampo y Zaragoza hasta la Macroplaza, para mantener levantadas las banderas de lucha y rendir honores a los mártires caídos en la batalla por un México más democrático, justo e igualitario.

“¡Por los caídos: No un minuto de silencio… sino toda una vida de lucha!”